viernes, 15 de enero de 2016

El edén del infierno: Acto 2-Capítulo 7



7
Terrorismo

L
owen no disfrutaba en  la carnicería, pero estaba obligado a vivirla en primera fila. El demonio se daba consuelo con que podría ser peor… podía estar en el lugar de aquellas patéticas creaturas morando en jaulas. No estaba seguro de a cuantos habían encerrado, pero estaba convencido de que sería todo un baño de sangre, que haría sentir complacido a Azazel.
Empezaba a preocuparse seriamente, esperaba que alguien detuviera a la matriarca antes que llegara demasiado lejos… pero después de esta noche, empezaba a pensar que tal evento no ocurriría.
Lowen estaba recostado a un lado de las perreras, oía los llantos y murmullos aterrados de los humanos encerrados en las jaulas, como almas en pena. A su alrededor quedaban los remanentes de la caótica madrugada, el humo se levantaba sobre las cenizas, los cadáveres y la sangre. Las fuerzas de Bakom atacaron poco antes de que la matriarca anunciara el fin de la matanza por esa noche… pero los guerreros defensores del orden no fueron rival para la secta… liquidaron a todos, solo que, por supuesto, los cadáveres no dejaron rastros al ser seres demoniacos.
-Esperaba más, ¿realmente creían que esto sería suficiente?-se burlo Melisa con deleite y pisoteo la cara de un hombre rubio en el suelo…
Tampoco los Drovlight bastaron.
Bakom intento asistirse de pseudodemonios para la batalla, aun así, no era suficiente. Puede que los Drovlight se confiaran y pensaran que la Secta eran solo un montón de vándalos revoltosos y por eso no enviaran el número requerido de cazadores…. Lowen esperaba tener razón.
De cualquier modo, habían humanos normales destripados y Drovlight derrotados por doquier.
Melisa se reía con sorna, pero eso no hacía que se viera menos aterradora. Ella advirtió la inquisitiva mirada de Lowen sobre su persona y le dedico a este una mirada despectiva, casi llena de odio.
-¿qué me vez? Putazo emplumado-espetó la demonia.
Lowen bajó la mirada, no quería recibir una paliza. Si entraba en conflicto con ella la situación solo podía volverse en contra suya. Melisa era de los favoritos de la Matriarca y una autentica amante de la anarquía.
Incluso sus amigos, o al menos, quienes habían sido sus amigos, estaban tomando distancia de ella. Tristán y Dastán Graham, ambos demonios estarían hechos un ovillo, aterrorizados, en alguna esquina oscura para aquel momento…. La matriarca los obligó a comer cadáveres chamuscados delante del público, tanto “libre” como enjaulado. Incluso si la carne cruda era bien recibida por los Canis inferno, comerla chamuscada en tan horribles circunstancias destrozaría la moral de cualquiera.
Lowen sentía lastima por ellos, mas al ver a Melisa quien había dejado de pisar al Drovlight bañado en sangre y se dirigió a las jaulas. No le era suficiente con que esa gente esperara ser sacrificada, ahora tenía también que acabar con toda la dignidad que les quedara. Lowen la siguió con la mirada hasta que la perdió de vista en una esquina del vehículo blindado.
Y pensar que hace semanas fuera una de las mejores amigas de los gemelos Graham…. Por rara que fuera dicha amistad. Parecía como si Melisa en solo un lapso de dos días, cambiara de ser una chica mala, aunque no en todo sentido, a ser una especie de esbirro del mal, contratada para esparcir el terror y la destrucción por el mundo.
Lowen trago saliva y temió lo peor. El número necesario de almas sacrificadas para el ritual de acercar ambos planos estaba por ser alcanzado, una vez conseguido no habría donde esconderse.
-¡Demonio garuda!-escucho él, rápidamente alzó la vista y encontró a un encapuchado- la matriarca ordena que guardemos todo el botín, pronto será de día.
Lowen obedeció de mala gana, como siempre.


Nolen Goldman abrió lentamente los ojos cuando la luz del día lo alcanzó desde la ventana. Cuando estuvo despierto, descubrió que se hallaba solo en la cama, por un instante pensó que estaba en casa, pero entonces se desperezó lo suficiente para orientarse.
Seguía en la residencia Wholferd.
Se levantó de golpe y miró a su alrededor. Seguía envuelto en las sabanas, parcialmente vestido y Jean ya no estaba a la vista.
Imágenes de lo ocurrido la noche anterior lo impactaron enseguida, el calor le quemo en toda la cara…. Fue casi surrealista, Jean se acostó con él, lo más sorprendente fue que ella misma fue a buscarlo. Nolen no tenía claro porque ella había avanzado a pasos tan agigantados en cuanto a la relación que supuestamente tenían…. A pesar de lo que él hubiera dicho a Anastasia, no creía que Jean se hubiese tomado enserio eso que dijo sobre ella siendo su novia.
Aun sentía el calor y el tacto de Jean en el cuerpo, remanente de la noche anterior. Algo dentro de Nolen se sentía muy bien, el recuerdo lo hacía sentir vivo, no recordaba la última vez que estuvo así. Nunca creyó que Jean pudiera ser tan dulce, e incluso adorable. No pudo contener una sonrisa involuntaria.
Quizá realmente estuviera enamorado de esa mujer….
Nolen miró hacia la ventana, era de mañana, pero no muy temprano. El semidemonio se estiró y decidió vestirse para ir en busca de Jean, tenía un fuerte deseo de verla de nuevo.

Cuando se asomó por las escaleras vio a dos chicas en la sala de estar: Trixi y Angélica. Ambas yacían en el amplio sofá cama y por lo que podía ver, Trixi estaba pintando las uñas de Angélica con esmalte rojo. Como si sintiera su presencia Trixi se volvió hacia Nolen y le sonrió ampliamente, tanto, que él se sintió un poco incomodo.
- Buenos días, parece que dormiste bien-dijo ella con frescura.
-si…. Eso creo-respondió Nolen mientras bajaba los últimos escalones. Le costaba mostrarse neutral, era un ambiente desconocido y seguramente ambas mujeres sabrían lo que él y Jean había estado haciendo la noche pasada. Estaba habituado a descubrir la vida sexual ajena, en su casa la privacidad era escasa… pero no se sentía cómodo con que su propia actividad sexual fuera expuesta.
-enorgullécete, no recuerdo algún otro invitado que no fuera Úrsula o yo pasando la noche en esta casa-le felicitó Angélica tan alegre como su amiga, la kirin separo su mano de Trixi y comenzó a estudiar el rojo color en cada una de sus uñas.
-¿enserio? –quiso saber Nolen sorprendido mientras se paraba junto a ellas.
-sí, no tenemos muchas visitas-apremio Trixi guardando sus utensilios de manicura en un decorativo estuche negro-Nicola no cuenta, ya que es un Wholferd y estar en esta casa es su derecho.
-lástima que no venga más a menudo, ¡ese hombre es la bomba!-proclamó la rubia con un gesto contundente de su mano.
Trixi contuvo la risa y se puso de pie.
-Tu desayuno está en la cocina esperando y mi hermana en la oficina donde te lleve la ultima vez-le explicó a él sujetando fuertemente su estuche, como si fuera un tesoro preciado-enseguida vuelvo.
Trixi abandonó la habitación.
-Gracias-le dijo Nolen justo antes de que la pelirroja cruzara el umbral. Cuando Nolen dirigió su atención a Angélica se sintió muy incomodo, la kirin lo veía con malicia y diversión.
-¿qué tal estuvo la fiesta anoche?-pregunto sin un asomo de inocencia-oí que la pasaste bien con Jean.
-¿qué?-apenas dijo Nolen ahora sonrojado y con los ojos bien abiertos.
Angélica resopló.
-no te hagas el desentendido-exigió ella cruzando sus brazos, cuidando la pintura en sus uñas-Trixi me contó que Jean le hizo moverse de habitación para no incomodarla con lo que tenía planeado.
El rubor de Nolen le subió hasta las orejas, para diversión de la rubia.
No respondió, eso solo hizo empeorar todo. Angélica hablo como si tratara un tema cualquiera, a pesar que Nolen sentía que moriría si seguía:
-Espero que no te haya comparado con Nicola-dijo socarronamente.
-¡¿COMO?!-casi gritó el semidemonio, la frase a duras penas pudo ser procesada, pero la comprendió lo suficiente para que sus neuronas casi hicieran implosión.
Angélica cambio su semblante a algo entre sorprendido y pícaro. Disfrutaba haciendo sufrir a su vulnerable presa.
-¿No lo sabías? Trixi no tiene idea, pero Jean me contó que tuvo sus días sensuales con Nicola, ya sabes, cosas de adolescentes-hizo saber con una sonrisa malvada, era diabólica. Nolen tenía una cara invalorable y él estaba consciente de ello-podrá parecer una piedra sin sentimientos a veces, pero Jean también tiene sus días necesitados.
-Ni… Nicola Wholferd, él…-intentó decir, pero no pudo completar la oración.
A su cabeza le costaba unir los puntos eficientemente, cuando pudo, la imagen que se formó en su cabeza no era fácil de aguantar sin hacer caras raras. Pudo imaginar el cuerpo de Jean debajo del vikingo pelirrojo, juntándose sin pudor y con mucha pasión.
Fue más chocante que otra cosa… pero no podía negar que le picaron un poco los celos. Luego se sintió algo insignificante, él mismo no se podría comparar con la contundente masculinidad de Nicola, era como comparar un automóvil deportivo con uno de carreras fórmula uno. Nicola probablemente no podía competir con la fuerza de un L’Enfer del mismo modo que Jean tenía problemas con Anastasia, pero aquel bastardo pelirrojo se veía más grande y varonil de lo que Nolen podría aspirar en sus sueños, o al menos así lo veía él.
-¿qué pasa con Nicola?-oyó una inocente voz que los sacó de su ensoñación.
-NADA-repuso enseguida volteándose en dirección a Trixi, como si su vida dependiera de ello.
Trixi pareció confusa, hasta que Angélica reventó en un ataque de risa descontrolado, parecía como si estuviera por devolver el desayuno, eso hizo que la atención de la Wholferd menor cambiara inmediatamente. La risa se prolongo hasta una preocupante cantidad de tiempo.
Trixi y Nolen solo la miraron, hasta que comenzaron a inquietarse.
-¿qué es tan gracioso?-preguntó la chica de cabello rojo antes de acercarse a su amiga, quien se abrazaba a sí misma. Trixi impulsivamente le profirió una cachetada sonora, Nolen no esperaba eso-¡tranquilízate joder!, ¡vomitaras si continúas así!
-no… no puedo… ¡parar!-intentó articular la rubia.
Nolen se alejó lentamente, Trixi aun intentaba calmar a su amiga. El semidemonio solo quería escapar, así lo hizo, huyendo a la cocina. Nolen comió el desayuno que esperaba por él en la cocina: huevos, tocino, queso, pan tostado y leche. Era simple pero fue preparado con perfección.

Luego de la comida, Nolen se dirigió hasta la oficina de Jean, justo cuando iba a entrar, escuchó algo al otro lado, parecía muy serio.
-Sí, sí, ya lo vi, Nicola-dijo Jean con voz neutral, aunque hubo un atisbo de enojo-es espantoso, aun me cuesta creer que esos Drovlight estúpidos no entiendan la gravedad de lo que pasa.
Hablando de vikingos.
Nolen intento sacarse de la cabeza las imágenes mentales que se había hecho, tomo aire y entró a la habitación. Jean estaba en el escritorio mirando una laptop negra, era una más nueva que la anterior que había visto, ella hablaba por celular muy absorta mientras estudiaba la pantalla de la nombrada maquina. Nolen no estaba seguro si ella había advertido su presencia o no, parecía que no. Él solo permaneció mirándola desde el umbral, en tanto ella hablaba abstraídamente.
-lo sé, es casi como el holocausto…. Pero podría llegar a ser incluso peor-expresó la cazadora pelirroja frunciendo el entrecejo-porque ahora temo de verdad que tengan éxito. No sé qué haríamos si eso sucede.
Nicola le respondía, entonces Jean lanzo una rápida mirada a Nolen y con un gesto de su mentón le ordenó entrar. El semidemonio ingresó y cerró detrás de él la puerta.
-¡¡Maldita gente estúpida!!-gritó ella de improviso; asestando un estridente golpe al escritorio, tomando desprevenido a Nolen, quien por poco da un salto hacia atrás, como si Jean fuera a comérselo, pero ella no lo miraba-locos de mierda, ¡como desearía poder matarlos lenta y dolorosamente a todos!, ¡permitir que se reproduzcan debería ser un crimen!
La cara de Jean se tornó roja de la furia. Nolen se estremeció con tal tono colérico, se movió detrás de ella para ver lo que estaba en la pantalla de la laptop… joder.
Eran fotos de una zona devastada, echa cenizas con cadáveres en todas partes. La policía intentaba calmar a la gente y limpiar el desastre. Por la fecha, fue esa misma madrugada. Y pensar que mientras aquello acontecía, Nolen estaba probablemente teniendo sexo con Jean, completamente ajenos. Se sintió enfermo cuando vio los cadáveres desfigurados y chamuscados, los esqueletos de vehículos calcinados y el cielo casi oscurecido por el polvo.
La cara de Nolen se retorció en una mueca dura.
-¿A quién le importa? Son solo una subespecie de simios codiciosos-opinó Jean, ahora más tranquila, pero el enojo no había desaparecido-hay que darles caza,  al infierno con lo que diga la policía. Si se meten en nuestro camino morirán como corresponde.
Jean escuchó Nicola por aproximadamente un minuto más. Nolen solo percibía un sonido inconexo venir del teléfono, no consiguió entender el discurso.
-Bien, ahí estaré-repuso y terminó la llamada. Inmediatamente después dejo escapar de su boca una gran cantidad de aire contenido-Vaya manera de empezar un buen día…
Nolen le dedico una mirada curiosa.
-¿exactamente que paso ahí?-dijo, haciendo referencia a la pantalla de la laptop.
Jean lo miró de reojo y luego a la pantalla, a continuación frunció ligeramente el entrecejo.
-¿qué paso? Anastasia, eso pasó. No veo que otra cosa podría ser-proclamó con voz punzante-la matriarca y sus infames subordinados saquearon docenas de locales y asesinaron o desaparecieron a un sinnúmero de personas.
-no entiendo como hubieron tantas víctimas, ¡era de madrugada! ¿Cuántas multitudes hay normalmente a esa hora?-Nolen se apoyó en la silla de Jean, aun viéndose totalmente desconcertado.
-En esa área siempre hay gente, no importa la hora y los locales están en la planta baja de edificios con apartamentos muy solicitados. Los degenerados seguidores de tu hermana no conformes con matar gente en la calle, incendiaron el lugar y obligaron a salir a los residentes-explicó la cazadora empujándose a sí misma lejos del escritorio, quedando frente al cuerpo de Nolen y dándole la espalda a la laptop.
Nolen se alejó para hacer un poco de espacio.
-por insensible que suene, este no es un gran problema. Peor es la noticia que Nicola me acaba de contar.
No hizo falta que Nolen hiciera otra pregunta.
-Anastasia tiene colaboradores humanos fuera de la secta-proclamó secamente. La boca del hombre se entreabrió, pero no estaba muy seguro de que decir-peces gordos, que pueden hacer muy buenos favores.
Entonces comenzó a extrapolar: tendría sentido, solo con un grupo reducido de maniacos amantes de los demonios la matriarca no podría ocultar su creciente número de subordinados cuando fuera pertinente y a la vez, hacer sus rituales locos cualesquiera que fueran. Necesitarían lugares adecuados para ocultarse y operar, hasta ahora lo había hecho magistralmente, de algún modo sus escondites pasaban justo delante de las autoridades sin ser detectados…. Porque seguro dichos escondites pertenecían a gente respetada, de quienes nadie sospecharía.
-explícame eso, ¿quiénes serian tan idiotas para hacer tratos con la matriarca? ¿Y cómo los encontraron?-deseo saber Nolen, ligeramente alterado.
Jean resopló con desprecio.
-No se los detalles. Cada uno tiene sus mañas, hasta ahora se han detectado tres sospechosos-empezó ella-sean amantes de lo oculto o simplemente lunáticos con codicia fuera de control, no estamos seguros, pero hacen negocios con Anastasia. El primero es Robert Scioli, es un adinerado inversor de bienes raíces. El segundo Allen Medici, importante accionista de corporaciones eléctricas y el último Joseph Le Nour, político, corrupto, al parecer-continuó la cazadora mientras se peinaba su aun alborotado cabello rojo-Robert debe estar escondiendo a los demonios de Anastasia, Allen y Joseph no estoy segura aun que papel estén jugado.
-Anastasia les estará ofreciendo dinero o algo así, quizá poder en el nuevo mundo-comentó Nolen mientras analizaba el discurso-es lo único que se me ocurre, motivaría a alguien a ayudar a la construcción…
-Destrucción, del mundo-corrigió Jean-A lo que Anastasia pretende, no se le puede llamar, por ningún motivo, construcción de un nuevo mundo.
Nolen alzó las cejas tomado por sorpresa.
-¿cómo?
Jean endureció las comisuras de sus labios.
-estuve hablando con Nicola, me contó que por lo que sabemos, el plan de tu hermana puede salirse de control y terminar con la destrucción absoluta de lo que existe.
Nolen se horrorizó, pero no tuvo tiempo de objetar cuando Jean prosiguió.
-el mundo terrenal y el demoniaco son paralelos-explicó Jean y se volvió a la laptop. Abrió una nueva ventana en la que parecía haber un modelo computarizado de dos cadenas montañosas, una azul y otra roja, colocadas en paralelo-así se entiende más fácil, para que Azazel venga a este mundo se necesita acercar ambos planos-dijo ella y activo el modelo, ambos modelos se empezaron a mover, uno hacia el otro-una vez lo bastante cerca se debe invocar a Azazel y dar por terminado el ritual para acercar ambos planos…. Sin embargo, si no se completa la invocación a tiempo y todo sigue el mismo curso…
Ambos modelos chocaron y se destruyeron uno al otro, como una casa en demolición.
Nolen estuvo callado por un minuto, viendo como todo se desintegraba en la pantalla. Imaginaba todo lo que conocía hecho polvo del mismo modo, nada bonito.
-¿así terminará todo?
Jean asintió cerrando la ventana  virtual y mirando de reojo al semidemonio.
-incluso el habitad de los demonios seria eliminado, por eso esto es una locura. Si el ritual es iniciado y no se detiene, será el fin. Si Azazel  logra estar en este mundo, la existencia no acabara, pero lo que conocemos como nuestro mundo, estaría perdido para entonces-culminó sombríamente ella-Si comienza, la única opción es dañar el ritual y esperar que el daño al mundo no sea irreversible. En el escenario donde no se invoca a Azazel, por supuesto.
-Por los demonios mayores…
-hasta ellos desaparecerían si todo se va al carajo-declaró Jean-La matriarca y sus amigos seguro se jugaran todo, sin una pizca de prudencia. Traerán a su demonio maldito o destruirán el mundo en el intento.
Ambos meditaron por escasos momentos, mirándose el uno al otro, hasta que Nolen se sintió obligado a hacer la siguiente pregunta indispensable:
-¿qué vamos a hacer?
-ahora mismo, yo voy a reunirme con Nicola y otros cazadores, vamos a “inspeccionar” las propiedades de Robert Scioli, para asegurarnos-señaló la mujer pelirroja.
-entonces yo debería acompañarte…
-no.
Fue tajante, sin compasión. La mirada de Jean indicaba un nulo interés en negociar y Nolen inmediatamente se sintió frustrado.
-¡pero quiero ir! ¡No soporto quedarme sin hacer algo…!-exigió levemente alterado alzando las manos haciendo énfasis.
-¿Estás listo para que el mundo sepa que eres y cuál es tu relación con Anastasia?-interrumpió ella, cortando la oración de Nolen como una cuchilla bien afilada.
-….
El hombre simplemente se quedó trabado, sin saber que decir.
-mientras la respuesta sea no, mantente fuera de esto.
 -pero ella vendrá por ti seguramente-intento contraatacar. Jean resopló con desgana y se puso de pie, a pesar que ella era algunos centímetros más corta, Nolen sintió que su autoridad era superior a la estatura de ambos.
-quizá, pero lo manejare. El que Anastasia tenga una enemistad conmigo no extrañaría a nadie, pero seguro ella hará saber al mundo que eres su hermano si la desafías acompañada de pseudodemonios…. Eso podría ponerte en una posición difícil, no todos somos tan amistosos como yo, Nolen-razonó ella firmemente, pero lo siguiente que dijo sonó más comprensivo que otra cosa, como una madre paciente enseñándole a leer a su hijo-También están tus hermanas…. Las chicas perro.
Las comisuras de los labios de Nolen tiritaron por un momento, ante la mención de ellas.
 -Anastasia seguro sabe cómo son de importantes para ti, si las descuidas, ella podría tomar represarías en su contra para castigarte-agrego Jean viéndose algo preocupada-y no estoy segura de que tan buenas sean para defenderse si eso pasa.
Nolen juró de solo pensarlo. Las gemelas eran conocidas por ser fieras y resistentes atacantes, pero esto era otro nivel… su propio orgullo no podía estar antes que la seguridad de su familia.
-ellas…. Yo…-se trabó, luego de algunas incoherencias, tragó hondo y dijo-Bien, lo haremos a tu manera.
Jean le sonrió amablemente.
-excelente-lo apremió y acto seguido, buscó algo en sus bolsillos, una vez lo encontró, tomo una de las manos de Nolen y se lo entregó sin soltarle-Hazle llegar esto a Bakom, será mejor si lo entrega un miembro de la sociedad demoniaca que un cazador.
El L’Enfer estudió la diminuta tarjeta en su palma, era un número telefónico, inmediatamente sus ojos viajaron a una palabra escrita en letras grandes “Drovlight”
-¿De quién es este número?-quiso saber Nolen un poco renuente.
-Es Gawein Drovlight, actual jefe de la familia-repuso ella-Necesitamos la cooperación de la guardia-la chica misma no parecía muy cómoda con ese hecho-es inusual, pero son tiempos desesperados.
Nolen no tenía nada contra los cazadores exactamente, pero tampoco era de los que llegarían a darles un abrazo a primeras, especialmente los Drovlight, quienes tenían un historial más sangriento que los Wholferd…  Jean era un caso particular, ya que tuvo la oportunidad de acercársele en circunstancias propicias para la amistad, de otro modo Nolen dudaba que alguna vez lo hubiera hecho por iniciativa propia.
-intentare dárselo pronto-prometió él.
Jean acepto con la cabeza mientras cerraba la laptop sin dejar de mirarlo.
 Entonces, antes de que Nolen lo procesara, ella se le acerco y sin vacilación alguna, como cosa natural, lo besó. Fue corto aunque agradable, para cuando él iba a devolvérselo ella ya se había separado, dejando al semidemonio un poco aturdido y con un sentimiento de inconformidad.
-vamos, saldré ahora, así que te llevaré a tu casa-invitó ella instándolo por un brazo a seguirla fuera de la oficina.
Nolen por inercia la siguió, pero entonces la duda apareció en su cabeza.
-espera-pidió, Jean ya tenía una mano en el pomo de la puerta, aun así, ella se detuvo en seco.
-¿qué pasa?-habló dedicándole una mirada de soslayo.
Nolen abrió y cerró la boca varias veces, buscando como decirlo, pero finalmente, decidió arrojar cualquier cosa que le saliera. No podía quedarse ahí parado, mirándose como un idiota.
-Sobre lo de anoche….
Jean se lo quedo mirando, pero pronto vio lo difícil que era el tema para él. La mujer decidió facilitarle las cosas.
-tómalo como prefieras-dijo ella suavemente-yo solo hice lo que sentí que quería hacer….
-¿eso qué significa?
Jean se volteo, para quedar de frente a él.
-hace tiempo que no tenia sexo, fue un impulso-explicó y luego de pensarlo agregó-también te debía un agradecimiento, por ayudarme.
Nolen parpadeó varias veces sorprendido.
-¿esa fue una manera de dar gracias?
Su cara fue tal que Jean no pudo evitar soltar una carcajada. Nolen no podía recordar si alguna vez la había visto reírse así, era algo hermoso y absurdamente poco común, como un trébol de cuatro hojas en medio del campo. Maldita sea, ¿a eso se referían con mariposas en el estomago?
-puede decirse que sí….-ella entonces volvió a mostrarse seria, pero había algo de vacilación-anoche, bueno….-frunció las cejas, era complicado-no puedo decirte que te amo, hablar de eso se me hace difícil, es… como otro idioma, aunque no lo parezca a veces. Por ahora si quieres una respuesta, presta más atención a lo que hago y no a lo que digo, eso es lo mejor que puedo hacer para expresarme.
Su respuesta era mejor que el revote que usualmente recibía de ella… era un progreso.  
-Eso… mmm, ¿significa que podremos repetirlo alguna vez?-soltó el hombre, esperaba no ponerse rojo y hacer el ridículo mientras lo decía.
Jean profirió una sonrisa entre maliciosa y divertida, también había algo de amabilidad en ello.
-seguro, si estoy de humor para entonces.
Dando por terminado el tema, la pseudodemonia abrió la puerta para gritar:
-¡Trixi, mueve tu culo, nos vamos con Nicola! ¡Angélica tu vete o llamare a Úrsula para que te haga compañía!


El timbre resonó por toda la casa de los Goldman. Era avanzada la mañana y la realización de lo que estaba por llegar, hizo que el cabello de Ion Armstrong se erizara por reflejo. No necesitaba preguntar para saber quién era…. El olor del invitado alcanzó a todos los residentes de la casa…
Mauro había llegado.
Por una parte, Ion estaba aliviado de que Jessica no necesitara ir por el humano a su casa… por otro, temía que todo culminara en violencia y la muerte de alguien… la muerte de Mauro. Ion quería que hiciera frente a su cobardía como un hombre, pero no estaba seguro si quería realmente su muerte…. Él no era un asesino hasta los huesos, como eran las gemelas, se había criado como un humano tranquilo la mayor parte de su vida y eso, para bien o para mal le hizo tener una mayor inhibición en cuanto a matar.
-Ion… ábrele tú-pidió Jessica casi con un gruñido.
Jessica preparaba el desayuno, sándwich y papas fritas. Intentaba no romper la tabla donde cortaba los ingredientes, al percibir la presencia del humano, ella estaba teniendo un momento difícil para no alterarse.
-ok….-dijo sutilmente Ion levantándose de la mesa, donde anteriormente leía el periódico, haciendo como que no veía en su tabled la masacre causada por la secta en la madrugada pasada. Titus estaba en la mesa junto al semidemonio, mirando las noticias a través de la pantalla y moviendo la cola copiosamente; como meditando sobre la situación, una situación que no le gustaba.
Jennifer en ese momento se hallaba en la ducha, saldría pronto, ella también sabia del visitante. Ion tomó aire, esperando no lucir muy peligroso y se dirigió a la puerta, el también quería castigar a Mauro, pero por su propia moral y por ordenes de Jennifer, él no se permitiría tomar represarías.

Cuando la puerta se abrió, Mauro se mostró sorprendido por su recibidor. Ion se mantuvo neutral.
-buenos días supongo-expresó y tragó saliva para sí mismo-si vienes a ver a Jane… tendrás que esperar un poco.
Mauro se estremeció y asintió nerviosamente.
-si, por eso vine. No me molesta esperar-aseguró con posición encogida.
Por su postura, parecía mucho más pequeño que Ion, incluso si eran básicamente de la misma talla. Ion lo invitó a pasar con un gesto de la cabeza y se hizo a un lado. Mauro, aunque vacilando, se adentro en la casa y fue escoltado por el semidemonio hasta la sala.
Mauro miraba en todas direcciones nerviosamente, como si percibiera el peligro, especialmente en la cocina… comprensiblemente, Jessica estaba en esa dirección.
-escucha Káiser-masculló Ion seriamente, ofreciendo al humano tomar asiento-mantente alejado de la cocina, Jessica está ahí y… no le agradas.
El terror se hizo patente en la mirada del hombre.
-por… eso me recibiste tu-asumió Mauro, el semidemonio aceptó con la cabeza-¿sabes lo que pasó?…. Sobre… ¿ellas?
Ion hizo una mueca, viendo al hombre en el sofá, encogido, como una persona esperando la ejecución, era penoso.
-sí, lo sé todo-admitió Ion virando los ojos-si no quieres morir, no pinches la paciencia de Jessica.
Mauro contuvo el aliento.
-¿Qué hay de Jennifer?
Las cejas de Ion se fruncieron levemente.
-por ella no hay mucho de qué preocuparse-dijo sinceramente-pero tampoco puedo garantizar tu seguridad.
Incluso si Jane no parecía tener intenciones violentas, Ion no se confiaba, había cierta incertidumbre sobre lo que podría pasar, Jennifer con frecuencia tenía reacciones descabelladas frente a malas situaciones.
Mauro se puso pálido como mármol. Entonces una figura apareció en la sala, la figura esperada por el invitado…
-Buenos días, Mauro-saludo Jennifer llamando la atención desde la escalera.
El susodicho se impacto al verla. La chica mitad demonio tenía su larga melena negra húmeda y vestía un conjunto de ropa ligera blanca azulada: pantalón corto y una camisa sin mangas. Mauro no pudo evitar sonrojarse, por la cantidad de piel que ella estaba mostrando, sin preocuparse de ello.
Ion no contuvo una media sonrisa al verla. Estaba acostumbrado a la ropa ligera de Jennifer y Jessica, las había visto usando menos, así que ya no le afectaba.
-bue… buenos días-dijo Mauro bajando la mirada, Ion se preguntó si era por miedo o porque Jennifer lo impactó con su apariencia desenfadada.
Era raro, Ion la conocía bien… podía decir que Jennifer y su hermana eran mujeres de un estilo extraño, les gustaba la ropa bonita y practica para la movilidad…solo que había algo… salvaje en su apariencia y comportamiento, muy contrario a otras mujeres como la Wholferd aspirante a novia de Nolen. La esencia de las gemelas era primitiva y bestial: sus maneras de caminar, de sonreír, de sentarse o dormir, carecían con frecuencia del “cuidado” o la “elegancia” de la mayoría de los humanos. Uno de sus gestos más clásicos era cuando sentían picor en algún sitio, el modo en que se sacudían y estremecían recordaba mucho a un canido.
Su comportamiento era más Canis inferno que humano.
En cierto modo para Ion era, de hecho, atractiva, aquella peculiaridad de ambas mujeres. Su naturaleza bestial cuando no se traducía en violencia, podía ser muy adorable. Era como los ladridos de un perro, realizados de la manera correcta y en el contexto correcto podían ser tanto lindos como aterradores. Así eran ellas, sus risas podían parecer las de cachorras juguetonas… o perras rabiosas.
Pero Mauro no podía ver eso. El solo veía chicas con grandes dientes capaces de arrancarle un miembro en el momento que se les antojara. Ion dejó de  sonreír luego de pensar en aquello.
 -ven conmigo-pidió ella volteándose para guiarlo a su habitación. Ion vio indecisión y miedo en la mirada de Jane, pero esta supo ocultarla bastante bien para el ojo inexperto.
Mauro forzosamente se puso de pie y fue detrás de la semidemonia.
Ion los vio alejarse hasta perderse de su vista. Él quería lo mejor para Jennifer… desearía saber quien seria aquello mejor.

Jennifer no recordaba otro momento en su vida donde su corazón latiera a ese ritmo sin estar en peligro real. Ella guio a Mauro hasta su habitación, no era muy espaciosa y eso no ayudaba a la atmosfera pesada que les envolvía. Jane no era estúpida, sabía perfectamente lo aterrorizado que estaba Mauro, no solo podía sentirlo en el ambiente, también podía olerlo, su olor a miedo era obvio, por esa razón la chica intentaría no alterarse demasiado, no quería asustarlo más.
Cuando estuvieron dentro, totalmente solos, ella se esforzó en comenzar….
-sobre… lo de la otra noche….-quería decir.
Mauro fijo total atención en Jennifer, anteriormente estaba mirando a todas partes, como si buscara una salida.
-me… me mentiste-respondió él casi con un jadeo nervioso.
-¿cómo?
-Pensé que eras humana, ¡que eras una chica normal! ¿¿Por qué hiciste esto?? ¿Que querías lograr conmigo?-exigió saber repentinamente alterado, Jane abrió mucho los ojos ante su contundente reacción-¿Comerme o algo así?
Jennifer frunció el ceño muy ofendida… y herida.
-¡por supuesto que no! ¡Si hubiera querido comerte no estaríamos hablando ahora mismo!-exclamó ella, bueno, quizá estuvo demás responder a su provocación usando la palabra “comerte” en una oración. Jennifer contuvo el aliento al darse cuenta de su error.
Mauro se puso pálido.
-¿entonces qué? ¡¿Que querría un horrible demonio como tu conmigo?!
Jennifer no necesitaba mirar hacia abajo para saber que le temblaban las rodillas. No es que estuviera muy pendiente de eso, ella estaba más consciente de las punzantes palabras que le arrojaba, justo donde más le dolía.
La mujer demonio tragó saliva y casi da un paso atrás, como si quisiera alejarse de tal afirmación. ¿Este hombre era tan estúpido para no darse cuenta? Jennifer no podía creer cuan idiota estaba siendo Mauro. La situación se tornaba inverosímil, ella, quien desde la infancia había luchado por sobrevivir, compitiendo con monstruos más grandes y fuertes que si misma…. Templaba y sufría por las palabras de un insignificante humano.
-¿tan difícil es creer que solo quería divertirme con un chico?-preguntó ella, cuando vio el horror en la cara del hombre y lo que seguro estaría pensando, ella rectificó-incluso alguien como yo puede tener la esperanza de enamorarse, ¿sabes?
Mauro pareció estupefacto, como fuera la cosa más ridícula que le hubieran dicho en su vida.
-¿Enamorarte? ¿De mi?-recalcó vehementemente, sacudiendo los brazos en un intento por hacer énfasis-no puede ser enserio, ¿un demonio y yo? ¡Es una locura! ¡No quiero monstruos en mi vida, Jennifer!
Para la chica delante de Mauro, eso fue como una patada en el estomago. Alto dentro de ella se hizo polvo.
-¡yo soy el producto de esa locura!-Casi gritó ella, muy cerca de enojarse.
-¿qué?-Mauro retrocedió con miedo ante el arrebato de Jane.
-¡yo no soy una demonia!-le hizo saber con una mueca retorcida en su cara-Mi madre, donde sea que esté, ¡es humana! Soy una semidemonia, ¡puedes decirme monstruo si quieres!  ¡Pero yo nunca quise esto! ¡Yo nunca quise hacer daño a nadie!
Jennifer maldijo que en la última frase su voz se quebrara.
-no… imposible…-masculló Mauro muy perturbado-incluso así, incluso así…. Yo no quiero monstruos cerca mío, yo he tenido suficiente con ellos…. ¡Aléjate de mi Goldman! ¡Solo agradezco haberme enterado antes de que hiciera algo para arrepentirme!-Mauro se abrazó a sí mismo en absoluto terror, como protegiéndose de algún ente invisible, porque a los ojos de cualquier la mujer ante él no parecía peligrosa.
Jennifer se estaba desesperando, no sabía qué hacer, su boca no conseguía decir nada coherente. Cuando pudo hacerlo, de nada sirvió.
-¡pero yo  te salvé!-replicó.
-¡al infierno! ¡Si me hubiera acostado contigo ya no estaría cuerdo!
Por Lucifer…. Eso fue directo al orgullo.
-Mauro….
Ella no supo que se apodero suyo…. Pero intento acercarse al hombre. Mauro, al darse cuenta se puso en modo defensivo, dio dos pasos atrás dejando ir un gemido estrangulado y de su ropa saco algo fugazmente…. Un cuchillo.
-¡No te me acerques dije!
Jennifer frenó por un momento, viendo casi curiosamente la lustrosa arma, pero no mostró temor. Mauro no tuvo tiempo de responder, ella se lo arrebató en un pestañeo como si no fuera gran cosa, haciendo que el humano gritara y retrocediera casi chocando con la puerta a su espalda. Mauro juraba que era hombre muerto.
Pero la mujer simplemente miró el cuchillo en sus manos, sin hacer algo violento.
-Si querías matarme debiste ser más creativo-comentó ella tristemente-necesitas ser extremadamente hábil con el cuchillo para poder hacerme daño.
Para horror de Mauro, Jennifer hizo una demostración: sujetó firmemente el arma por el mango y se cortó profundamente uno de sus brazos. La sangre salpicó y se derramó, la mujer demonio no aparto la vista de la herida por largo rato hasta que volvió a mirar a Mauro, como si recién se hubiera acordado de él.
-¿ves?-inquirió enseñándole la herida, totalmente sana aunque manchada de sangre-sano más rápido que muchos demonios porque mi cuerpo es relativamente vulnerable, tendrías que arrancharme el corazón o la cabeza. De otro modo matarme tomaría tiempo o yo tendría que estar muy débil.
Mauro no vocalizó. Sus labios estaban sellados y temblando como gelatina, no podía creer lo que veía, era inimaginable. Ella no se moría…. Ni siquiera se veía lastimada.
-¿Mauro?-pregunto Jane preocupada.
-¿Por qué?…. ¿Por qué me dices esto…?-casi no tenía aliento.
Jennifer trago saliva y se vio muy abatida, con la postura holgada y el cabello en su cara.
-no lo sé.
Luego pasó algo que Mauro no esperaba, Jennifer soltó el cuchillo sin darle más atención, y acto seguido, ella le abrazó, tomándolo completamente por sorpresa. La chica lo apretujó suavemente y escondió la cara en el pecho del humano, aun impactado, incapaz de dar órdenes a su organismo.
-yo solo quería que me amaran-musitó ella aun aferrada a él.
Cuando Mauro recuperó el habla, respondió con extrema rapidez.
Gritó.
Gritó como si su peor pesadilla se hubiera materializado ante él.
Sin consideración empujó a Jennifer lejos y en un impulso le dio una contundente bofetada en la cara. Mauro se alejó asustado, no solo por el acercamiento sorpresivo, sino por lo que acababa de hacer, había golpeado a la bestia. Él no podía verle la cara a Jennifer y eso le daba más miedo…. Sentía que iba a ser devorado.
Pero en su lugar, oyó un gimoteó, luego otro…. Cuando finalmente la mujer lo miró, Mauro quedo incapaz de moverse. Los grandes ojos verdes de Jennifer ahora eran rojos… y derramaban sangre.
Lloraba.
Diablos, como si no pudiera ser todo ya lo bastante absurdo. Se sintió un poco mal por ella…
No tuvo mucho tiempo para reflexionar sobre ello, un par de segundos después, la puerta detrás de él se abrió. Al voltear fue recibido con un puñetazo en la cara, que lo envió hacia la pared, el dolor le recorrió la espalda, el cuello y todo se volvió negro por un instante.
-¿Lo mataste?-dijo la voz de Ion.
-¿Eso qué importa?-espetó la voz salvaje de Jessica, sobre los sollozos de su gemela.
Mauro recobró la vista, ante él estaban todos los residentes de la casa. Jessica ahora abrazaba a Jennifer, quien se aferraba como si aquel abrazo fuera lo único que la mantendría viva. No muy lejos Ion con una mirada hostil, muy contraria a la habitual apariencia calmada que usualmente mostraba, y en la otra cama, Titus, moviendo la cola furiosamente.
El llanto de Jane era ahogado por el pecho de su hermana, quien miraba con odio a Mauro, tales ojos le daban escalofríos al susodicho, era como ver la muerte a la cara. Ojos rojos y negros, con las pupilas agudas. Dientes afilados y perfectamente alineados, gruñéndole con saña…. Solo entonces lo supo realmente: Ion estaba en lo cierto, Jessica era un peligro mucho mayor que Jennifer.
Jessica pareció querer ir a por él y arrancarle las entrañas, pero los brazos de Jennifer se lo impidieron. Jessie se detuvo al instante y dirigió la vista a su gemela, en un respiro su mirada de odio cambio a una de pesar y cariño. Jane negó fuertemente con la cabeza y se pego más a su hermana.
-no….-fue todo lo que dijo.
Jessica gruñó con frustración y luego le dirigió una asesina mirada de soslayo a Mauro. Él pensó que fue un milagro que su corazón alocado no se detuviera.
-Escúchame muy bien. Pretenderé ser una persona civilizada durante un par de minutos, si quieres vivir, los usaras para salir de esta casa-declaró con filo agudo-Ion llévatelo de aquí antes de que cambie de idea.
Mauro apenas pudo decir nada, cuando Ion lo tomó del cuello, con una fuerza inesperada y lo sacó de la habitación. Antes de darse cuenta estaba en el callejón de la casa Goldman.
-que…
Ion lo soltó tan bruscamente que Mauro se vio pronto en el suelo polvoriento, eso acrecentó su dolor de espalda  y cuello. Jessica tenía el brazo pesado.
-¡¡Apresúrate y vete!!-le gritó Ion, mostrándole a Mauro, por primera vez, sus demoniacos ojos. Eran similares, pero también diferentes a los de las gemelas, en lugar de rojos, estos eran más como un naranja cercano al amarillo.
-yo… yo… eres igual que ellas….-no sabía porque dijo eso.
Ion resopló con desprecio.
-Sí, lo soy. ¿Algún problema?-inquirió, Mauro no contestó, solo se quedo quieto en el suelo-Tienes suerte de estar vivo, Jessica es muy comprensiva cuando se trata de Jennifer…. ¡Pero aun no entiendo que vio Jennifer en una cucaracha como tú!
Ion cambio de postura, separando las piernas y los brazos, inclinándose hacia delante. Mauro reconoció esa postura agresiva, era la misma que Jennifer tenia al pelear. Él hombre se arrastro hacia atrás para alejarse desesperadamente, la sombra de Ion enojado era casi tan aterradora como la de su novia.
Ion hizo su mejor esfuerzo para calmarse y tomar aire.
-Vete, pero que no se te ocurra hablarle a nadie de esto-amenazó con los puños apretados y los dientes a la vista-o la próxima vez, Jessica de verdad te destripara, quiera Jennifer o no.
Mauro sudoroso aceptó desesperadamente con la cabeza, se levantó y corrió a toda velocidad lejos, por poco cayéndose en el camino. Pronto estuvo fuera de la vista.


-Te mantendré informado-aseguró Jean mirando por el rabillo del ojo a Nolen.
-Eso espero-dijo el semidemonio abandonando el asiento del copiloto. El vehículo estaba detenido en la esquina más cercana a la casa de los Goldman, el flujo de peatones y trafico en el área era bastante suave, por eso Jean no estaba preocupada de importunar a nadie por parar en la acera.
-Dales mis saludos a tus hermanas-pidió Trixi desde los asientos traseros con una sonrisa.
Nolen asintió sonriendo a la petición, cerró la puerta dispuesto a volver a casa, pero…
Un ruido estruendoso llamó la atención de las chicas Wholferd y Nolen, miraron en dirección al sonido y había un hombre a la vista, salió corriendo del callejón por donde está la entrada trasera a la casa Goldman, evidentemente corrió tan rápido que resbaló y rodó por el rasposo suelo con ademan ridículo.
Trixi hizo un mohín compadeciendo al hombre.
Nolen enseguida lo reconoció, estuvo lejos de ser un encuentro bien recibido.
Mauro de inmediato se levantó con el mismo impulso que le hizo caer y siguió su carrera, más o menos, ya que cuando diviso a Nolen en su camino frenó en seco dejando una pequeña nube de polvo tras su nervioso cuerpo. Ambos hombres compartieron un miramiento por largos segundos, antes de que Mauro se recobrara del impacto y siguiera corriendo de largo, dejando atrás a dos confusas mujeres pelirrojas y un semidemonio muy preocupado.
-¿Está todo bien?-quiso saber Jean, la cara que Nolen hizo al ver a ese hombre no era una buena señal, la cazadora lo percibió enseguida.
-Si-su voz fue plana-mi asunto, yo lo resolveré.
Tomó una profunda bocanada de aire, preparándose para los problemas.
-que les vaya bien, cuídense-agregó Nolen antes de caminar a paso apresurado a su hogar.