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La
guerra retorcida
J
|
ean se
ponía el traje de batalla, era una combinación entre armadura y una especie de
malla negra, parecida a un soldado futurista pero que aun se aferraba a ciertas
tendencias del pasado, aunque más bien parecía un cazador que asecha por las
noches, daba más esa impresión. Se enganchó el bolso que iba en la parte
trasera y llevaba inyecciones estimulantes entre otras cosas útiles, luego se
colocó la máscara; que si bien no le cubría todo, protegía bien su cara salvo
los ojos e impedía inhalar gases tóxicos.
Cerró su
cinturón en la cadera, equipado con granadas, inyecciones para emergencias y su
arma: Gwyrdd.
-¿Como se supone que use esto?-se preguntó
Trixi mientras estaban en el arsenal principal de los Drovlight. La
pseudodemonia pelirroja observaba una inyección con líneas rojas.
Jean se ajustó el cabello en una trenza, luego
fue hasta donde su hermana menor.
-Es adrenalina, abre la tapa y clávatelo en la
piel, te forzara hasta los limites, no importa cuán cansada estés-explicó Jean
mientras le quitaba de las manos la inyección a Trixi y con accionar un
interruptor de la jeringa, su aguja quedó al descubierto, una aguja bastante
gruesa e intimidante.
Algo de miedo cruzó por los ojos de la hermana
menor.
-¿No pasa nada si la clavo sobre el traje?
Jean negó con la cabeza al cerrar la inyección
y devolverla a Trixi.
-Lo atravesará igual, mientras no sea sobre el
blindaje-Explicó consciente de la renuencia que Trixi mostraba ante la aguja-Sé
que esta cosa es exagerada, pero cuando tengas que decidir entre morir y
clavártela, creo que la decisión será fácil.
Trixi asintió un poco nerviosa.
-¿algún concejo?
-No abuses de la adrenalina, podría matarte de
un infarto o hacerte desmayar del cansancio…
Trixi hizo un esfuerzo por no mostrarse
horrorizada por la expectativa. Pero viendo a todos en la habitación
preparándose para salir, no parecían muy preocupados de morir infartados o
desmayarse.
-Toma esto-Nicola apareció y le entregó una
gran escopeta a Trixi-Esta es una escopeta Demolisher, es un modelo Drovlight
muy apreciado, pero ten cuidado con el retroceso, podría pegarte en la cara.
Nicola lo dijo con diversión aunque Trixi no
se lo tomaba muy humorísticamente. Sostuvo la pesada arma casi de mala gana,
como si le repeliera.
Jean profirió una especie de risita.
-Y tú prepárate para usar esto, que se te
olvidaba-agregó dirigiéndose a Jean-es para proteger de los gases también, pero
puede funcionar como visor nocturno.
Nicola mostró una especie de casco, similar al
equipo antimotines de las fuerzas del orden, aunque le recordaba mas a un tipo
de casco usado por fuerzas antiterroristas. Era cerrado y con una visera
ahumada que le cubría todo el rostro al usuario. Fácilmente se la colocó superponiéndola
con la máscara que ya Jean tenia puesta, entró como la pieza correcta de un
rompecabezas. La Wholferd pestañeó viendo todo a través del cristal con interés,
era ahumado por fuera, pero muy nítido por dentro.
-Excelente invento-admitió, Trixi veía
fascinada a Jean, si no fuera por el cabello rojo que sobresalía por detrás del
casco reconocerla sería difícil-Nicola, ¿cómo se enciende?
Nicola
respondió tocando un interruptor en un costado. La visión de Jean se tornó
verde, aunque había luz ella podía notar que los cuerpos calientes eran más
brillantes que lo demás. La cazadora hizo un ruido de aceptación.
Trixi
estudiaba las direcciones de los objetivos en el GPS de su teléfono, había una
no muy lejos de Daggry Poxirr, deposito de vehículos de carga perteneciente a
Scioli. La joven Wholferd vio a su hermana mayor ajustarse la visera de su
casco sobre su rostro dejándolo parcialmente oculto. Trixi admitía que tenían
mucho estilo los trajes de combate, el que diseñó el equipo rebosaba de gusto
por lo estético.
Volvió la
vista a su teléfono, estudiando las posibles rutas, era consciente de que
combatir no era su vocación, por lo que debía apoyarse en su punto fuerte, que
era servir de apoyo. Esperaba que nada se le hubiera escapado de las manos a
los Drovlight en cuanto a la operación, pero para estar seguros Trixi volvió a
revisar las rutas.
Nicola
ayudaba a algunos Drovlight a comprobar que el vehículo funcionara
correctamente, solo llevarían un auto y tenía aspecto bastante normal. Largo,
oscuro y con vidrios ahumados, no parecía vehículo para operaciones militares o
algo así, eran más bien como una limosina.
-¿Ruslan
estás seguro de que esto aguanta a los demonios?-preguntó Nicola en franco-germánico mirando el capó del
vehículo. Aparentemente todos habían llegado al acuerdo tácito de no hablar
protonórdico durante las misiones con los Wholferd, debido a que Nicola les
advirtió sobre Trixi y que esta no podría entenderles una palabra.
Ruslan, un
Drovlight de cabello erizado y barba espesa respondió:
-En
realidad la idea no es enfrentarnos a demonios en el auto, pero si algún bicho
salta sobre nosotros podrá aguantar lo suficiente para que bajemos y
peleemos-explicó mientras comprobaba uno de los neumáticos-La idea de hecho es
no ser demasiado notables.
Los otros
Drovlight que irían estaban descansando en la maletera: Mairel, Katiuska y
Yuri.
Jean miraba
desde una distancia prudente, acompañando a Trixi. No tenía mucho interés en
acercarse a Yuri o Katiuska, no quería repetir la experiencia con Aleskandra…
Quizá hablase con Mairel mas tarde.
Pero por
ahora tenía otro asunto que tratar.
-Trixi-llamó
sutilmente, la susodicha despegó la vista de su celular y miró a su
hermana-quería hablar sobre… la otra vez… el día del incidente.
Ella se
inquietó al instante, pero asintió sin decir palabra.
-No debí
gritarte, Anastasia me llamó débil y… supongo que tenía razón-continuó-la tomé
contra ti, lo siento.
Recordando
la manera despiadada en que le había gritado, Jean se sentía como una mala
persona. Adon aunque no hizo comentario, estuvo tácitamente de acuerdo con
ella.
Trixi tomó
una postura extraña, como si no supiera de qué modo responder, las disculpas
provenientes de Jean, no eran parte de su vida cotidiana, eran sumamente
extrañas, tanto que no podría recordar exactamente cuándo fue la última vez que
algo así pasó. Por esta razón, la menor Wholferd fue tomada completamente fuera
de base.
-Yo, lo di
por olvidado, no pensé que sacarías el tema-admitió con renuencia y ademan
incomodo.
-Usualmente
no lo haría, pero creo que esta vez me pasé un poco-hizo saber Jean tocándose
una barba imaginaria en su rostro medio descubierto por la visera. Una señal de
inquietud-eso no debió suceder, hare lo que pueda para que no se repita.
-Tranquila,
creo que yo también sería un poco irritable en tu lugar, hasta más de
hecho-comentó Trixi con comprensión-Si tuviera una hermana más joven que
corriera debajo de mi falda cada vez que pasa algo, no creo que reaccionara
bien todas las veces.
Jean sonrió
y le dio un abrazo de medio lado a su hermana, esta le devolvió el gesto de
inmediato.
-Si eso es
todo, nos vamos-dijo un Drovlight recién llegado con solida confianza-haremos
cagar sangre a los demonios y no podemos hacerlos esperar.
Era un
hombre del tamaño de Nicola, pero más esbelto aunque casi igual de definido. Su
mirada plateada era aguda como un absoluto depredador y su cabello rubio estaba
descuidadamente peinado hacia atrás, en caóticas pero armoniosas ondas. Su
rostro estaba libre de vello facial y fumaba un cigarro que claramente era
coch.
Todos se
levantaron a su llegada.
-Y
eres…-iba a decir Jean mientras el chico se aproximaba.
-Soy Taius
Drovlight-se presentó con un gesto hacia su pecho y sosteniendo su coch con la
otra mano-es bueno conocer a la mujer
de Nicola.
Jean y
Nicola estaban estupefactos.
-¿Qué?-rezongó
Trixi con igual desconcierto.
-Es lindo
tener un arma propia y no una de esas estandarizadas-dijo Nicola mientras
acariciaba su Rifle Wholferd: Bloodchaos.
-no me cabe
duda-dijo Jean mirando de reojo la escopeta Demolisher de Trixi.
Aunque ella
tenía un arma propia, parecía sentirse más segura con la escopeta que con su
pistola. Jean no necesitaba un arma grande para sentirse segura, así que con
Gwyrdd le bastaba.
El viaje
era rápido, pero el espacio reducido del vehículo hacia que fuera incomodo,
sobre todo para personas que se sentían ajenas al grupo, como eran los
Wholferd, rodeados de Drovlight. Ruslan conducía a velocidad demencial y a
Taius, líder del grupo, no parecía preocuparle.
Finalmente
llegaron a un almacén, ya entrada la noche, todavía estaba funcionando. El área
parecía especialmente vacía, era un área industrial, pero esperaban más gente,
quizá tuviera que ver con el pánico galopante causado por Anastasia.
Todos
comenzaron a bajar del vehículo, el aire frio de la noche los rodeaba y Jean
entornó los ojos mirando tan detalladamente cómo podía el edificio sospechoso.
Parecía un almacén o una fabrica con muchas ventanas.
Caminaron
hasta la entrada de vehículos restringida por un portón electrificado.
-se supone
que debemos registrarlo todo-declaró Taius dirigiéndose al portón y mirando la
advertencia de peligro eléctrico-Katiuska, adelante.
La mujer
Drovlight avanzó y tomó una profunda respiración, a continuación enganchó sus
manos a la cerca eléctrica, un acto que podría ser mortal para la mayoría de
los humanos. Katiuska fue atravesada por una furiosa descarga, ella profirió un
gemido de dolor, la energía la recorrió con tal fuerza que se podía ver la
electricidad circulando por la superficie de su cuerpo cubierto por armadura y
malla.
La
Drovlight exclamó un fiero grito de batalla, la energía se hizo más fuerte y
repentinamente todo termino, con mucha violencia: los postes cercanos
explotaron en chispas y toda el área quedó a oscuras.
El cabello de
longitud media de Katiuska estaba erizado, pero no se había chamuscado. Ella
dejó escapar un gemido de alivio y se peinó el cabello que sobresalía por la
parte trasera de su casco con orgullo. Los demás Drovlight y Nicola estaban
moderadamente impresionados, Jean alzó las cejas y Trixi quedó impactada.
-Como
coñ….-iba a decir la menor pelirroja.
-Mi adjunto
es un Raiju-explicó ella pateando la reja ahora inofensiva, haciéndola
caer-gracias a él mi cuerpo conduce muy bien la electricidad y puedo producir voltaje.
-genial-felicitó
Jean sinceramente admirada-¿pero era necesario? Pudimos preguntar.
-ya lo
intentamos-Dijo Mairel con mal genio-pero nuestras peticiones les valieron
cuerno, eso nos hizo sospechar aun mas sobre estos lugares.
Todos
comenzaron a colarse dentro del complejo. Lo primero que encontraron fueron
unos guardas aterrorizados, mirándolos con pánico y sorpresa. Sin dudar
demasiado sacaron sus armas y apuntaron al grupo de cazadores.
En el
instante que sacaron las pistolas, todos se pusieron en guardia y Taius dio una
orden gestual de atacar. Mairel y Yuri salieron disparados al frente.
Los
guardias abrieron fuego.
Ambos
Drovlight desplegaron sus escudos. Un dispositivo en sus brazos derechos, que
les permitía proyectar su energía demoniaca en un practico escudo redondo, lo
bastante efectivo como para repeler balas y muchas otras amenazas.
Las balas
de los defensores fueron bloqueadas con facilidad, no tuvieron mucho tiempo
para responder, los Drovlight eran demasiado veloces, una vez alcanzaron a los
guardias, no había escape. Yuri usó su escudo para dar un golpe decisivo a su
oponente, lo desarmó y de una patada lo arrojó al suelo a varios metros de
distancia, acto seguido, él aterrizó violentamente sobre el abdomen de este
rompiéndole varios órganos; para luego, darle el toque final, pisoteando el
cráneo de su rival con suficiente fuerza para romperlo. El sonido crujiente
resonó en los alrededores y la sangre vomitada por el guarda manchó el suelo de
carmín.
Mairel usó
su escudo para romper la mandíbula de su enemigo, replegó su defensa y en un
sagaz movimiento, se posicionó detrás del guardia, empleando su brazo restante
le apresó del cuello y lo quebró fácilmente, liquidando al objetivo instantáneamente.
La pseudodemonia lo arrojó al suelo como si de un trapo se tratase.
Jean tenía
la seguridad de que eran asesinos perfectos. Efectivos y desalmados ante el adversario.
Incluso Mairel, que era en su vida cotidiana, alguien bastante amigable, ante
un enemigo era implacable.
-Son
cucarachas-opinó un desdeñoso Taius reanudando la marcha airosamente, todos lo
siguieron. La mayoría no muy afectada por las muertes, salvo Trixi que no
estaba acostumbrada a combatir y menos a matar humanos.
Nicola le
dio unas palmaditas en la espalda a Trixi, para hacerle saber que todo iría
bien. El lenguaje corporal de ella anunciaba a todos que se sentía cohibida por
la situación, Jean y Nicola hacia lo posible para no reparar demasiado en este
hecho, tenían que cuidar sus propias vidas, esperaban que en algún momento el
instinto de cazador que se suponía, Trixi debía tener, entrara en acción.
Sin mucho esfuerzo, Ruslan abrió la puerta
corrediza del oscuro almacén, gracias al trabajo de Katiuska todo en el
interior era incómodamente oscuro.
-Los
visores nocturnos-ordenó Taius sin dejar de mirar a todas direcciones.
El equipo
obedeció enseguida cerrando sus viseras para encender la visión nocturna o si
ya tenían el casco cerrado, simplemente activaran el interruptor. Jean encendió
su visión y de inmediato todo estuvo más claro, podía ver todas las cajas y
vehículos de carga.
-manténganse
cerca unos de otros, revisen todo lo posible-agregó Taius-pero siempre tengan
al menos un compañero.
El grupo se
dividió, el almacén era bastante amplio. Comenzaron a revisar cajas, tras
cajas, no había nada fuera de lo normal. Jean abrió de un jalón otra caja, ya
no sabía cuántas habían sido… contenía productos cualquieras, nada
supernatural. Nicola hacia lo mismo y Trixi se había quedado con Mairel en
algún lugar del oscuro almacén.
-Nicola-dijo
Jean.
-¿sí?
-¿Mairel es
heterosexual?
-… Hasta
donde sé ¿por qué?
-nada en
especial…
Me pregunto si te haría feliz que Trixi dejara
a Úrsula por una chica Drovlight… -dijo Adon en la mente de Jean-
es una especie de sentimiento encontrado.
No me hagas pensar más en Úrsula de lo normal, el
tipo de relación que tenemos es un misterio hasta para mí-admitió ella-no somos amigas pero tampoco nos detestamos.
-no sé si
le vayan las mujeres, pero por lo menos te puedo asegurar que le gustan los
hombres-aseguró Nicola mientras revisaba otra caja-ella y Digger son algo así
como… nosotros, ya sabes.
-nosotros…-repitió
Jean para sí misma haciéndose una idea.
…
-¡¡Familiar!!-alguien
gritó en alguna parte del almacén.
Nicola y
Jean inmediatamente abandonaron sus cajas y se pusieron en guardia, espalda
contra espalda. Una oleada de energía demoniaca azotó el lugar, ellos la
detectaron y se dieron cuenta enseguida: no estaban solos.
Las sombras
se arremolinaron alrededor de ambos, Jean no tenía que verlos para saber que
estaban ahí. Eran figuras difusas por lo rápido que se movían, incluso con su
visión nocturna. Jean presintió el peligro, escuchó un movimiento por encima de
ambos y reaccionó enseguida, empujando a Nicola lejos, para poder recibir al
demonio que aterrizó sobre ella, desde la montaña de cajas, con el objetivo
de arrancarle la cabeza.
La
pseudodemonia lo retuvo con ambos brazos en plena llegada, atrapó sus
mandíbulas y con gran fuerza lo estrelló contra el suelo. Era uno de esos
malditos monstruos cuadrúpedos de un ojo, mucho más grandes y fastidiosos que
los familiares a los que la Wholferd estaba acostumbrada: pequeños y necios, en
lugar de grandes y peligrosos. Al menos para ella.
Jean
desplegó su arma espiritual: Adon, con forma de garra bagh nakh y le atravesó
la cabeza, la bestia gimoteó con un desagradable sonido y se desvaneció. En ese
momento ella reparó en Nicola, al mismo tiempo el golpeaba otro familiar que
había salido de las tinieblas y trató de atraparle un brazo, pero el cazador le
partió la cara con la culata de Bloodchaos. A continuación Nicola cargó contra
el demonio y lo apuñaló con la bayoneta de su arma, la cosa chilló derramando
sangre a borbotones.
Jean
detectó otra sombra apareciendo para arrojarse sobre la espalda de Nicola, ella
le respondió en breve, desenfundado a Gwyrdd y abriendo fuego. El primer
disparó dio en el blanco, dejando cojo al monstruo, pero luego este retrocedió
esquivando todo lo posible los disparo de la cazadora, era muy ágil.
Nicola se
dio vuelta justo cuando el familiar estaba por atacarlo, por reflejó pisoteó al
demonio enganchado con su bayoneta y este se desintegró. Jean segundos después
consiguió dar al demonio escurridizo y matarlo.
-¡Sabia que
era demasiado fácil!-se quejó el pelirrojo. Incluso a oscuras y cubierto por
una máscara, Jean no necesitaba verlo para saber que hacia una mueca rabiosa.
Uno de los
demonios rugió, Jean miró hacia arriba siguiendo el sonido y vio a la silueta
cernirse sobre ellos, encima de las cajas.
-¡Cuidado,
hay más!-avisó la pseudodemonia aun en guardia, preparándose para el ataque.
La cosa
saltó sobre Jean con las mandíbulas de par en par, ella lo recibió con un
puñetazo en la cara, frenando su avance en el aire, el sonido del golpe resonó
y la chica sintió que su brazo entero se sacudió ante el impacto. El familiar
de Anastasia cayó aturdido en el suelo, de medio lado, no tuvo tiempo de
recuperarse. Nicola abrió fuego con su rifle anti demonios y fusiló al
monstruo, destrozándolo por completo hasta desaparecer, fue a quemarropa.
Otro
demonio surgió de las tinieblas dispuesto a morder a Nicola, el cazador lo
apartó de un golpe con su arma y lo complementó con una contundente patada. La
bestia fue repelida en dirección a Jean, no muy lejos. El cuerpo aturdido del
demonio casi cae sobre ella, pero la joven Wholferd respondió rápidamente llena
de adrenalina, desmaterializó a “Adon” de su brazo izquierdo, cambió de mano su
revólver y haciendo uso de su codo, arremetió contra el familiar, haciéndole chillar
cual animal herido.
El bicho cayó violentamente entre Nicola y
Jean. La mujer terminó el encuentro disparando a Gwyrdd con su mano izquierda,
asestándole en la cabeza al demonio, reventó en pedazos y sangre, como una
represa quebrada.
Él se
desintegró.
-Estas
cosas no se acaban-señaló Nicola tomando un respiro.
Jean
asintió mientras hacia un par de movimientos con los hombros para relajar sus
músculos. El descanso duró muy poco, ambos fueron conscientes de la escandalosa
refriega que se estaba desarrollando en el almacén, podían oír a los Drovlight
gritando y a los demonios bramar, el ruido era como si todo se derrumbara.
Un rugido
especialmente fuerte llamó la atención de ambos Wholferd, quienes se volvieron
a la dirección del sonido.
-tras
ellos-instó Jean.
Así lo
hicieron, corrieron en medio de las pilas de productos hacia un área de
movilización relativamente libre de cajas, donde estaban los pequeños vehículos
que transportaban la mercancía de un lado a otro.
Todo se
movía muy deprisa cuando ambos llegaron al encuentro. Drovlight y familiares de
la secta, enlazados en violento combate. Aun quedaban muchos demonios, a lo que Jean respondió tomando una de las
inyecciones de su cinturón. Desplegó la aguja y la clavó en su brazo izquierdo,
el dolor fue sordo, ella le dio la menor importancia posible. Eran demasiados y
necesitaba fuerza adicional para poder barrerlos lo antes posible.
La
adrenalina corrió por su cuerpo haciéndole olvidar momentáneamente cualquier
perjuicio que sufriera su cuerpo, a la vez que le impulsaría a los límites del
mismo.
Nicola hizo
lo propio, se inyectó la adrenalina y arrojó el cartucho vacio al suelo. Ambos
pelirrojos frenaron un momento para habituarse a la sensación y luego:
-¡¡come
esta!!-Nicola gritó guardando su rifle Bloodchaos, con voz casi fanática.
Corrió a
asombrosa velocidad. Yuri estaba asfixiando a uno de los demonios en una llave
con ambos brazos, estaba funcionando, pero uno de los demonios apareció detrás
de él, sin embargo no lo alcanzó. Nicola tomó a la bestia por ambas patas
traseras y lo alzó en el aire como si no pesase nada, el familiar fue
estrellado contra el duro suelo febrilmente por el cazador, con una violencia
casi desconocida para él.
Se podía
oír como los huesos del demonio se quebraban, así como sus gritos de dolor.
Yuri probablemente estaría muy impactado porque casi había olvidado al demonio
con el que peleaba y solo miraba a Nicola martirizando a su oponente.
Jean
paralelamente siguió adelante, pasando de largo a Yuri y Nicola. Ella solo fue
consciente de que el Drovlight arrojó a su víctima demoniaca al suelo, medio
viva, y el cazador Wholferd lo aplastó empleado al familiar que sostenía en
ambas manos como si de un martillo se tratase. La superficie crujió.
Jean estaba
segura que esos demonios ya estaban muertos aunque ella los perdió de vista
momentos antes. Todo lo que sabía ahora era que la adrenalina corría por su
cuerpo y tenía que liberar la tensión que se armaba en sus músculos, era como
un arco tenso que necesitaba ser disparado. Quería golpear algo tanto, tanto
que dolía y la sangre circulaba por su ser con desesperación para abastecerle
de la fuerza que necesitaba para cumplir su deseo.
Trixi y
Mairel estaban espalda contra espalda, encargándose de un pequeño grupo de
demonios. Una de las creaturas saltó sobre la rubia y ella desplegó su escudo
de energía demoniaca para repelerlo, la cosa se estrelló contra el escudo y fue
empujado hacia atrás perdiendo el equilibrio, Mairel aprovechó la oportunidad y
le voló la cabeza con un disparo de su pesada pistola; desenfundada por primera
vez desde que entraron. A Trixi no le iba tan bien, sus movimientos eran más
lentos y torpes… el familiar cuadrúpedo se arrojó sobre su cuello, la chica
pelirroja resistió usando la escopeta como protección, logrando que los dientes
del demonio se clavaran en el arma y no en ella.
-¡Maldita
sea!-exclamó cuando un tentáculo del ser se le enroscó e una pierna.
Trixi no
fue lo bastante rápida para quitárselo de encima, dando tiempo de que la bestia
la derribara. Otro familiar, uno
especialmente grande, vio su vulnerable situación y estaba listo para atacar,
pero entonces Jean llegó y con una abrumadora fuerza envistió al monstruo, con
esto la amenazante creatura cayó momentáneamente aturdida. Trixi solo tuvo un
segundo para ver a su hermana pasar de largo contra el enemigo, ignorando su
situación necesitada.
Jean
simplemente continúo su avance y aporreó con toda su fuerza al demonio en la
cara.
La joven
Wholferd gritó una palabrota ante su hermana que la ignoraba. Trixi adquirió
una repentina fortaleza, juntó sus piernas y golpeó el vientre de su opresor.
El bicho fue alzado desde la parte baja de su cuerpo hasta que rodó y cayó patas
arriba llevándose a la cazadora consigo. Ella aprovecho para liberarse de los
dientes del demonio y a continuación, sellarle la boca con el cañón de su
Demolisher; desde su ahora superior posición.
Los dientes
del demonio se desprendieron por el brutal impacto. Trixi disparó y sintió como
sus brazos fueron sometidos a una enorme presión de retroceso, no era broma lo
dicho por Nicola, si no tenia cuidado podía terminar con la nariz rota…
La cabeza
del demonio explotó entonces. Su sangre manchó el blindaje de la chica y todo a
su alrededor.
Trixi se
volvió a su hermana para contemplar cómo esta sostuvo el cuello de su contrincante,
el cual estaba boca abajo en el suelo y sometido por la Wholferd, a pesar que
ese familiar era casi del doble de la talla normal. Jean lo inmovilizó sirviéndose
una pierna en cada miembro delantero del demonio, dejándolos en posiciones
dolorosas en extremo, y usando una mano
estrangulaba a la bestia. El cuello de la cosa estaba extremadamente aplastado
por la mano de Jean, casi parecía que por sí misma podía arrancarle la
garganta.
Y de hecho
así fue.
Jean tiró
de su mano en un fugaz movimiento, que arrancó la tráquea del demonio y la alzó
en el aire, con todo su esplendor. La mujer cazademonios trituró el pedazo de
carne en su puño cerrado haciendo un sonido inquietante mientras se derramaba
la sangre y la bestia se desintegraba.
Trixi,
anonadada, estaba segura que era efecto de la adrenalina, podía ver la
musculatura de Jean inusualmente rígida en las regiones con blindaje flexible.
En ese momento la mayor Wholferd era mucho más fuerte de lo normal.
-¡Suéltame!-exigió
Mairel.
En algún
momento otro demonio le mordió un brazo. Para repelerlo, invocó su arma
espiritual, una daga curva, la clavó en el rostro de la bestia, que gimoteó con
agonía. Mairel no atacó al azar, supo en que ángulo introducir el arma curva
para no lastimarse. El familiar se soltó y desintegró.
-¿¡Donde
está Ruslan!?-pidió Taius alzando sobre su cabeza a un familiar y usándolo para
golpear a otro en movimiento, como si de billar se tratase. Ambos demonios se
estrellaron contra un vehículo de carga.
Su traje
blindado realzaba mucho lo musculoso que era el Drovlight y parecía ser
asombrosamente fuerte, más que lo normal para un pseudodemonio.
-¡no lo sé,
creo que fue al sótano del almacén!-ofreció Katiuska friendo vivo a un demonio
en el suelo, la cosa estaba clavada en el piso por una lanza corta, el arma
espiritual de la Drovlight. El familiar fue desintegrado completamente en un
destello azul.
Taius
empuñó su arma personal y con dos disparos contundentes liquidó a los dos
demonios que acababa de derribar segundos atrás.
-¡Ese
idiota! ¡Le dije que no podíamos actuar solos!-se quejó el líder con voz de
trueno.
Trixi se
quedó mirando desde el suelo al furioso Taius, quien dio un pisotón enojado que
casi agrieta el suelo. Pero la atención de la cazadora pelirroja cambió cuando
una mano le tocó un hombro, se volvió y vio a su hermana quien le ofreció una
mano para levantarse.
Asintió y
aceptó la ayuda de Jean, los músculos le dolían mucho y levantarse era un poco
difícil. Cuando estuvo de pie, su hermana le dio una palmada de felicitación en
la espalda. Sin embargo, aunque Jean parecía en buena condición, Trixi sintió
que la tensión aun permanecía en su cuerpo, las manos de la mayor pelirroja
eran inusualmente duras y poseían un temblor apenas perceptible.
Mairel,
dolorida, se sostuvo el brazo magullado donde el demonio la había mordido, hizo
un gesto de aprobación a las Wholferd con una mano y caminó hasta estar cerca
de su líder, quien no dejaba de despotricar y mirar a todas direcciones
buscando a su compañero faltante. Lo buscaba casi como una mama gallina
intentando encontrar a uno de sus polluelos perdidos.
Nicola y
Yuri derrotaron a sus respectivos rivales y se reunieron con el resto.
Los
demonios parecían haberse acabado por el momento.
-entonces
deberíamos ir también-sugirió Nicola ejercitando y destensando sus fuertes
brazos de un lado al otro, como si esperase que ambos miembros se trabasen de
lo contrario. Respiraba superficialmente, como si mantenerse quieto le fuera
imposible.
Taius dio
un resoplido y movió la cabeza con fastidio.
-registremos
el sótano-llamó.
Jean aun
sentía el cuello de ese demonio en la mano y oía el sonido de su tráquea al
romperse. No pudo recordar cuál fue la última vez que usó adrenalina en su
cuerpo, pero ahora recordaba porque evitaba usarla… le dotaba de una fuerza y
energía súper humanas, pero la hacía sentir terriblemente tensa y al final, mas
cansada de lo normal. Casi oía la sangre circulándole por los oídos, le
palpitaban las sienes y los músculos le temblaban involuntariamente. Tragó
hondo, haciendo un tamaño esfuerzo para controlar su respiración frenética.
El equipo
se dirigió al interior buscando la entrada del sótano. Jean se fijó en Trixi
por el rabillo del ojo, aunque sus movimientos en batalla necesitaban más
práctica, era capaz de protegerse a sí misma, cosa de la que ella, como hermana
mayor y maestra; estaba orgullosa y agradecida. Pero todavía tenía que estar
atenta para ayudarla si la situación le superaba.
-¡Por el
infierno!-gritó en protonórdico la voz de Ruslan no muy lejos.
Todos se
detuvieron en el pasillo, ante una puerta doble. Entonces sintieron el peligro,
una energía que les puso los pelos de punta.
-tenemos
más-alegó Mairel.
-¿Ruslan
qué hiciste…?-inquirió para sí mismo Taius en protonórdico. Como cabeza del
grupo estaba al frente, con el arma lista y preparado para lo que viniera.
La puerta
fue prácticamente derribada, Ruslan apareció por el umbral con la fuerza de un
rinoceronte. Su frenética carrera tuvo
una razonable explicación: detrás del Drovlight, a una distancia apenas segura,
apareció una estampida de familiares, pequeños como los que Jean conocía y
algunos de los grandes con cuatro patas, que avanzaban con cierta torpeza,
quitando del camino a sus insignificantes compañeros.
-lo sabía-gimió
Katiuska.
-¡atrás!-ordenó
el líder en franco-germano.
El pasillo
era estrechó, todo el equipo imitó a Taius, quien se dio la vuelta y buscó
volver al área amplía del almacén, donde habría más espacio para maniobras.
Jean advirtió que Taius se había quedado un poco rezagado a propósito durante
la retirada, la Wholferd infería que para ayudar a Ruslan si este era alcanzado.
Al mismo tiempo Yuri y Mairel estaban apenas más adelantados que su líder como
para garantizar su seguridad.
Una vez
fuera del pasillo todos se dieron vuelta y plantaron cara a los enemigos.
Ruslan se alineó con los demás e hizo aparecer su arma espiritual: un hacha
escandinava de dos manos, con bonitos relieves dorados.
Fue un
caos, Jean apenas podía recordar quién mató a quien. Ruslan derrotó quizá a un
par de familiares grandes con su enorme arma. Katiuska fue atacada por un
enjambre de los familiares diminutos y todos murieron freídos por el cuerpo
electrificado de la Drovlight. Mairel, con escudo y pistola hacia caer a los
molestos bichos con dientes como moscas. Yuri hasta el momento no parecía
gustar de las armas de fuego, lo suyo era atacar con su arma espiritual, una
espada mandoble o ir directo a los puños, Jean notó extraño que sus enemigos
dejasen de luchar tan fácilmente luego de que Yuri los atrapase entre sus manos
o les clavase la espada.
Y muy
aparte, Jean intentó no encontrar gracioso que Taius tuviera dificultad para
repeler a enemigos pequeños y prácticamente terminara pisoteándolos
furiosamente con sus botas mientras maldecía en protonórdico.
La cazadora
Wholferd por su parte alternaba entre disparar con Gwyrdd y reventar a golpes a
los familiares. Nicola hacia básicamente igual pero prescindiendo de su arma de
fuego. Trixi aplastaba familiares con su Demolisher, utilizándolo como un
martillo. A los ojos de Jean, Trixi parecía haber entrado en sintonía con el
asunto de matar demonios, ya no vacilaba tanto, simplemente atacaba.
Jean atrapó
a uno de los familiares con una mano, quizá el decimo, lo sostuvo del cuello y
sin dificultad lo aplastó, habiendo terminado con el último a la vista. Era una
escena repugnante, los ojos del demonio se escaparon de sus cuencas y la sangre
salpicó desde su boca abierta de par en par, como tratando de respirar.
Creo que ya necesitas tomarte un respiro-le sugirió Adon en tanto el pequeño
demonio se desintegraba-Aunque no estés
demasiado cansada por la adrenalina, prolongar tal estado de tensión puede ser
muy dañino.
Diles a los demonios que dejen de aparecer
entonces-respondió
Jean con las cejas fruncidas. Adon estaba en lo cierto, el estado de tensión le
hacía doler la cabeza y que su cuerpo templara incontrolablemente. Las propias
cejas de Jean luchaban para mantenerse en una posición fija.
Un aullido
inquietante puso a todos a la expectativa, venía desde donde salieron los
demonios.
-no puede
ser, ¿de dónde carajo salen?-se quejó Mairel y le dedicó una mirada a Katiuska,
quien no estaba mucho mejor que Jean. La Drovlight respiraba superficialmente y
tenía el blindaje marcado con mordidas.
-¿deberíamos
usar la adrenalina?-preguntó Ruslan dejando su hacha a un lado y desenfundando
una pistola como la de Mairel.
-No, esta
es solo la primera parada, tenemos más trabajo-dijo Taius-de hecho en el peor
caso podríamos pelear contra la policía, no deben tardar en llegar. Guárdenla
para emergencias, ya Jean y Nicola se sacrificaron
para abrirnos paso con casi ningún herido.
Jean estuvo
por arrepentirse de haber usado la adrenalina…. Le había dado la fuerza extra
para asesinar a casi todos los demonios en la batalla, ella y su primo tenían
un mayor saldo de víctimas que los Drovlight, dado el frenesí que les había
causado la inyección, pero puede que hubiera podido hacerse cargo sin necesidad
de esta. La adrenalina podía funcionar para adquirir más potencia en un corto
periodo de tiempo y aplastar al enemigo, o bien, ser usada para emergencias,
cuando ya el cazador estuviera al límite y necesitara un impulso para terminar
el encuentro o escapar….
Un ruido
estremeció al grupo. Desde el umbral al pasillo de donde vinieron los
familiares, una cosa enorme y amorfa comenzó a surgir…
-Un… ¿qué
es eso?-inquirió Trixi entre asustada y desconcertada.
La cosa media
cuatro metros probablemente si se erguía. Se movía arrastrándose, como una
babosa, de su extraño cuerpo salían tres tentáculos y una especie de cabeza,
semejante al familiar cuadrúpedo típico de Anastasia. Muchos ojos, diseminados
por todo el cuerpo del demonio miraban interesadamente a los pseudodemonios.
La creatura
se alzó sobre el suelo y rugió a los cazadores, quienes no podían creer o
identificar lo que veían. Los Wholferd y Drovlight retrocedieron, por la
apariencia grotesca y el olor a azufre que la bestia amorfa destilaba.
-no me
digan que eso es…-iba a decir Katiuska atónita.
-Si-dijo
Jean aun sin poder creérselo-es un parasito, un parasito súper desarrollado.
El parasito
gigante rugió, en un lado de su cuerpo tenía dos tentáculos, en el otro un
tentáculo más grande y en lo que parecía ser un hombro, sobresalía una gran
cabeza alargada con dientes.
El ser
amorfo se movió con sorprendente rapidez para su aspecto, todos inmediatamente
se dispersaron, evitando los violentos movimientos de sus tentáculos. Jean,
Nicola y Taius abrieron fuego contra el demonio, pero los disparos le hicieron
poco efecto, la piel del monstruo cedía y expulsaba sangre pero eso no le
detenía.
-¡Aunque
sea enorme sigue siendo una plastilina!-gritó Taius.
Todos los
cazadores disparaban a la vez que esquivaban los molestos movimientos del
parasito. Hasta que Yuri, harto, guardo su arma de fuego y materializó su arma
espiritual, la espada mandoble color atardecer. Valientemente corrió hacia el
demonio y se clavó en un costado del mismo, esta vez sí pareció dolerle, el
parasito se sacudió, pero Yuri no se soltaba.
-¡continua
así!-lo instó Nicola esquivando un mordisco de la extraña cabeza del monstruo.
En medio
del combate Mairel fue alcanzada por uno de los tentáculos y arrojada muy lejos
contra la pared, la mujer rubia bramó al impactar. Jean hizo una mueca sin
apenas darle una mirada, aun así fue consciente que Trixi iba en la ayuda de la
Drovlight.
Yuri de
pronto gritó algo apenas entendible.
“Me come” dicho en un mal protonórdico,
eso fue lo único que Jean entendió. Y tal como dijo, la masa de carne del
parasito lo estaba rodeando, como si quisiera…
-¡Muévete!
¡Te quiere absorber!-exclamó Ruslan agitando su hacha para alejar los
tentáculos, uno de estos fue cortado entonces, pero para horror de todos, mas
de esos apéndices salieron del cuerpo amorfo del parasito-¡Maldita sea!
Yuri
exclamó con desesperación luchando contra el agarre.
Jean desvió
momentáneamente su atención para esquivar uno de los nuevos tentáculos, cuando
la cabeza del demonio fue a por ella. La Wholferd en un segundo guardó su arma
y detuvo las mandíbulas punzantes con ambas manos, esa cosa era muy fuerte,
Jean sentía como su posición cedía lentamente por el empuje del parasito.
La
respiración de la cazadora se aceleró más y el sudor continuó cayéndole por el
rostro.
-¡Aguanta
ahí!-exclamó Nicola, quien estaba inmovilizado por uno de los tentáculos, el
pelirrojo fue atrapado y envuelto por el apéndice. Con todas sus fuerzas Nicola
usaba a Bloodchaos para no ser aplastado.
-¡Ocúpate
de ti!-devolvió Jean contrayendo sus rasgos. No sabía si era peor el filo de
los dientes del demonio o su nauseabundo aliento, la mujer Wholferd había olido
cosas mejores en una alcantarilla.
De un
empujón se liberó y aporreó la cabeza con toda su fuerza, volándole dos dientes
con uno de sus puños. La cabeza iba a por ella de nuevo pero algo enorme la
bateó lejos, tan fuerte que varios dientes mas saltaron por los aires. Jean
sintió el viento en su cara remanente del impactó, por instinto se volvió y vio
un enorme Oni azulado, vestido con una piel de tigre en la entrepierna y armado
con un garrote descomunal.
A los pies
de este demonio estaba Taius.
-¡A por él,
Issa!-ordenó señalando al parasito. Jean se quitó de su camino rápidamente
esperando lo peor.
Issa el oni
rugió y arremetió con su garrote contra uno de los costados del parasito, este
se sacudió como gelatina y soltó un alarido de dolor, pero no pareció afectarse
demasiado. ¡El cuerpo de la cosa era tan flexible que los ataques contundentes apenas
le hacían daño!
El seguidor
de Anastasia mandó a volar a todos, soltando a Nicola, Ruslan y compañía, menos
a Yuri quien aun estaba atascado. Todos los tentáculos se dirigieron a Issa y
aunque el oni con violentos movimientos repelió varios, fue envuelto por tres
de ellos en tres de sus cuatro miembros.
Taius jadeó
y se retrajo sobre sí mismo. Materializar un oni de semejante talla debe ser un
gran gasto de energía. No muchos segundos de forcejeo después, Issa se
desintegró y Taius cayó de rodillas.
Nuevamente
todas las extremidades fueron al ataque. Jean, cansada de la maldita cabeza que
venía por ella de nuevo, empuñó a Gwyrdd con una mano e invoco las zarpas de
Adon en la otra. Con un poderoso gritó la pelirroja frenó el ataque de nuevo
siendo forzada a retroceder en el suelo dejando una marca en el piso. Ella
rechinó los dientes, con una mano detenía la mandíbula superior y con un pie
sostenía la otra quijada, a continuación metió a Gwyrdd dentro de la cabeza y
disparó con toda su energía. La luz cegó su vista, pero eso no importaba.
Cuando el
destello pasó la cabeza era de piedra y la maldición se extendía rápidamente
por todo el cuello hacia el cuerpo del parasito. Jean se alejó rápidamente y de
una patada quebró la cabeza.
Aunque por
un momento parecía haber ganado, el demonio no moriría así de fácil, uno de sus
tentáculos con filo cortó la unión entre la cabeza y el cuerpo, evitando que la
maldición penetrara en el resto del organismo.
-Y yo que
pensaba que los parásitos eran estúpidos-comentó Jean indignada. La Wholferd se
mantenía en una posición lista para escapar, con las piernas abiertas y el
cuerpo semi inclinado, los tentáculos aun eran un incordio.
-¡Ahhhrrr!-vociferó
Ruslan cortando varios tentáculos, los cuales se hacían extrañamente más
lentos-Aguanta Yuri, ¡veremos quién drena a quien primero!
-¡para
ti es fácil decirlo!-gritó Yuri atropelladamente con un protonórdico casi
incomprensible, su cara plantada contra el parasito le hacía muy difícil hablar
y más aun a gritos.
Nicola
llegó a un lado de Jean y le tocó el hombro con preocupación, ella lo miró y
por descontado diviso a Katiuska ayudando a levantar a Taius. La mujer
Drovlight tampoco estaba muy bien, seguramente abusó de su habilidad de Raiju y
eso le agotó antes de lo esperado. La Wholferd entonces buscó con la mirada a
Mairel y Trixi, apenas recordando que estas existían. Encontró a Mairel, quien
aun estaba contra la pared y si su vista no le fallaba, la Drovlight tenía un
brazo roto o dislocado.
Jean ignoró
a sus músculos tensos y que chillaban ante cada paso, debía aguantar, Nicola
tampoco estaba bien, Mairel tenía un brazo inútil, Taius y Katiuska estaban
agotados, Yuri luchaba por no ser absorbido…. No podía fallar ahora. Se puso de
pie con una mueca.
-¿Estás
bien?-quiso saber Nicola tomando a su prima por ambos hombros.
Jean tomó
aire con fuerza.
-Lo
suficiente.
Entonces el
monstruo rugió llamando la atención.
-¡¿Trixi
que estás haciendo?!-Gritó Ruslan escandalizado.
Jean por
reflejo corrió hasta donde estaba Mairel y desde ahí, pudo ver una chica anclada
a la espalda del parasito con sus Rajput kitar…
-¿Pero por
qué?-quiso saber Nicola, quien fue justo detrás de Jean cuando esta corrió.
Mairel
gimió de dolor, ambos Wholferd la miraron, ignorando momentáneamente los gritos
del demonio y de los Drovlight.
-¡el
cerebro del parasito está detrás!-dijo la rubia herida sujetándose el brazo-me
di cuenta de que el demonio hizo hasta lo imposible por impedir que nos
acercásemos por la espalda… Así que Trixi se ocultó para poder hacerlo.
-¡Maldita
cosa te freiré vivo!-gritó Katiuska para sorpresa de todos. Incluso Mairel que
parecía casi cegada por el dolor.
La mujer
Drovlight se enganchó a uno de los tentáculos del demonio y azuladas descargas
le recorrían el cuerpo… Ruslan estaba inmóvil al pie del demonio, sin estar
seguro de por qué, tenía más de una cosa para asombrarse.
-¡No,
Katiuska!-gritaron al unisonó Mairel y Jean con horror.
Taius se
levantó, ligeramente recuperado.
-¡Mataras a
Yuri y Trixi!-advirtió el líder con voz jadeante.
Katiuska,
entrando en razón de nuevo, perdió el agarre del tentáculo y salió volando hacia
arriba, la joven parecía resignada a caer…. Pero no fue así. Un destello rojizo
sorprendió a todos y una gran mano escarlata atajó a la Drovlight.
Jean estaba segura que Ruslan y Taius tenían
la boca abierta de par en par. Mairel y Yuri no, porque una estaba medio
consciente, y él otro, ese pobre hombre ni siquiera podía alzar la cabeza.
Los Drovlight se maravillaban ante la vista de
aquel impresionante demonio adjunto:
Nanib.
El Rakshasa
no perdió tiempo y clavó las espadas gemelas de sus manos superiores en el
parasito dejándole casi inutilizados sus tentáculos, el monstruo se sacudió
pero no pudo despegarse al adjunto. Katiuska desde una de las manos inferiores
de Nanib veía todo, sin habla. Entonces, con la última mano disponible, Nanib
sostuvo el cuerpo de su ama y la arrojó por encima de sí mismo.
Trixi se
elevó por sobre el parasito y el Rakshasa. Nanib, con su trabajo terminado,
desapareció en un instante, tan rápido como llegó y su salida fue precedida por
la reaparición de los rajput kitar de Trixi en ambas manos. Empleando sus armas
espirituales, la menor Wholferd se clavó con la gracia de una atleta olímpica,
en lo que vendría siendo la nuca del parasito.
El bicho
gritó y se dobló hacia atrás. Luego se desplomó.
Un grotesco
sonido heló la sangre de Jean, aunque exteriormente no se notase.
-¡¡Por
Skoll y Galleis!!-vociferó Mairel con voz lamentada. Katiuska recién había
golpeado con fuerza el hombro de su compañera para poner los huesos nuevamente
en su lugar. Yuri tomaba una de las manos de Mairel como para calmarla.
Desde la
distancia era una escena entrañable.
El resto
del equipo hacia un círculo alrededor de la herida.
Mairel
respiraba ahogadamente, sin su casco se podía apreciar su expresión de agonía y
el esfuerzo que le procuraba respirar regularmente. La morfina aun no hacia
efecto, pero lentamente aliviaría su sufrimiento.
-Katiuska,
Yuri, se las encargo-anunció Taius volviéndose de la escena para afrontar al
resto del equipo.
Trixi
estaba más preocupada por la salud de Mairel que por el líder, tanto que Jean
tuvo que darle un ligero codazo, para devolver su atención al lugar indicado.
-¿Entonces
vamos?-inquirió Ruslan con ambas manos en la cadera.
Taius
asintió con firmeza.
Dejando
atrás a Mairel, Katiuska y Yuri, el resto siguió el camino que anteriormente
los demonios habían bloqueado. Nadie esperaba que hubiera tantos familiares
molestos en lo que aparentemente era un vulgar almacén, pero afortunadamente
nadie se había confiado lo suficiente para no ir bien equipados. Trixi tras derrotar
al enorme parasito, cayó de espaldas al suelo, siendo salvada únicamente por
Nicola, que se adelantó a los hechos y la atajó en el aire.
La Wholferd
estaba agitada y apenas se podía creer lo que había conseguido.
Salvo por
una rápida felicitación de Nicola, con una afectuosa palmada en un brazo y la
apresurada preocupación de Jean por las heridas de su hermana, no hubo mucho
júbilo en la victoria de Trixi…. Ese hecho estaba eclipsado por el brazo
dislocado de Mairel. Aunque los Drovlight celebraron a Trixi con un rápido
gesto con la cabeza, estaban mucho más pendientes de su congénere herida. Trixi
tampoco se desanimó por la falta de atención, ella también estaba más
preocupada de la Drovlight, que yacía en el suelo segada por el dolor.
En la parte
más profunda del almacén encontraron muchos cuartos llenos de cosas inútiles,
hasta que Nicola y Jean llegaron a una puerta cuyo aviso decía: acceso
restringido.
Jean le
dedico una mirada suspicaz al texto y Nicola inclino a un lado la cabeza. El
Wholferd con un gesto hizo retroceder a su prima, él mismo se echó atrás y de
una patada, hizo trizas la puerta junto con la cerradura. El sonido revotó por
todo el lugar.
-¡¿pero qué
fue eso?!-se quejó Taius, apareciendo por un lado, camino hacia los pelirrojos.
-Vaya…-comentó
Jean acercándose al umbral, junto a un sorprendido Nicola.
-Promotor
inmobiliario…. Si claro-expresó Nicola sarcásticamente.
-¿Alguien
lo reconoce?-dijo Jean ingresando con Nicola, seguidos de Taius, quien quedó
frio ante la vista.
Armas, era
un almacén de armas, y dichas armas no parecían ser las típicas. Sus diseños
variaban mucho de los convencionales, no era lo que los soldados del ejército o
la policía normalmente usaba.
-creo que
las vi en algún lado-hizo saber el líder, paseándose con la mirada por los
diversos diseños de los rifles, pistolas y demás armas en los soportes-pero
donde…
Jean sujeto
una de las pistolas que había en una mesa, era pesada, más que un arma normal.
La cazadora extrajo el cargador y comprobó que la munición tampoco era
convencional, era mucho más grande, casi como las balas de una escopeta, por lo
que la pistola tenía solo cuatro disparos, en lugar de siete o más.
Ruslan y
Trixi ingresaron entonces.
-No sé qué
era lo que estaba esperando, pero me tomaron por sorpresa-admitió Trixi
examinando las escopetas de un soporte de pared cercano a la puerta.
-donde…
donde las he visto…-seguía preguntándose Taius cruzándose de brazos. Ruslan se
detuvo junto a él con la mirada fija al frente.
-Taius-dijo,
llamando la atención de su líder, algo en el tono del Drovlight hizo que el
resto también volteara-creo que sé donde las viste… estas armas son las que
usan la supuesta fuerza especial FAID.
-Es cierto,
¡como me pude olvidar!-se enojo Taius con un resoplo.
-No eres de
los que ven mucha tv. Es normal-explicó Ruslan con un gesto confiado.
-¿Quienes?-pregunto
Trixi con confusión.
-FAID-repitió
Nicola con entendimiento fugaz-los vimos hace poco en las noticias, son las
siglas de “Fuerza anti invasión demoniaca” un proyecto gubernamental.
-¿tal cosa
existe?-preguntó Jean sorprendida-no veo mucha televisión y no sé en qué canal
aislado habrá aparecido eso.
-Era solo
una noticia, no se habló mucho, porque supuestamente los FAID estaban en fase
experimental-explicó Ruslan y sacudió la cabeza-pero con todo esto, no me
sorprendería que les importase un bledo si los FAID están incompletos… los
políticos harán lo que sea para sacar inmediatamente cualquier arma que les de
alguna ventaja sobre los demonios.
Nicola
quien había estado jugueteando con un cartucho de pistola “FAID” pareció tener
una realización. Miró el cartucho y luego a Ruslan.
-Ruslan,
creo que deberías ver esto-ofreció Nicola, acercándose y tendiendo una peculiar
bala al Drovlight.
Ruslan la
tomó y se la quedó mirando fijamente. Jean y Trixi también se acercaron,
intrigadas por la intensa atención que el hombre prestaba a la bala, parecía
algo importante.
Ruslan
jadeó sorprendido, agitando a todos a su alrededor.
-¿Qué
es?-preguntó Taius, al no recibir inmediata respuesta, tomó a Ruslan y le
sacudió violentamente un hombro. A continuación exigió en protonórdico-¡¡Habla idiota!!
Ruslan
reaccionó enseguida.
-Esta bala
tiene dentro energía demoniaca concentrada-Soltó, los pseudodemonios alrededor
reaccionaron como si hubieran sido abofeteados-es una versión arcaica y simple
o algo así de nuestro propio armamento.
-¿Nos
copiaron?-preguntó Trixi alarmada.
-No, eso es
imposible-dijo Jean con voz dura-las tecnologías de los Wholferd y los
Drovlight han sido de nuestros mayores tesoros, siempre sellados a las miradas
públicas de mestizos.
-Es cierto,
preferimos destrozar nuestra querida tecnología, a permitir que manos ajenas la
toquen-Estuvo de acuerdo Taius.
-No es una
copia técnicamente-dijo Ruslan retrocediendo a la casi histeria de sus compañeros-pero sigue el
principio de que para dañar a los demonios es preferible usar energía demoniaca
pura, el mismo principio que nosotros usamos en nuestras armas….
Ruslan
cortó su discurso y sacudió la cabeza.
-Mejor
salgamos de aquí, tratare de explicar cuando estemos en un lugar
seguro-sugirió-La policía no tardará.
Todos se
dieron cuenta de que habían perdido mucho tiempo y retrocedieron en su
interrogatorio.
-en ese
caso-dijo Nicola y gesticuló hacia las armas-Deberíamos llevarnos todo lo que
podamos, podrían sernos útiles.
-Una buena
idea-apremió Taius y se dirigió a Ruslan-Prepara las bombas, volaremos todo
cuando nos vayamos.
Las llamas
se alzaron por los cielos.
-¿seguro
que no nos reconocerán?-preguntó Trixi viendo hacia la ventana trasera, en
tanto se alejaban de la escena del almacén en llamas-Este vehículo es muy
llamativo.
-es de
color negro y no hay luz eléctrica en las inmediaciones del almacén-explicó Taius
desde el asiento del copiloto-Katiuska frió las líneas eléctricas. Seguro será
difícil distinguirlo.
-Cuando
volvamos a casa simplemente pintaremos el auto y nadie notará nada-alegó Ruslan
sonriendo para sí mismo mientras conducía-quizá con un tono más divertido…
-nada de
mierda Hipster-lo reprendió Taius.
Ruslan dejó
caer ambos hombros.
-eres un
aguafiestas-se quejó.
Mairel se
rió entre dientes, a pesar de estar medio drogada por los analgésicos en el
regazo de Katiuska. Jean casi podía olvidar su propio dolor de cabeza luego de
contemplar como aquella mujer hacia frente a su propia tribulación. Comparado
con ello, Jean bien podía inyectarse adrenalina otro par de veces y sobrevivir.
-entonces,
Ruslan-dijo Jean recostada casi completamente a un brazo de Nicola, quien
peinaba su nuevamente descubierta cabellera pelirroja-¿que decías de las balas?
Todos
centraron su atención en el conductor, quien pareció ligeramente intimidado por
tanta mirada exigente.
-son
básicamente iguales a nuestras armas, pero las FAID necesitan de los cartuchos
especiales rellenos de energía demoniaca pura, para poder matar. No como
nuestras armas, que se alimentan directamente de la energía del portador, para
crear las balas necesarias-recitó cuidadosamente tratando de que todos
entendieran para no repetir-es como las primeras variedades de nuestras armas
de fuego anti demonios…. Sabemos lo que son, ahora está el detalle…
-¿qué hacia
eso en el almacén de Scioli?-se preguntó Taius-Si son armas de un programa anti
demonios, ¿como las tiene?
-amigos
influyentes-intervino Jean-Aquí pueden entrar los otros dos secuaces de la
Matriarca.
-Le Nour es
nuestro gobernador, podría jalar los hilos para conseguir esas armas-ofreció
Nicola con naturalidad- y Medici es dueño de la principal industria eléctrica
de la región, no sé como entra aquí, a menos que….
Hubo
silencio.
Ruslan lo
rompió.
-Nah, no
puede ser-dijo con convicción y casi humor.
-No creo
que podamos descartar cualquier posibilidad-comentó Katiuska mientras
acariciaba la cabeza de Mairel en su regazo-por rara que sea.
Yuri le dio
la razón con un asentimiento enérgico.
-Bien, eso
se sabrá-declaró Nicola aun inquietado por su anterior extrapolación-ahora,
¿para qué carajo las quiere? La matriarca tiene demonios, no creo que ellos
necesiten tales armas.
Jean
frunció el ceño al notar la obviedad.
-Ellos no,
pero los sectarios sí.
-Aleskandra,
notifica a todos, Scioli sale de su residencia principal-avisó Digger a través
de su intercomunicador.
El
Drovlight estaba oculto en un callejón oscuro, no muy lejos de la ostentosa
casa de Scioli. Digger llevaba días espiándole durante las noches, observó la
entrada principal y de vehículos. Para asegurarse de que nadie saliera sin ser
notado en un descuido, Digger estableció cámaras de vigilancia las 24 horas en
los puntos más importantes, todas las noches él cambiaba sus baterías.
Un
automóvil de buena marca estaba abandonando el enorme garaje de Scioli, gracias
a los lentes de Digger, el rubio pudo confirmarlo: era el objetivo, siendo
llevado a alguna parte por su chofer…. A plena hora de la noche.
-Parece que
ya se dio cuenta de los movimientos del equipo de Taius-respondió la femenina
voz de Aleskandra-Ve tras él, está muy equivocado si cree que puede escaparse
de nosotros.
-recibido-afirmó
Digger.
Se puso en
posición en su silenciosa motocicleta y espero a estar una distancia seguirá de
Scioli. Entonces partió tras él, evitándose ser notado.
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