sábado, 14 de abril de 2018

El edén del infierno: Acto 2-Capítulo 14



14
Sabor a dolor

N
icola Wholferd le rompió el cuello a uno de los tantos guardias que custodiaban la propiedad de Scioli, al alrededor del pseudodemonio pelirrojo todo iba a rapidez de rayo, una vez liquidada la defensa, que puso considerable resistencia de hecho, todo lo demás fue como un día de campo para los Drovlight.  Neutralizar a cualquiera que se topara en el camino de los invasores, noqueándolos y amordazándolos, luego ocupar el lugar tan pronto como pudieran para registrar cada rincón en busca del fugitivo.
Entonces. El grito enrabietado de Taius llamó la atención de Nicola y muchos otros.
El Wholferd enseguida supo que algo había fallado… No tenia que maquinar mucho en su mente para dar con unas cuentas posibilidades muy realistas.
No pensó demasiado y así como otros cazadores, fue corriendo a toda marcha hacia donde estaba el líder rubio. Fueron guiados al último piso, en una habitación cuya puerta fue derribada; estaba Taius. Sin asombrar a nadie, el hombre Drovlight pateó con fuerza contra el caro escritorio donde seguramente hacia poco estaba Scioli, el mueble casi se estrella contra la pared opuesta.
Sus subordinados lo miraron con preocupación, sin mediar palabra.
Taius tenía algo en su mano derecha, una especie de papel arrugado con rabia. Nicola se acercó para mirar con más detalle, tratando de no reparar en el semblante encrespado de su compañero Drovlight.
-Cobarde sin dignidad… espero que ella te trate como te mereces-dijo Taius en protonórdico, mostrando los dientes y haciendo una cara que era más propia de un lobo rabioso que de un hombre-haciéndote desear haber sido atrapado por mí.
-¿Taius?-inquirió Nicola con intriga.
El mencionado levantó su mano izquierda y le mostró el papel arrugado que guardaba, con un mensaje cuya caligrafía era sorprendentemente estética para la circunstancia, una letra digna de cualquier secretaria.
Decía:
Lo que no sirve se desecha, pero yo soy ecologista, así que reciclo.
De Scioli no se preocupen, está en buenas manos. Él y yo hemos llegado a un nuevo acuerdo beneficioso para ambos, bueno, para mí, él solo firmó porque ustedes le respiraban en el cuello y creo que debo agradecerles por ello, he salido muy bien librada gracias a ustedes.
La Matriarca.
Taius proclamó una diatriba tan cruda que hasta Odín se estremeció.

-No importa lo que otros digan, muchos matarían por ser como tú-señaló Angélica medio seriamente-Con tantos peligros tus cualidades de pícaro  son la envidia.
Trisher se rascó el cabello marrón.
-Eso es cierto, pero créeme, hay cosas que me encantaría no haber sabido y ser así…-decía.
-¿Soplón?-ofreció Trixi sin malicia.
-¡No!-exclamó el demonio ofendido, cruzándose de brazos-ser de naturaleza casi totalmente incorpórea, por ello llego a todas partes sin ser notado y encuentro las peores cosas que puedas imaginar…
-¿Como esto que dices?-inquirió la Kirin mirando en la laptop que tenía en manos.
Trisher llegó a la residencia con lo que él llamaba “Una peligrosa bomba” contenida en su pendrive, pronto el demonio, Angélica y Trixi se dispusieron a ver el video en la sala de la casa Wholferd, mientras Jean tomaba un segundo baño.
Los tres en cuestión yacían cómodamente sentados en el mueble mientras la Kirin buscaba el archivo. Trixi y su amiga no se veían preocupadas, pero el sombra lucia inquietado, no dejaba de tocarse el cabello con nerviosismo.
-Como eso, solo me quedé porque sabía que esto les interesaría, sino estaría en cualquier otra parte intentando olvidar lo que vi-juró el hombre, mientras Angélica reproducía el archivo que Trisher indicó.
Habían traído una mesa pequeña de café para colocar la laptop, manteniéndola en vertical con una pila de libros. Angélica dio al botón de reproducir y junto a Trixi se situó en el mueble, en tanto Trisher permanecía de pie a un lado.
En un principio las chicas no comprendían el comportamiento incomodo del demonio, pero tras solo unos segundos de video, ambas lo tuvieron sumamente claro.
-¿esa es Úrsula?...-gimió Angélica pasmada, los ojos de la Kirin se abrieron como un par de faroles.
-por Lucifer….-intentó decir Trixi quedando con la boca abierta.
Trisher se cruzó de brazos como para protegerse. La súcubo estaba teniendo sexo mientras sus dientes mordían el cuello de su víctima, el hombre trataba de luchar, pero ella lo tenía más que controlado. Trixi ante la perspectiva de ver a Úrsula enrollada con otra persona, solo pudo tragar hondo e intentar no enloquecer, no sentirse aplastada por la traición y no ir a gritarle a la mujer nada más verla…. Trixi se repetía todas las veces posibles, que Úrsula era una depredadora sexual de naturaleza, no era su culpa…
-no fue sencillo mirar eso-comentó el sombra con una mueca deforme-es perfecto para subirlo a una página de la Deepwed.
Úrsula golpeaba al sujeto y lo dejó inconsciente, luego se arregló la ropa con total calma, tomo al tipo y lo levantó sobre su hombro. Acto seguido salió por la ventana desplegando sus alas, la cámara cortó la escena. Luego aparecieron en una habitación corroída esta vez, no se podía apreciar el exterior pero probablemente era del distrito pobre de la ciudad, donde los edificios eran básicamente refugios para alimañas de gran tamaño.
Todos tenían miradas fijas a la maquina.
-me parece que está descargando sus frustraciones en el pobre hombre. Dudo que ella trate de este modo a todas sus víctimas….-dijo Trisher.
-se siente como porno snuff amateur-manifestó Angélica-Úrsula tiene formas nada ortodoxas de lidiar con el estrés.
De pronto Angélica levantó un brazo de manera tensa, demostrando cuan atónita estaba, se puso la palma en la mejilla y sus ojos marrones casi se le salían. La razón estaba a la vista.
Dentro del edificio había una especie de potro medieval con amarras de cuero, Úrsula lo tenía fuertemente atado, y ella; desnuda sin pudor, con alas y cola desplegadas, se acoplaba firmemente a las partes nobles del humano, cuyos pantalones y ropa interior fueron arrancados en algún momento pasado. La victima de Úrsula parecía disfrutar del suceso, pero en sus ojos había un latente temor.
Trixi sintió su cuerpo temblar un segundo. La súcubo fornicaba violentamente y en medio de ello, Úrsula le gruñía algo aterrador, con ojos rojos, y dientes afilados en su sonrisa maquiavélica; la cámara de Trisher hizo un acercamiento para recalcar aquello.
 Se apretó mas contra el hombre aterrado, lo que dijo fue ininteligible, solo se alcanzó a comprender algo como: “…pronto créeme que no querrás volver a ser tocado nunca
-puuuuta madre-gimió Angélica.
Pronto el sujeto llegó al orgasmo y Úrsula se retiró chorreando semen. A continuación puso su garra de demonio en el cuello del hombre y él chilló como un animal doliente, temiendo por su vida tras no haber complacido lo suficiente a su agresora. El amante forzoso de la demonia recién parecía recordar la desagradable marca de mordida que tenía en el cuello, Úrsula se aseguró de hacerlo muy consciente de ella enterrando de a poco su garra en la herida fresca, como saboreando el dolor que provocaba.
-¡estás loca! -exclamó. Úrsula para el horror de todos, con su rostro intimidante le dedico una perturbadora sonrisa.
-supongo que es verdad. Muchos de los que me conocen opinan lo mismo.
Trixi percibió que todo se pondría muy feo. Úrsula le rasgó el cuello al humano de la quijada hasta el pectoral, rompiendo lo que le quedaba de ropa y derramando sangre a raudales, con toda la intención de herir mas no matar. Trixi cerró los ojos en el instante que el humano bramó.
-esta es la peor parte-Trisher dijo y luego volteo para no presenciar lo que venía.
Úrsula con ayuda de su garra tomó en boca la virilidad del hombre y….
-….por los demonios mayores, eso duele-comentó Angélica tirándose hacia atrás en el mueble y cubriéndose la boca con las manos. Trixi solo pudo apretar sus ya tensos músculos, el pulso de la Wholferd iba tan rápido que era visible sobre la piel de su cuello tieso.
El sujeto dejó escapar un sonido como de llanto. Los dientes de Úrsula lo habían lastimado en su lugar más delicado. Para horror de la audiencia, Úrsula se echó a reír malignamente con la boca aun enrojecida por la sangre por la reciente acción. Angélica fulminó con la mirada a Trixi, ella le respondió de soslayo.
-dime que Úrsula cuando te toca, no hace esas cosas, ¡Porque si las soportas de verdad que estás jodida de la cabeza!-demandó. Trixi se mostró incrédula y sonrojada.
-¡claro que no! Ella no es cruel conmigo.
Trisher volvió a mirar la pantalla, aunque solo con los ojos virados. Pero fue demasiado pronto, Úrsula volvió a lastimar al humano y esta vez, sí que lo hizo gritar de modo enternecedor, tanto que las chicas voltearon.


-¡El puto asco! Úrsula sabia que eras una zorra degenerada, ¡pero no tenía idea de cuánto!-bufó Angélica al televisor alzando las manos de modo alterado. Jean entró a paso calmado mirando tranquilamente a los presentes, aunque todos menos Trisher parecían traumados. Este último solo quería que la tierra lo tragase para dejar de vivir aquello.
Trixi miraba a la pantalla con ojos enormes y la boca prensada, definitivamente no lucia complacida con la vista… parecía que pronto su cerebro haría corto circuito.
-¿qué sucede?-preguntó Jean parándose junto al sofá.
-¡nooo!-chilló un hombre en la tv. Jean vio de soslayo que Úrsula le estaba colocando la mano lascivamente y no estaba precisamente acariciando su virilidad, lo que quedaba…. Ella hacia cosas mucho más perversas, con un cortaúñas de por medio. Trixi se encogió impresionada, Trisher dobló su boca y Angélica hizo un gesto de dolor ajeno.
Jean no pudo evitar abrir los ojos un tanto más de lo habitual, la escena era una especie de una película erótica extremadamente ilegal….  Joder, Jean compadeció profundamente al humano del video y a cualquiera que cayera en manos de Úrsula después de que esta tuviera un mal día.
-Úrsula acaba de violar lo último que nos quedaba de inocencia-explicó la Kirin apartando los ojos de la pantalla y tapándolos con sus manos, como negándose  a vivir la realidad de estar en el mismo mundo donde pasaban semejantes barbaridades.
-A veces no quiero vivir en este mundo-comentó el sombra. Trixi lo miró de reojo.
-¿cómo puedes estar tan calmado?-espetó ella conmocionada, Trisher se encogió de hombros sin darle importancia.
-Lo veo de este modo, siempre puede ser peor, estoy a salvo aquí; cuando bien podría ser ese tipo-dijo él con convicción gesticulando a la laptop-y aun no llega la parte donde lo desvirga por detrás…
-suficiente-sentenció Angélica tomando la maquina y apagándola-eso no lo podremos soportar. Prefiero quedarme con mi mente retorcida tal y como está.


-Hombre, ¿de dónde…?-iba a preguntar Ion asombrado, mientras Nolen entraba a la casa cargado con un montón de bolsas de comida.
-Tuve suerte, ese tipo iba camino a casa con esto cuando nos encontramos-explicó el semidemonio llegando a la cocina donde procedió a colocar las bolsas.
Nolen se veía agitado, su pecho subía y bajaba al respirar con demasiada frecuencia, se notaba especialmente porque su ajustada camisa, húmeda, remarcaba la silueta de su pecho, eso y el fuerte olor a sudor que despedía el hibrido L’Enfer.
-¿Estás bien?-preguntó el semidemonio Canis Infernus con preocupación, viendo el estado de su amigo-parece que te hizo mal.
Nolen ahogó un gemido cerrando los ojos y alzando la cabeza hacia el techo, como un corredor recuperándose de una carrera agotadora.
-Bien, seguro-declaró con voz atropellada-solo trato de no pensar en la gente a la que ese hombre iba a alimentar con esto… y ahora se quedaran esperando.
Ion permaneció en silencio, no sabía cómo responder. Nolen luchaba por no arrepentirse de sus actos, el novio de Jessica podía verlo escrito en la cara de su cuñado, quien pronto abrió los ojos y comenzó a mirarse una mano… como si guardara un secreto existencial profundo, o fuera un arma mortífera que trataba de descubrir cómo usar sin matarse.
Se veía miserable, tal como las gemelas lo describieron hacia poco.
Finalmente Nolen volvió a fijar su atención en la comida y se dispuso a desempacarla, pero Ion intervino.
-No-dijo rápidamente, ganándose una confusa mirada de Nolen-Yo lo hago, vete a dormir, pareces cansado.
-Estoy bien Ion-respondió, pero cuando iba a volver a su tarea Ion le agarró por un hombro para frenarlo.
-Insisto, necesitas dormir-pidió Ion creando un campo arado en su frente de lo fuerte que frunció el ceño-Mírate en un espejo.
Nolen, sudoroso y con pronunciadas ojeras comenzó a ponerse nervioso. En el escasamente iluminado ambiente de la cocina, el chico de cabello cobrizo parecía más una fiera nerviosa que la cabeza de la familia Goldman.
-No, yo tengo que…
-Nolen.
Ion hizo un poco de fuerza para tratar de separar al otro semidemonio de su tarea, entonces, sencillamente la compostura de Nolen se agrietó:
-¡Déjame!-exclamó separando bruscamente de un manotón a su amigo, casi arrojándolo contra la pared.
 Ion quedó a un seguro par de metros de Nolen, quien le observaba con los ojos de par en par, brillantes como llamas, respirando frenéticamente, todavía bañado en sudor y temblando hasta los huesos. Ion se enterneció y brevemente sintió temor del hibrido L’Enfer.
En un parpadeó Nolen pareció reponerse, sacudiendo ligeramente su cabeza cerró los ojos con fuerza y dio la espalda a Ion, para apoyarse en la mesa, entre respiraciones con ademan doloroso.
-Yo…-susurró él-Se que me quieres ayudar, lo siento.
-¿Que te estás haciendo…?-inquirió Ion con temor.
-Los puedo ver en mi mente-dijo Nolen ignorando lo que había preguntado el otro chico-casi puedo oírlos, a esas personas, son parte de mi ahora… su dolor y su miedo.
-¿Que te estás haciendo?-repitió Ion luego de unos instantes, francamente horrorizado por lo que se estaba encontrando, este no era el Nolen al que estaba acostumbrado.
-Me estoy haciendo un L’Enfer de verdad-contestó con voz grave y plana, aun dando la espalda.
Ion retrocedió y sin decir otra palabra, se fue a buscar a Jessica y Jennifer. El joven semidemonio entendía ahora los miedos de ellas. Nolen no parecía él mismo, se estaba rompiendo, no era el Nolen amistoso y calmado que todos apreciaban, era algo más.
Algo que asustaba a Ion.

Nolen respiró profundo luego de guardar todo en la despensa, tendrían comida para largo tiempo y eso lo tranquilizaba, no obstante, su mente no se relajaría tan fácilmente. El chico L’Enfer aun podía ver la mirada en el rostro de las personas que había matado recientemente, ese terror, esa incertidumbre, le provocaba nauseas. Cuando drenaba la vida de aquellas personas su cuerpo se sentía mejor, como si una persona desnutrida de a poco recuperara condición, el detalle, era que tal sentimiento de mejoría le hacía sentir culpable, sucio y despreciable. 
Los ojos sin vida de las personas que se había “comido” no lo dejaban dormir tranquilo, sus gemidos de dolor e intentos de pedir piedad mientras forcejeaban, las emociones y sensaciones crudas que se le transmitían de las presas con cada asesinato, para quedar atrapadas en él. Por estas cosas es que Nolen siempre rechazó la idea de alimentarse, había sido testigo de suficiente barbarie en su vida, la sola idea de convertirse en algo como esa gente lo atormentó una vez. Estaba consciente de la cadena alimenticia con todo lo que conllevaba, pero no podía digerirlo cuando se trataba de sus cualidades demoniacas, porque no eran algo primordial para su subsistencia, solo eran un añadido y debido a eso le daba la sensación a Nolen de estar matando y arruinando vidas por deporte… como ellos.
No soy como ellos-Se dijo mientras apretaba los puños.
Lo dice quien estrangula a sus víctimas lentamente hasta la muerte-oyó en el fondo de su mente-Tu y ella no son distintos.
Por reflejo se sostuvo la cabeza con ambas manos. Cerró los ojos intentando controlarse y que esas voces no lo volvieran a molestar… había sido una constante desde que comenzó a comer. Algo más que la energía de sus víctimas se quedaba con él una vez habían muerto, algo más que un sentimiento, como si parte de la mente de esas personas quedara atrapada en el semidemonio.
Nolen tembló cubierto de sudor, tenía miedo de lo que podría ocurrir, lo peor es que no había más opción que continuar en ese horrendo camino.
Un sonido lo interrumpió.
Nolen jadeó y salió de su autodestructiva ensoñación. Miró hacia la mesa y contemplo su teléfono celular con una llamada entrante. El L’Enfer hibridó se acercó recuperando, a medias, su frágil tranquilidad;  y vislumbró en la pantalla del artefacto una llamada entrante:
Jean Wholferd. 
Nolen tomó el teléfono decididamente pensando para sí mismo, como un recordatorio: Esto es por ella, por Jean, por Jessica, y por Jennifer.
Contestó.
-¿Jean?-preguntó él-¿Cómo estás?
-¿Nolen, estás bien? Te oigo inquieto-preguntó enseguida la pseudodemonia.
-No es nada importante…
-¡MENTIRA! ¡NO HA DORMIDO EN DÍAS, REGAÑALO!-gritó Jennifer desde la otra habitación, sobresaltando a su hermano, quien miró hacia el umbral de la cocina con el ceño fruncido.
Hubo un prolongado silencio, que incluso parecía que Jean había colgado… hasta que la voz de la pelirroja demostró lo contrario.
-explícame eso-pidió con voz neutra.
Nolen miró la pantalla del teléfono sintiéndose presionado. Con su voz Jean consiguió ponerlo en jaque, sin siquiera estar físicamente presente.
-No le hagas caso… Jane es…
-Nolen-interrumpió Jean con firmeza-tus hermanas no son mis personas favoritas, tampoco las conozco bien… pero mi instinto me dice que ella no estaba de broma. Podría apostar mi nombre y mi culo a que Jennifer iba enserio con cada palabra.
La tensión alcanzó límites insospechados, el vano silencio de Nolen y su respiración febril eran más explicativos que un discurso completo. Entonces el semidemonio finalmente se dignó a tratar de explicarse:
-He estado alimentándome y aunque me siento físicamente mejor, se siente… mal, temo…
-¿Enloquecer?-Facilitó ella con voz calma, como tratando de aliviar el ambiente.
-Hay veces que están en mi cabeza, esa gente que maté-contó Nolen apretando el teléfono, controlándose para no triturarlo en su mano-Están en mí y me odian…
Jean no se oyó sorprendida.
-Raro sería que te amaran por matarlos-comentó, Nolen la imaginó encogiese de hombros mientras decía aquello-Era esto lo que temía, aunque sea para ponerte a la altura de Anastasia, a ninguna de nosotras nos haría gracia que perdieras la cabeza…
-Lo aguantaré, los L’Enfer estamos hechos para esto.
-Eres tan humano como L’Enfer-le recordó ella como una bofetada para devolverlo a la realidad-Sobrestimar tus cualidades demoniacas es la cosa más estúpida que puedes hacer.
-Mi hermana pudo.
-La Matriarca ha tenido años de práctica para acostumbrarse a sus poderes-argumentó la cazadora pelirroja -no comenzó de la noche a la mañana…. Y ella está loca, es distinto, no es un buen modelo a imitar.
Nolen gruñó con latente frustración. Sentía el enfermizo deseo de tomar todo a su alcance y arrojarlo por los aires, esos sentimientos le daban miedo de sí mismo. Nolen se preocupaba de que en algún momento esos deseos de destruir para descargarse se transfirieran de los objetos inanimados a personas reales.
-Tengo algo para ti-dijo Jean sacándolo de su ensimismamiento-Pasaré por tu casa en la noche, esto te ayudará a ser mas fuerte sin tener que pasarla tan mal.
-¿Algo así existe?
-Lo tengo en la mano ahora mismo-El corazón de Nolen dio un salto fuerte como un tambor.
-Gracias…
El sonido de una voz interrumpió la gratitud de Nolen, quien por curiosidad intentó agudizar el oído para entender, pero ya la otra persona había terminado de decir su mensaje. Solo le quedó escuchar la respuesta de Jean:
-Seguro, gracias por la información, a pesar de lo mal que le cayó a Trixi y Angélica-Dijo con su voz neutral y un tanto formal, la que normalmente usaba con desconocidos o clientes-cuídate ahí afuera.
 El hombre L’Enfer escuchó un agradecimiento y acto seguido la mujer Wholferd volvió a dirigirse a su persona.
-Por ahora estoy libre de Drovlight, pasaré esta noche por tu casa…. ¿Donde vivías?

Melisa esperaba pacientemente que el ascensor marcara que su viaje había terminado, a veces deseaba que la residencia de la Matriarca fuera más cercana al suelo. Por más lujosa que fuera dicha residencia; el tiempo de espera para llegar la irritaba, eso sin mencionar que en altos edificios la Mainyu se sentía vulnerable, le erizaba el vello pensar en la multitud de formas que había para hacer que esa enorme edificación se viniera abajo junto con todos sus ocupantes.
La demonia caminó por un largo pasillo hasta encontrarse con la puerta que buscaba, cuando cruzó el umbral estuvo frente a una habitación de sorprendente lujo: La habitación directamente después de la entrada era una estancia con dos grandes muebles caros y una pequeña mesa de café transparente. La vivienda tenía muchas más habitaciones, pero Melisa avanzó directamente a lo que le interesaba,  se adelantó por el recinto ignorando a los sectarios que se sentaban en la estancia tomando un descanso, quienes le dedicaron poco más que un instante de su atención.
Melisa llegó a la habitación aterciopelada de su líder, además de la cama doble, contaba con un sofá amplio y una televisión de última generación.
-Pero qué barbaridad, de seguro Lovaina no había visto algo así hasta ahora-comentó la voz de la Matriarca.
Anastasia veía un documental histórico de la segunda guerra mundial, en ese preciso momento se mostraban grotescas imágenes de la posguerra en la tv. Anastasia conocía el programa así que pudo ubicarse en contexto. En el mueble se encontraba la semidemonia L’Enfer y a su lado, Scioli, quien yacía encogido en una esquina, a la mayor distancia posible de la Matriarca.
-Aun no entiendo él porque pasas tu tiempo libre viendo estas cosas-comentó Key Forest, de pie a un lado de Anastasia.
-Estuve casi toda mi vida encerrada, tengo que ponerme al día con la cultura general, solo leer y escribir no basta-explicó ella cuando notó a Melisa-Hasta que por fin la Mainyu da la cara.
Melisa hizo un ruido descontento entre dientes mientras se aproximaba, quedando frente a sus interlocutores, pero sin bloquearles la visión de la televisión, donde el documental fue pausado por Anastasia casi inmediatamente vio a la Mainyu.
-¿Que se siente la humillación?-Inquirió Key jocosamente entrecerrando sus ojos azules.
-Como una mujer judía cuarentona dando a luz en un campo de concentración-respondió.
Hubo un silencio.
-¿Deseando morir?-dijo Scioli casi en un susurro.
-No, pero casi-ante la mirada de Melisa el humano cerró los ojos aterrado y escondió su cabeza entre ambos brazos. La demonia alzó una ceja-¿Que le hicieron a esta desgraciada creatura?
-Yo nada-aseguró Anastasia tocándose en el pecho-de momento…
Un punto a destacar era el atípico hecho de que la Matriarca estuviera sin su túnica y vistiera ropas bastante normales, descalza y en pijama. Verla ataviada como cualquier mortal era casi un privilegio.
-El viejo loco ha estado así desde que llegó-explicó Key-por poco muere cuando vio a la Matriarca sin su capucha.
El incubo señaló la vestimenta clásica de Anastasia, reposando sobre un perchero cercano a la cama doble. La semidemonia se rió entornando sus oscuros ojos color océano; a pesar de que Melisa no reaccionaba ante las bromas, no estaba de humor.
-¿Que pensabas que se ocultaba tras la túnica?-preguntó la hibrida con una siniestra voz lúdica-¿Una babosa gigante, quizá?
Scioli tenía mucho miedo para responder, no quería ofender a la Matriarca de ninguna forma.
-¿Y… como fue que dejaste que las perras se te escaparan, Melisa?-quiso saber el incubo cambiando el tema.
Melisa gruñó miserablemente.
-Cierto-dijo Anastasia enfocándose nuevamente en la Mainyu y recuperando la seriedad perdida-Eso fue vergonzoso, muchos muertos para nada, esperaba más de ti.
-Habrían sido mías, pero la maldita Guardia Cadena… el malnacido de Bakom… no pudieron llegar en peor momento-se defendió la demonia con sequedad.
-Eso no hace disminuye el hecho de que las perras escaparon-discutió la Matriarca-Se supone que si había una buena oportunidad la tomarías, no que se gastaran tantos recursos en atraparlas y lo peor, no se obtuviera nada.
 -Sinceramente creo que es estúpido ir tras ellas-opinó Key-Nolen es un pusilánime, débil y poco motivado. Tú misma, Matriarca, podrías ponerlo en su lugar sin recurrir a esto.
-Hemos hablado al respecto, Key, no quiero repetir mas lo mismo-Anastasia uso una voz que no dejaba lugar a discusión-Bien tienes razón, L’Enfer o no, Nolen es débil y cobarde, no es una amenaza importante a neutralizar, tenerlo conmigo es solo un capricho y eso puede esperar.
Tomó aire exasperadamente. En ese momento unos sectarios ingresaron al recinto trayendo charolas con comida, ignorando la conversación, ofrecieron platos bien llenos a Anastasia y luego a Scioli, el cual aceptó con vacilación.
-Por lo que-continuó la hibrida, admirando su exquisito arroz frito con carne, granos y sazonado con especias-Debería darte de comer a mi Wyvern, Melisa. Fallaste, nos dejaste en vergüenza y además, perdiste a muchos de mis subordinados en un enfrentamiento estúpido. Dame un motivo para no hacerlo.
La aludida contuvo un estremecimiento, cruzo los brazos tras su espalda intentando no mostrar miedo. Al mismo tiempo, Scioli contemplaba su comida dudosamente, al contrario de Anastasia quien había comenzado a comer ávidamente. Melisa notó la cara de satisfacción que ostentaba Key, a lo que ella le dedicó una mirada de odio, tan punzante y abrasador como las garras y llamas doradas de Bakom.
-De verdad, lo siento, estoy avergonzada-dijo finalmente la demonia, tragándose todo orgullo que poseía-voy a enmendarlo…
Anastasia tragó con fuerza la gran cantidad de comida que había puesto en su boca, antes de mirar con desconfianza a su subordinada.
-Si quieres más recursos, sabes…
-No-interrumpió Melisa rápidamente-Esta vez, lo haré yo misma, estuve investigando un poco por si esto pasaba… encontré un punto de apoyo para volverlo a intentar, las perras serán mías y lo único en juego seré yo misma. Solo quiero que lance un ataque a un lugar específico, es una actividad regular de todos modos, pero esta vez pido que suceda en un lugar concreto, no se pierde nada con solo concederme eso.
La Matriarca lo pensó con cuidado mirando a los ojos de Melisa.
-Lo haré porque eres tú y en la mayoría de tus funciones has hecho un buen trabajo-aceptó.
Melisa sonrió ligeramente e hizo una pequeña reverencia, con su cuerpo aun quejándose del dolor tras su altercado con Bakom.
Un ruido ahogado detuvo la conversación. Los tres seres demoniacos se volvieron al humano en el sofá quien observaba con espanto su plato casi vacío de comida.
-¿Pasa algo?-inquirió Key con una ceja alzada.
Scioli puso sus dedos en el plato, llamando la atención de todos sobre una cosa que yacía entre la comida, una cosa no comestible…. Un collar dorado. El hombre lo tomó en una temblorosa mano y lo elevó ligeramente, sin quitarle la vista de encima.
Scioli estaba en shock y su piel descolorida como marfil.
Melisa no entendía lo que pasaba, hasta que el trastornado hombre dijo entre dientes y con lágrimas en los ojos:
-Mi… niño.
Incluso para los estándares de Melisa, aquello fue extremadamente grotesco. La Matriarca y Key rompieron a reír frenéticamente, casi hasta llorar de hecho.
-Creo que cuando pedí carne de cerdo en mi comida, no se lo tomaron lo suficientemente literal-comentó la semidemonia con cruel diversión, en el instante que logró dejar de reír-pero debo admitir que Scioli junior pasaría fácilmente por uno, era muy carnoso y tierno por dentro.
Scioli dejó caer el plato desparramando su contenido en la alfombra y comenzó a llorar a gritos cubriéndose la cara con las manos, sin soltar el collar de su delicioso hijo.


Jennifer Goldman permanecía en vigilia mirando al techo, la noche era calma y podía oír las pacificas respiraciones de Ion y Jessica, quienes descansaban en el colchón en medio de las dos camas de la habitación. La semidemonia se acurrucaba contra la pared aferrada a Titus como si fuera una almohada, el gato tibio y suave ronroneaba generando un efecto relajante en la chica morena.
Jane dirigió la mirada a sus compañeros de habitación, para contemplarlos dormir dado que ella no podía. Ion dormía aferrado a Jessica escondiendo la cara en el cuello de esta, mientras la mencionada lo tenía rodeado en sus brazos y apoyado en su considerable pecho. El joven Armstrong tenía dos buenas razones para encontrar cómoda la posición que Jessica le ofrecía.
Jennifer sonrió con sorna ante ese pensamiento.
No podía evitar sentir algo de envidia, Ion era todo lo que Jane había deseado y creía haber encontrado en Tristán, pero la vida a menudo le demostraba cuanto la odiaba… por lo que el fatídico final de su relación no era razón para sorprenderse. Jennifer se analizaba a sí misma y solo podía convencerse de que era un caso perdido: neurótica, agresiva, peligrosa, mancillada… la habían roto, ellos no pudieron matarla, pero consiguieron dañarla irreparablemente.
La dejaron marcada para el resto de su vida.
Por supuesto Jessica también la pasó mal, también estaba afectada… pero no era tan evidente, no saltaba a la vista y sus secuelas no eran algo para lidiar a menudo. Sin embargo, luego de cierta investigación Nolen aseguró que Jessica, y en menor medida Jennifer, durante sus años de encierro, había desarrollado un grado apreciable de personalidad sociopática y necesario era controlar tal condición, si querían vivir en plena normalidad, la normalidad a la que las gemelas podían esforzadamente aspirar.
En el caso de Jennifer, ¿Quién, aparte de Nolen y Jessica, lidiaría voluntariamente con su comportamiento trastornado? Mauro claramente no lo haría. Jane consideraría seriamente compartir a Ion  con Jessica si la situación iba a un callejón sin salida, Jessie no tendría nada que objetar, era un hecho; y aun así, en el improbable caso que así sucediese, Jennifer no haría presión, toda su vida había compartido todo con su gemela, pero nunca tomaría nada de ella contra su voluntad.
Ion sin embargo, aunque no estaba contento con ella actuando así, no huía y aunque no metiera las manos en la trituradora poniéndose en el camino de Jennifer, era claro que quería ayudar. Luego estaba eso; donde el semidemonio no mostraba pudor alguno en comportarse sexual con Jessica en presencia de la otra chica, parecía mentira, pero poco importaba a Ion si Jennifer estaba observando, una vez todo comenzaba, la fémina podía estar en otra dimensión para lo que a Ion importaba… otra cosa era Nolen, pero ser observado por Jennifer le daba igual al joven Canis Infernus, e incluso podía ser que tácitamente le gustase.
Y así.
Un sonido agudo alcanzó sus oídos.
Jennifer lo identificó como los chillidos de un ave, probablemente un cuervo. La mujer lo ignoró por harto rato. Aquellos ruidos eran constantes; siguiendo un patrón de graznido y luego un prolongado silencio, hasta que se tornaron insoportables para Jane. No soportando más la contaminación sonora, ella se puso de pie dejando a un confundido Titus en la cama y se dirigió a la ventana entre ambas camas individuales, dispuesta a arrojar un zapato o cualquier cosa para que el animal se callara.
Nada mas estuvo ahí, una brisa le hizo llegar un aroma alarmante.
Eso no era un cuervo.
Era un demonio, un Garuda. 
Los cabellos de Jennifer se erizaron y los músculos se le tensaron listos para la acción. Ante ella en la cerca trasera había un hombre ave, sus rasgos se asemejaban a los de un agila y sus aterciopeladas plumas naranjas se movían al son del viento nocturno. El demonio observó a la semidemonia largamente, hasta que alzó uno de sus brazos llamando la atención de Jennifer hacia el mismo. Grande eran las garras de aquella mano similar a las patas de un ave de rapiña, pero no era eso lo que importaba.
Era su contenido.
El demonio traía una botella de plástico blanco.
Jennifer si hubiera tenido cabeza para pensar bien, habría estado muy confundida, pero en ese instante su mente estaba centrada en medir los movimientos del Garuda y de cada uno de sus puntos débiles.
Ignorando la falta de hospitalidad de Jane, el demonio arrojó la botella en dirección a la chica y esta, por puro reflejo, la atrapó entre sus manos. Luego, en solo un parpadeo, el Garuda levantó vuelo con sus alas de descomunal envergadura y se elevó a los cielos, alejándose de la casa Goldman sin mirar atrás.
Jennifer no dejó de mirar al demonio hasta que se perdió de vista.
Las visitas nocturnas nunca eran bienvenidas en esa casa, pero para variar, aquella vez al menos Jane estaba despierta para recibirlas como era necesario. A continuación, lentamente y con gran atención examinó la botella, no tenía ninguna etiqueta o ningún olor especial, solo el del Garuda que había hecho de mensajero, pero ninguna otra cosa destacable.
Jennifer les dio una mirada a las otras dos personas en la habitación, para asegurarse si seguían durmiendo, luego desvió la mirada a Titus. Ion y Jessica continuaban sin despertar y el gato negro seguía inmutable observándola con sus fosforescentes ojos rojos. La chica Goldman se encogió de hombros y se dispuso a abrir la botella.
Dentro había una nota en papel fino.
Jennifer la leyó con su visión nocturna, una cualidad que agradecía mucho de sus poderes demoniacos.
Lo que no agradeció fue lo que sus ojos captaron. La presión sanguínea de la hibrida alcanzó alturas indecibles, su corazón martilló como un Gong y de la nada, comenzó a faltarle el aire. Un escalofrío atravesó su cuerpo de tal forma que a Jennifer le fue difícil mantener firme su agarre en la nota de la botella.
A la luz de la luna decía en el mensaje:
Sé quiénes son, sé donde nacieron y sé el nombre de su madre.
Si no desean recibir en la próxima entrega el cadáver esta persona, las espero en Hindoo Mahal, antes de las cinco de la mañana.
Atte: Una persona a la que odia a los perros.


-Ahora que por fin estamos solas-dijo Jean sentada en la silla de su oficina-quisiera hablarte de algo importante.
Trixi resistía el impulso de doblarse sobre sí misma, como si eso la hiciera desaparecer. Al otro lado de la mesa y frente a su hermana mayor, repentinamente se encontró incomoda y nerviosa.
Ante la falta de respuesta Jean continuó, poniendo ambas codos en el escritorio y entrelazando los dedos.
-¿Que sucedió cuando viste a Úrsula?-soltó ella.
Los hombros de Trixi se tensaron y cuadraron como pocas veces Jean había visto.
-Te dije que no había nada indispensable que…
-Fingí aceptar tu respuesta en Daggry Poxirr para evitarnos complicaciones-interrumpió Jean con voz queda-Pero no te creí una palabra, debes saber de sobra que no soy estúpida. Pese a que tampoco es necesario ser un genio para leerte, tu lenguaje corporal es dolorosamente claro.
Trixi prefirió mirar sus pies en vez de los ojos agudos de la otra pelirroja. Jean notó que su hermana menor se estremeció, sin dejar claro el motivo, fuera algo relacionado a Úrsula o el interrogatorio de Jean.
-Ahora. Dime. La verdad-pidió lentamente.
La menor de los Wholferd cerró con fuerza los puños, como en una pelea contra ella misma, como si no supiera a que parte de sí misma escuchar.
-Este… no es tu asunto-masculló mirando a Jean finalmente, con un semblante desafiante.
Ambas mujeres sostuvieron la mirada por largo rato, hasta que Jean cerró ambos parpados y dejó ir un suspiro laso.
-Cualquier cosa que te afecte, es mi asunto y esto no se trata de que seas la menor de nosotras-alegó la pseudodemonia mayor-Nicola y yo somos tu única familia, si no nos preocupamos por ti, ¿quién mas lo hará?
Trixi quería responder pero las palabras no le salían. La hermana mayor iba a hablar otra vez, pero entonces, por fin, Trixi consiguió argumentar:
-No necesitas intervenir en esto, se supone que debo ser fuerte y resolverlo…-dijo amargamente dejando caer ambos hombros por primera vez en un rato-soy… Wholferd y los Wholferd no somos débiles.
El silencio gobernó otra vez…
Y ella rió.
Jean rompió a reír de una forma que casi dio miedo a Trixi.
No entiendo el chiste, pero es muy gracioso-Comentó Adon en la mente de Jean.
-Nunca imaginé oírte decir algo así-finalmente dijo la mujer pelirroja cuando logró recobrar la compostura y retomó el contacto visual-nunca mostraste orgullo por tu linaje o necesidad de probarte nada a ti misma, ahora vienes diciendo que debes ser fuerte porque eres Wholferd… es demasiado para mí.
 Trixi se cruzó de brazos con reproche y miró en otra dirección, estando ofendida.
-De todas las personas no creí que te burlarías.
-No me burlo, es solo la ironía-aseguró Jean sonriendo levemente con algo de nostalgia-pasé años tratando de hacerte actuar como una de nosotros y cuando no lo estoy intentando, apareces proclamándote Wholferd.
-Ya… entiendo-dijo Trixi como afligida.
-Y enserio-retomó Jean después de mirar por escasos segundos a su interlocutora, estudiando su postura y expresiones-Es cierto que somos fuertes, pero aprende que no se soporta lo que no tiene que ser soportado, las cosas que se pueden resolver abriendo la puta boca no deben nunca ser un recargo para ti, ni para nadie.
Trixi dio indicios de querer compartir lo sucedido, así que Jean siguió instándola.
-No te voy a obligar, pero deberías decirlo, has estado rara desde que volviste y luego del video de Trisher, peor aún-agregó haciendo una mueca de desagrado-eso nos puede afectar a Nicola y a mí, tengo que saberlo aunque sea para entender que no puedo hacer nada por ti.
-Tú nunca quieres hablar de Úrsula… así que…
-Claro que no quiero, pero si tengo que hacerlo lo haré-Jean torció los ojos hacia un costado-Nadie más estaría dispuesto a ello, en todo caso. No Nicola, y especialmente, no Angélica, sabes como es.
Trixi asintió.
-Nosotras terminamos-dijo sin más.
-¿Por qué en el jodido mundo?-exigió Jean luego de unos segundos, con ambos ojos amarillos penetrando en su hermana, tal mirada con la intensidad de un láser rompería rocas- Todo estaba bien hasta la otra noche.
Trixi sacudió la cabeza con ademan frustrado.
-No tengo idea, ella solo dijo que no quería estar conmigo-explicó con dolor en el tono-no me dio explicaciones, quiso alejarse inmediatamente, traté de detenerla pero…
-pero…-repitió Jean con voz grave y peligrosa.
Trixi se mordió el labio y se tocó la manga de su camisa. Poco después de llegar ambas se quitaron el traje blindado de los Drovlight y adoptaron ropas hogareñas, nada fuera de lo común, hasta ese momento… que Jean notó por primera vez que su hermana menor había usado solo ropa manga larga. Su ropa tras llegar, la que usó para recibir a Trisher y la de dormir… Toda. Era. Manga. Larga.
Jean puso sus amarillos ojos como dos faros de camión al tener la realización.
-Cuando voló para alejarse de mí, la retuve por su cola, ella me pateó para liberarse y a pesar del blindaje me dejó un gran moretón en el brazo.
Respira profundo, cuenta hasta diez o mejor hasta cien-pidió Adon con preocupación-No es momento de ser la hermana protectora que desearía arrancarle las alas a Úrsula.
Si Jean hubiera tenido algo en las manos, lo habría roto en pedazos. Por fortuna sus manos estaban entrelazadas sobre el escritorio y no ejerciendo presión sobre algún objeto desafortunado con la fuerza y violencia que desearía ejercer sobre el cuello de Úrsula.
-¿Jean?-preguntó Trixi con preocupación.
Entonces el teléfono de Jean repicó.
La pseudodemonia todavía sus ojos abiertos de par en par mirando al vacio, tomó su teléfono y contestó.
-Que sea importante-dijo sin siquiera saber a quién le hablaba.
-Lo es-respondió la voz de Nicola-Pon la televisión, rápido.

lunes, 8 de enero de 2018

Reseña: Las Cronicas de la serpiente emplumada.


Portada del primer libro

Las crónicas de la serpiente emplumada, es una ucronía escrita por Edgardo Civallero. Antes que nada una aclaración, según Wikipedia:

La ucronía es un género literario que también podría denominarse novela histórica alternativa y que se caracteriza porque la trama transcurre en un mundo desarrollado a partir de un punto en el pasado en el que algún acontecimiento sucedió de forma diferente a como ocurrió en realidad (por ejemplo, los vencidos de determinada guerra serían los vencedores, o tal o cual rey continuó reinando durante mucho tiempo porque no murió fruto de las heridas recibidas). La ucronía especula sobre realidades alternativas ficticias, en las cuales los hechos se han desarrollado de diferente forma de como los conocemos.

En este mundo alternativo, estas cosas no pasaran
Esta historia un poco descabellada para algunos (pero factible) nos transporta a una realidad alternativa, donde Colon tras hacer su gran descubrimiento, se hunde en el Atlántico durante su viaje de regreso a Europa, llevándose con él cualquier posibilidad de que el imperio español que en nuestra propia línea de tiempo tuvo lugar, llegue a existir, en toda su gloria y tragedia. Esto da pie a que la los acontecimientos den un giro tan radical que su resultado es un mundo un poco difícil de imaginar. Una realidad donde la cultura dominante es la mexica y la que se esfuerza por no extinguirse es la europea, especialmente la castellana.
La historia se divide en tres libros y uno adicional, que es casi como un epilogo, teniendo lugar siglos después de que las historias narradas en los anteriores tres volúmenes tuvieran lugar. Estos son:

1-El libro del mensajero.
2-El libro del guerrero.
3-El libro del heredero.
4-Regreso al principio.

El primer libro aclara rápidamente como esta increíble versión de la realidad podría ser posible, de una manera creíble, teniendo cuidado con los detalles, respetando las lenguas de los pueblos nativos (y el español clásico de los hispanos) donde los exploradores llegan y las exquisitas descripciones de los aspectos culturales de los pueblos mesoamericanos, sus comidas, costumbres, historias, dioses etc.

Los exploradores de Colon que quedaron en la isla de Cuba, tras la partida de vuelta a España del resto de la tripulación, luchan por sobrevivir, luego de demasiado tiempo sin noticias de su líder o de cualquiera al otro lado del mar. Enfrentando la amenaza de los locales, la enfermedad y el hambre, este grupo de hombres decidirá emprender una aventura asombrosa en busca de oportunidades de vida y riqueza… aunque unos cuantos morirá en el intento.
Tenochtitlan, El doble de grande que la Sevilla de su tiempo, la que fue llamada "La Venecia del nuevo mundo" por los hispanos, no tenia cosa alguna que envidiar a cualquier gran ciudad contemporánea. Los mexicas, si en algo no necesitaban sentirse inferiores a los europeos era en su habilidad para construir, incluso sin bestias de carga.
De este modo cruzaran ríos, pantanos y pueblos, hasta dar con el mayor imperio de la región: Los aztecas, quienes pronto se dan cuenta de que estas personas si bien no son enviados de los dioses, son una oportunidad única. Los astutos mexicas pronto sacaran provecho de las tecnologías que tienen para ofrecer nuestro grupo de hispanos, dándole el empujón que esta civilización necesitaba, ya que si en algo eran notablemente flacos en comparación con los europeos, era en la sofisticación de sus armas y su cultura bélica. Con la ayuda de los “mensajeros” como deciden apodar los mexicas a los exploradores, este pueblo se convierte en una superpotencia muy pronto, reinando con una riqueza y gloria jamás vista en América, no teniendo nada que envidiar al imperio romano en su mejor momento.

Esta saga, al menos en los tres primeros libros, transcurre en dos puntos del tiempo paralelos, el primero, el ya mencionado: Momento donde Colon pisa América por primera vez, en el año 1493 y luego, el momento de la primera invasión Mexica de Europa, en el año 1521. Estos puntos de vista se van alternando de un capitulo a otro, permitiendo ver no solo los comienzos de esta enmarañada historia, sino también el resultado de la misma.
Kukulkan, mejor conocido como Quetzalcoatl. Uno de los dioses principales de los mexicas y siendo dios de los vientos, su imagen decora las velas de la armada azteca.

Aunque no se tiene muchos personajes recurrentes, destacan unos pocos, con los que llegas a empatizar, sin embargo casi siempre son solo instrumentos narrativos momentáneos, pero hay buenas razones por las que estas personas son elegidas como intermediarios para narrar la historia, incluso si no lo sabemos en el momento.  



Huitzilopochtli:
 A un lado Jesucristo, un dios más poderoso ha llegado!!
 Pese a lo que algunos pudieran pensar, en esta saga no se pretende poner de malos a los Españoles y buenos a los Mexicas, en realidad, se llega a sentir empatía, lastima, admiración e incluso asco por cualquier bando involucrado. Como en casi toda guerra, no existe ningún bando verdaderamente bueno, sea quien sea el vencedor, siempre hay cosas buenas que se ganan y muchas otras que se pierden.
Tanto como yo me maraville de ver brillar a los imperios de Mesoamérica, me dio pesar ver como las culturas de Europa occidental fueron pisoteadas cuando recién comenzaban a levantar la cabeza tras la edad media.
Pero por otro lado fue orgásmico el momento donde leí que el Papa fue sacrificado por los mexicas a Huitzilopochtli XDDD

Si te gusta la historia, creo que una buena ucronía seria una excelente lectura, ya que ofrece un punto de vista diferente y en el caso de esta Saga, sumamente interesante ya que un solo pequeño cambio, alteró para siempre el destino de millones de personas, de culturas, de religiones, de la construcción de poderosos reinos y la destrucción de otros.