lunes, 1 de diciembre de 2014

El edén del infierno: Acto 1-Capitulo 7


7-Situaciones incomodas


A

l regresar, intentaba olvidar lo más rápido posible su conversación con Nolen, pero no sabia porque estaba tan preocupada, simplemente tendría que ignorarlo, o decirle en la cara algo como: deja de coquetear puto demonio. Pero no era tan fácil, había algo en su mirada que le impedían lanzarle un comentario destructivo, no quería arruinar su día, lo que la frustro, ¿por qué? ¿Cuántas veces Jean sentía culpabilidad por destripar verbalmente a extraños? No muchas. Se lo pregunto varias veces sin una respuesta.

Parece que te agrada ese tipo, esperaba que fueras mas mordaz con el- escuche decir a Adon desde su cristal, cosa que se sentía como si le hablaran al oído- o le mostraras alguna cara de póker.

Jean estaciono en casa sin responderle a Adon, ellos tenían una relación de pocas palabras, pero sin embargo solían llevarse bien. Jean entonces vio lo que había estado soñando desde hacia incontables noches:

Félix con una maleta y aguardando para marcharse.

El la miro de reojo con un matiz de intimidación, esperaba que la mujer dijera algo para hacerlo sentir fatal en su viaje a una vida solitaria, pero en su lugar, ella solo se a cerco y le dio una palmadita de despedida al hombro, el viejo no podía parecer mas anonadado, Jean estaba a punto de entrar a casa cuando él dijo entre dientes:

-adiós…. Espero que la pasen bien sin mí.

Jean volteo con una sonrisa, que podría definirse como socarrona pero algo en ella no era amigable, más bien malicioso.

-la pasaremos de maravilla tío-fue su respuesta, inyectada de elocuencia.

Luego sin mas continuó hacia el interior de la casa, se alegraba de que el auto se quedara con ella ya que por mas que los papeles estuvieran al nombre de Félix, el carro originalmente pertenecía a los padres de Jean, con Félix fuera de casa, ahora era suyo, finalmente.

 

-entonces estamos solo nosotras-dijo Trixi con ademan levemente alegre.

Jean asintió profiriendo una sonrisa, yacían sentadas mirando películas, les encantaban las de terror y suspenso.

-me sorprende que no fueras a llorarle en el pantalón-comento Jean sin dejar de mirar al monstruo en la película, caminando por un almacén sombrío.

-ya me había despedido, y tenia otros asuntos que atender-respondió, el tono de su voz la delato ante Jean, trató de no reírse.

Asuntos, seguro mas bien se trataba de Úrsula escondida en su habitación, era lo mas seguro, conociendo a la súcubo y a Trixi.

El monstruo asechaba detrás de unos contenedores, esperado para saltar sobre los protagonistas, quienes armados con escopetas, aun no habían visto a la cosa. Jean recordó algo entonces, algo importante.

-y Trixi….-dijo, su hermana la miro interesada-ya que Félix no vive aquí, no nos aportara mas dinero, así que pienso que deberías dejar de holgazanear de ahora en adelante y ayudarme en mis trabajos.

-¿quieres que cace contigo?-los ojos de la joven se le iban a salir-Jean, sabes que eso no es lo mio, prefiero estudiar un poco y tener una vida normal.

Jean torció su expresión.

-y tu ya sabes que la comida no se compra sola-espeto, su hermana se quedó en silencio.

-quieres…. ¿Que renuncie a entrar a la universidad?-su modo de decirlo, causo en Jean una autentica angustia, pero no lo dejó notar.

-no, simplemente quiero que me ayudes mas, sino, preguntante ¿quien mierda pagara tu universidad? ¿O quien impedirá que mueras de hambre?-Jean vio de reojo a la chica, parecía muy dolida-porque yo sola no podre, así que empieza a ganarte tu propio dinero.

Supuso que fue muy dura en su manera de hablarle, pero tenia que hacerla entenderlo bien claro, Jean siempre había hecho todo para Trixi, ahora ella estaba bastante grande para hacerlas por si misma. Trixi organizó otra protesta, pero Jean estaba mas que lista.

-pero soy menor de edad, tengo 17, no debería tener que trabajar en eso-dijo, una sonrisa malvada recorrió la cara de Jean.

-si…. Pero si tanto te importa la edad, podría pedir una orden de alejamiento para Úrsula-atacó la mujer, Trixi casi se desmaya-Úrsula no puede ser castigada por los humanos, pero se de otros que si podrían…. ya que eres solo una niña pobre e indefensa es inconcebible que tengas a un horrendo súcubo como pareja-Jean fingió temor-¿¿que clase de cosas depravadas podría hacerte??

-sabes que no puedes andar pretendiendo controlar mi vida-discutió Trixi poniéndose de pie enfrente de Jean, eso le impedía ver la televisión. Como Jean pensó, ella no se rendiría si Úrsula estaba involucrada, el apego que ella tenía por esa mujer le serviría por primera vez.

-lo se-acepto, el desafío en la mirada de Trixi se derrumbo como un edificio en demolición-para mi puedes ser una mujer o una niña…. Si vas a ser una mujer, para controlar tu vida, tendrás que ser también una mujer para hacerte cargo de ella, así de fácil.

-eres tan…. Jodidamente razonable….

 

Nolen lo primero que pensó luego de que Jean saliera de la cafetería, era que había hecho algo mal, terriblemente mal, la forma en la que actuó, esa repentina rigidez no era algo propio de Jean, o esa era la impresión que había tenido. De lo que no hay duda es que la razón por la que salió tan despavorida, definitivamente no se trataba de su hermana, ella se había marchado, porque…. Estaba escapando de él.

Aun lo pensaba, mientras se encontraba en la reunión a la que los habían invitado. Nolen no estaba muy animado a salir, pero las chicas casi lo arrastraron hasta la fiesta de Kent, al otro lado de la ciudad. El apartamento del incubo se trataba del ultimo piso en un edificio bastante acomodado y elevado, pero aun así, muy pequeño para la cantidad de invitados que se agitaban dentro. Algunos jugaban videojuegos en el televisor pantalla plana de la sala otros bailaban en torno al equipo de sonido y por ultimo, los que se sentaban a hablar o beber, Nolen no tenia claro a que grupo pertenecía, debido a que no hablaba pero tampoco bebía….

Se limitaba a estar sentado junto en la sala, junto a la mesa de comida. Repentinamente percibió a dos siluetas sentarse de golpe a ambos lados de él, sorprendido los miro. Eran Lowen Reich y Catarina Hernández dos de los amigos favoritos de Kent, aparte de Angélica.

Portaban grandes botellas de alcohol y Nolen sabia con preocupación, lo que ambos pretendían, Catarina con mirada medio ensoñada le ofreció de su bebida y Nolen negó con la cabeza fuertemente, esperando que la disuadiera, pero al parecer tuvo el efecto opuesto.

-oh vamos Goldman, ¡no seas tan mojigato!-reclamo Catarina con una sonrisa que hacia a Nolen asumir lo consumida que estaba por el alcohol.

Ella era una mujer bastante mas alta de lo normal, casi rebasando en altura a Nolen, ojos rasgados color ceniza y una mata enrulada de pelo color negro, pero a pesar de la oscuridad los destellos de algunas mechas coloridas se podían identificar: rojo, azul, verde y amarillo. Nolen trato de sonreír pero estaba seguro que solo consiguió deformar su cara en una rara mueca.

-no… prefiero ser sobrio, beber es lo de mis hermanas….-trato de decir, pero se silencio, pues Lowen lo atrajo hacia si con su brazo libre, mientras se daba un trago de ron con el restante. El chico dio un buen resoplido al terminar de chupar todo lo que pudo de la botella.

-aquí nadie pretende violarte-se burlo el hombre riendo casi en la cara de Nolen, y este apenas podía evitar salir corriendo por culpa del espantoso olor a alcohol-no despertaras desnudo en la cama de otro, te lo aseguro.

-eso no me hace sentir a salvo-replico.

Lowen parecía la clase de chico que te secuestraria en su cama, definitivamente. Su altura era inferior a la de Nolen por lo menos en una cabeza y sus ojos algo desviados por el alcohol poseían aun un brillo color atardecer. Tenia la nariz curva casi como un pico, su cara afilada como un puñal, sobre todo eso había melena roja despeinada, que resaltaba sobre su piel blanca, estaba revuelta y casi sobre sus ojos. Otra cosa que Nolen no pudo ignorar fue su barba lisa de varias noches, ese chico parecía que apenas conocía sobre la existencia de las hojillas para afeitar.

-¿no confías en nosotros? ¿Te parece que tenemos cara de hacerte algo?-pregunto Catarina, para Nolen era la que parecía mas cuerda.

-si-respondió el sin dudar. Catarina fingió dolor.

-es una lastima que no te fíes, en ese caso-sonrió de un modo que a Nolen no le agrado-tendremos que demostrarte lo que es “la vida”.

-¿que?

Lowen lo estrecho rápidamente en un abrazo fuerte, impidiéndole movilidad, luego antes de notarlo Catarina y el chico lo habían puesto contra el mueble, ella se reía como una demente necesitada de atención siquiátrica.

-¡suéltenme! Esto no es gracioso-se quejo Nolen pero Catarina lo silencio obligándolo a beber de su botella. A pesar del forcejeo no podía escapar de ambos, el líquido ardiente le recorrió la garganta y la sensación de ahogo lo invadió, cuando Catarina le aparto la botella Nolen estornudo varias veces expulsando por la boca y la nariz el alcohol.

-no te molestes en luchar, estas en la fiesta de un incubo, el sexo es un riesgo al que todos se exponen cuando vienen-argumento ella. Nolen quedo frio como un hielo, sabia que iban a obligarlo a beber, pero no que lo iban a….

-ah tranquilo, yo no soy gay, no voy a darte…. mucho-le aviso Lowen con ademan divertido y perverso. Catarina dio un trago a su licor y le acaricio el muslo a Nolen, muy cerca de “la zona privada”.

Nolen maldijo por lo bajo, quería llamar a alguien para que le diera una mano, pero como ellos dijeron, era la fiesta de un incubo, por ello, Nolen estaba seguro que nadie intervendría en su ayuda. Él podría haberlos apartado, su fuerza era mas de lo que ellos podían ver a simple vista, pero hacerlo le traería serios problemas a largo plazo….

Y por si no fuera poco, vio a dos figuras acompañadas de un grupo, cruzar hasta el ascensor… dos figuras que el conocía jodidamente bien y que sabia, solo traerían problemas. Nolen quería recoger a Jessica y Jennifer para huir de ahí y así evitar incidentes, pero en manos de Lowen y Catarina no había nada que pudiera hacer, maldijo con fuerza esperando que esto no desembocara en un caos.

 

Jessica se sentía un poco mareada por causa de tanta bebida, pero estaba cuidando no propasarse, para que Nolen no tuviera que pasarla tan mal…. Miro a su gemela la cual veía fijamente un cigarro de coch en la mesa, Jessie la imito, ambas estaban considerando averiguar a que sabría….

-tu primero-le dijo Jennifer, Jessica hizo un mohín.

Vio a los invitados lanzarse a la piscina. Quizás en la planta baja hubiera menos gente, pero no por eso, la fiesta estaba menos animada, ella se sentía mas segura ahí, considerando que estar encerrada con tantas personas en la fiesta de un incubo no podría ser bueno para la integridad física, aunque se lo dijo a Nolen, el pareció pensar que sus preocupaciones eran ridículas. Jessica casi se sintió culpable por dejarlo, esperaba que aun no lo hubieran violado. Lo que mas le preocupaba era que Nolen no estaba acompañado, al estar solo era presa fácil….

-no quiero, no sé que reacción tendría al drogarme-señalo Jessie, su hermana se reclino en la silla.

-yo menos, te lo pido porque sea cual sea tu reacción, definitivamente será menos peligrosa que la mía.

Jessica se rasco la cabeza, los ojos de Jennifer detrás de su cabello casi eran suplicantes, mierda era esa carita engatusadora.

-eso es cierto, pero….

Antes de que pudiera terminar vio algo cambiar en el mirar de su gemela, algo terrible. Al seguir la mirada de Jane, Jessica confirmó lo que temía, la mirada furiosa y agresiva que demostraba Jennifer era a causa de quienes habían llegado a la planta baja. En un pequeño grupo de chicos y entre ellos aquel que estaba bajo la vigilancia de Jane, como la mirada de un perro sobre una potencial amenaza, listo para saltar al ataque.

Tristán Graham.

Para ciertas personas, existe siempre alguna cosa que saca su lado mas fiero, una cosa que puede hacerles retorcer las tripas, hervir de furia y casi escupir fuego…. Algo que casi vuelve a esa persona irreconocible…. Ese algo para Jennifer, era aquel muchacho, solo con verlo, la mujer no podía evitar retraer los músculos para prevenir un ataque involuntario de su parte. Tristán se encontraba acompañado de su gemelo, el tampoco muy querido Dastán Graham y las dos amigas de ambos, Mikoto Taiga y Melisa Verselius. El grupo de demonios se aproximaba a la piscina cuando repentinamente para desagrado de Jessica, Tristán notó que ellas estaban presentes.

-por la gran mostaza, hay que irnos-gimió Jessie contrayendo sus rasgos con preocupación.

-¡Goldman! ¡Cuanto tiempo!-saludo Tristán con empatía acercándose rápidamente con su grupo.

Jennifer maldijo por lo bajo. Hubiera dado un ojo porque no la viera, cuando los tipos se aproximaron, Melisa tomo el coch que estaba en la mesa y las miro.

-genial, coch, ya que no lo van a fumar, yo me encargare-dijo la tipa, prendiéndolo con un encendedor y luego colocándose el porro en la boca.

-tu educación me asombra-le dijo Mikoto con diversión cruzándose de brazos.

 Melisa era una chica muy alta, de complexión ágil, como la de una bailarina, cabello enrulado marrón no demasiado largo, ojos marrones y piel neutral. Su nariz se curveaba hacia adentro con sutileza, justo en el medio de la misma, la chica lucia una cicatriz curva que marcaba su tabique  y Jessica siempre se pregunto que le habría sucedido, tan grave para dejarle una marca, los demonios rara vez tenían heridas permanentes….

Mikoto era la única en el grupo que a las gemelas no les producía aversión, quizás porque no había estado implicada en jugarretas contra ellas…. La joven asiática era mucho mas baja que Melisa y de piel mas clara, casi marmórea, de hecho se podían apreciar muchas de sus venas a través de la piel, Mikoto llevaba cabello cortado a los hombros y con fleco, su detalle mas llamativo se trataba de un único mechón blanco en medio de la muchedumbre de rizos oscuros. Poseía los ojos rasgados color miel, nariz pequeña y labios llamativos, pintados color azulado igual que su vestimenta. No era una persona que molestara a Jessica, pero en compañía de los Graham, todo cambiaba. 

-Jennifer, ¿por qué has ignorado todas mis llamadas? He querido verte desde hace mucho-mascullo Tristán posándose en la silla de Jane, la mirada del chico realmente parecía estar herido, pero Jessica y Jennifer no podían ser mas inmunes a eso.

-si, hemos estado ocupados y no pudimos pasarnos por su tienda-convino Dastán encogiéndose de hombros mirando a Melisa fumar.

-ah…. ¿Ignorar tus llamadas? ¿Acaso tendrá que ver con que Jane no quiera verte?-atajo Jessie rápidamente, trató de ser inexpresiva, pero supo que tenia un inocultable ademan suspicaz.

Tristán fingió asombro. Jennifer lo quería matar y no podía ocultarlo, pero no decía nada aun, la chica ocultaba sus manos cerradas en puños bajo la mesa, intentando no verse demasiado agresiva. Mikoto mantenía la distancia, sabia que Jane podía explotar en cualquier momento.

-oh Jane, te dije miles de veces que lo siento, realmente nada de eso debió pasar-se disculpo el chico inclinándose sobre la mesa tratando de ver la cara de Jennifer, pero ella la ocultaba bajo su melena-no puedes rechazarme para siempre.

Jessica se reclino en la silla tratando de no parecer muy repugnada por la presencia de ellos.

-Tristán… por favor, vete, le estas cagando la fiesta a Jennifer-pidió ella prácticamente en ruego.

Dastán se puso las manos en las caderas. Era como de la altura de Ion, pero de piernas mas gruesas, su piel a diferencia de Jessie, era de tono neutro, tenia ojos grandes color verde jade y cejas bastante delgadas, cabello revuelto de tono negro mesclado con brillos rojos. Aquellos brillos no eran producto de tinte, eran reales, de nacimiento lo que le confería un aspecto exótico y la parte que más le causaba estrés a Jessica: su gran boca, siempre curveada en una mueca mordaz, era un distintivo de los Graham, ambos gozaban esa característica de lucir satíricos en todo momento.

-Jennifer tiene boca también, ella puede decirlo sola, no tienes que hablar todo el tiempo por ella, Jessica-le recordó el hombre, Jessie miro de reojo a su hermana, sintiendo la airada energía que de ella manaba.

-créeme, no querrás que ella lo haga-le advirtió preocupada y mirando a Tristán.

-¡oh vamos! No puede ser tan grave-declaro el apartándose de la mesa con ademan decidido, miro a Jennifer quien aun no se movía-Jennifer vamos por un ponche, o quizás a bailar….

Jessica vio casi en cámara lenta, como el incauto movía su mano hacia el brazo de Jane, intentando animarla, cuando finalmente, ella respondió. La semidemonia se apartó de encima a Tristán y casi al instante se había levantado, arrojando la silla a la vez que empujaba al insistente muchacho, tan fuerte que dio contra el suelo a unos metros. La fiesta entera se estremeció, incluso los invitados que estaban en sus asuntos se voltearon a mirar.

Dastán y Mikoto se apresuraron a ayudar a Tristán, Melisa alzo una ceja sin dejar de fumar apenas notando el incidente. Jessica se puso de pie, preocupada de su gemela, esta respiraba furibunda, parada en una posición amenazante, con las piernas extendidas y las manos alzadas para atacar o defender.

-Jennifer….-fue a decir Jessie, su hermana gruño.

Jennifer tenía los ojos de par en par, rojos como la sangre y con las pupilas convertidas en dos pequeños y delgados diamantes negros. Tristán se puso de pie y en esta ocasión fue más cauteloso.

-bueno, si no te gusta el ponche, podría traerte otra cosa-sugirió levemente nervioso, profiriendo una sonrisa pequeña. Dastán lo vio como si estuviera loco.

-Tristán, esto no es buena idea, dejémosla-pidió Mikoto, sabia que no podía acabar bien.

-no te metas, ella no me matara-replico aunque no muy seguro.

-yo lo pensaría dos veces-dijo Jessica acercándose a su gemela y tocándola en el hombro, no se volteo, nunca dejo de enfocar a su presa-Jennifer, creo que mejor nos vamos….

-¡aun no!-gimió Tristán fastidiado y gesticulando con frivolidad-había traído condones maldición, pensé que podríamos divertirnos luego del ponche.

Jennifer le rugió, tan alto que todos lo oyeron en la planta baja, era un sonido de bestia, que no parecía haber salido de una chica. Dastán se cubrió los ojos con una mano, indicando pena ajena y Mikoto se limitó virar los ojos, procurando tener paciencia.

-es cierto, mejor vámonos-pidió Melisa aun fumando, Tristán la miro indignado.

-¿tu que sabes?

-podre estar drogada, pero sigo siendo mas cuerda que tu-le recrimino la mujer, arrojándole el humo a Tristán en la cara, el joven se sacudió y estornudo la nube de humo.

-jodete-bufo Tristán y camino firme hacia Jennifer, Dastán y Mikoto apenas se dieron cuenta cuando ya el hombre estaba prácticamente en frente de Jane.

Estiro el brazo queriendo tomar la mano de Jennifer. Pero lo que Tristán no esperaba era que la mujer, se deslizara fuera de su alcance, le atrapara el brazo con uno de los suyos, y luego se lo mordiera como si se tratase de una prensa con afilados dientes. Tristán exclamo con dolor y tiro fuerte para soltarse, Jessica y Melisa intervinieron enseguida, separándolos.

-¡maldita! ¡Eres una perra!-insulto Tristán tomando su brazo sangrante con el otro.

-¿ahora te das cuenta?-inquiere su gemelo.

La sangre goteaba en la barbilla de Jennifer, y parecía ansiosa de repetir el ataque, pero Jessica aun no la soltaba, de momento eso fue suficiente para disuadirla de atacar, y se saliera de control nuevamente. Melisa empujo a Tristán para alejarlo del peligro.

-¡eres peor que un niño! ¡Buscas el peligro!-discutió ella.

-¡no puedo evitarlo! ¡Jennifer es mi ruina!-chillo entre molesto y consternado.

-literalmente-corearon Dastán y Mikoto.

Jennifer entonces profirió un gruñido y casi salta al ataque otra vez, cuando un pequeño relámpago azul se le interpuso, estrellándose contra el pavimento justo ante ella, dejando una marca quemada color negro. Todos dejaron de discutir y miraron al lugar de donde salió el ataque.

-Hika-chan-mascullo Mikoto sorprendida.

Todos estudiaron con intriga al chico, era algo más alto que Mikoto, asiático también, ojos verde oscuro y compartía grandes similitudes con la chica…. La misma piel casi transparente, el cabello negro y aquel llamativo mechón blanco en el fleco. Incluso Jennifer bajo la guardia ante el recién llegado, pudo olvidarse por un momento de Tristán.

-¿quien?-pregunto Jessica.

-Hikaru Taiga, soy el hermano mayor de Mikoto-explico el y miro la escena con mas detenimiento-y me preguntaba que mierda pasó aquí.

-nada de interés-mintió Jessica y agarro a su hermana del brazo-ya nos íbamos-agrego y asió a Jane lejos del lugar. Jennifer se dejó guiar.

-¡hey esperen!-reclamo Tristán, no le hicieron caso, casi va tras ellas cuando Jessica se volteo sobre la marcha y le dedico la misma mirada sanguinaria que Jennifer le había enseñado antes.

Los ojos rojos con pupilas rasgadas…. eso lo obligo a dejarlas marchar.

 

-me salvaste-agradeció Nolen a Ion.

No se alejaban del ascensor. Ion asintió mirando a las personas bailar aun.

-no hay de que, pero realmente ten cuidado la próxima vez-le pidió.

Nolen ciertamente tomo nota para la próxima, Ion llego justo a tiempo para salvarlo de terminar violado en la fiesta. Apareció de la negrura y rápidamente noqueo a Catarina y Lowen, estaban ebrios así que no era muy difícil. Nolen entonces recordó su otro asunto.

-mejor nos vamos, vi a los innombrables bajar por aquí-dijo tenso, Ion rápidamente se perturbo.

A pesar de las sobras de la habitación, la visión nocturna de Nolen y los ojos fosforescentes de Ion podían compensar la falta de luz.

-¿Graham? ¿Antes o después de que intentaran violarte?-pregunto el chico. Nolen hizo un mohín.

-antes, creo que ya es tarde para evitar que las chicas se los encuentren…. Pero no es tarde para evitar una carnicería. Sabes como es Jennifer…

Ion parecía a punto de salir disparado.

-no tienes que repetírmelo, vámonos de esta mierda.

 

-en el nombre de los demonios mayores Jane, eso estuvo cerca-expuso Jessica cuando ambas lograron llegar a la puerta principal del edificio. Estaba oscuro y los faroles apenas ayudaban, pero sin duda la oscuridad del exterior era maravillosa si dentro encontrabas a Tristán y los suyos esperando.

-eso es poco, creí que me tocaría-se quejo ella estremecida.

Jessica acariciaba el brazo de su hermana, era lo mejor que podía hacer para calmarla, parecía funcionar la mirada de Jennifer estaba volviendo a la normalidad. Jessie normalmente no tenía demasiados problemas para mantener controlada a su gemela, al instante que esta mostraba intención de atacar, Jessica la reprendía con un gesto de dominación y Jane se sosegaba, sin embargo, los Graham tenían un efecto muy fuerte en ella, que le hacía extremadamente difícil mantener su mente despejada, a pesar de Jessica.

-la próxima vez hay que preguntar si esas basuras están invitadas….

-espero que mis dientes le hagan pensar dos veces volver a acercarse-la joven trago y se limpio con su brazo libre la sangre de la quijada-solo así habrá valido la pena mancharlos de su repulsiva sangre…

Jennifer aun sentía el ardor en la boca y la garganta, los Graham eran demonios emparentados con su misma especie y esa especie demoniaca era conocida por tener sangre acida, tan repulsiva que cualquiera se pensaría dos veces antes de morderlos. Pero Jennifer apenas estaba pensando cuando lo hizo y a demás, no era tan terrible, ella era también un canis inferno, por lo que, el truco de la sangre acida no le asqueaba tanto, lo que mas le asqueaba era el conocimiento de que la sangre de Tristán había tocado sus dientes.

-dudo que lo haga, definitivamente eres su ruina-alego Jessica lamentada.

-entonces si para librarme de el tengo que…..-iba a decir cuando se silencio, Jessica intrigada siguió la vista de su gemela, descubriendo a un chico.

No muy mayor, de erizado cabello castaño claro, tez pálida, de la contextura de Ion, quizás mas delgado, a través de la oscuridad noto que sus ojos eran grises y su rostro cuadrado. Usaba una chaqueta azul de cierre, pantalones negros y zapatos de futbol. Parecía guapo, pero eso no era lo que sorprendía a Jessica, sino que Jane no dejaba de verlo.

El hombre las vio al otro lado de la calle y las saludo con una mano, Jessica le respondió rápidamente. El chico se acercó cruzando la carretera y hablo con voz amigable.

-soy Mauro Káiser-dijo con voz segura-¿que hacen ustedes a esta hora aquí afuera?

-esperamos a que nuestros amigos salgan de la fiesta….-argumento Jessie, Jane parecía muda.

-¿esos amigos son algo desconsiderados saben?

Jane se encogió de hombros volviendo en si.

-estamos acostumbradas, de todos modos, no nos hacen falta aquí-ella concibió una sonrisa traviesa-¿o tu quieres ser nuestro caballero andante esta noche? Ya que apareces tan oportunamente.

-con gusto-acepto rápidamente Mauro sonriendo-¿cuales son los nombres de mis bellas damas?

Jessica tenía que admitir que su sonrisa era arrebatadora.

-Jennifer y Jessica Goldman-presentó Jane.

-¡chicas! Es hora de largarnos, antes de que los Graham causen una catástrofe- interrumpió Nolen apareciendo con Ion desde la entrada al edificio.

Los hombres miraron perplejos a Mauro, quien alzo ambas cejas.

-creo que ya es hora de irnos-dijo Jessica.

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