9-Alguien
J
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ean
cuando llegó, encontró que Úrsula había arribado muy tarde, se pregunto que
clase de locuras habría estado cometiendo para hacer esperar tanto a Trixi.
Pero de cualquier manera, Jean consiguió tapones para los oídos y así no
escucho los estruendosos sonidos de las mujeres realizando actos lascivos que
ella no quería imaginar. Jean pensó que Úrsula era una idiota falta de
neuronas, alguien como ella no debería trabajar en un maldito bar, debería
haber iniciado una jodida carrera como actriz porno.
Así
pues al día siguiente Jean permaneció en casa, realizo ejercicio en el gimnasio
del sótano, golpeando un saco de pelea. Úrsula y Trixi partieron en busca de
Key Forest para el anochecer, por ello Jean aguardaba con ansias las noticias,
pero además, tenia otra preocupación. Miro el teléfono por enésima vez. Nolen
no había llamado, el hombre desde el mediodía no había dejado a Jean tranquila,
la llamaba cuando menos cada media hora y no se detenía, su insistencia era
asombrosa.
Jean se
negaba a contestar, no iba a continuar danzando con el peligro. El sujeto le
gustaba más de lo que se podía permitir y no estaba lista para permitir que un
semidemonio lograra penetrar en su vida, ni ahora…. Ni nunca. Jean solo sentía
una atracción fuerte, no estaba realmente enamorada, para eso hacia falta más,
y no le daría la oportunidad al tipo para que pudiera abrir brecha en sus
defensas.
Lo peor
era que…. Adon había abierto demasiado la boca y Nolen sabia de su oculta
afición por el, así que probablemente decidiera intentar lanzarse con mayor
fervor.
Jean
tiempo después en la noche decidió salir, estaba algo cansada de golpear un
inerte objeto que colgaba del techo y quiso matar el tiempo en otra cosa. Dio
vueltas por el Dorado buscando alguna actividad, termino por parar en un local
de videojuegos donde celebraban un torneo con juegos de lucha. Usaban Mortal
Kombat, se detuvo entre las personas agitadas contemplando la gran TV donde los
personajes luchaban derramando sangre a ríos, las personas gritaban cosas a los
jugadores dando ánimos y a su vez los jugadores se lanzaban insultos mutuamente
sin apartar los ojos de la pantalla.
Jean
hizo una mueca cuando Skarlet derrotó a Kabal. La gente grito jubilosa.
-¡Finish
him!-corearon.
Skarlet
profirió el fatality y se baño en sangre a su sádica manera. Jean hubiera
querido unirse al torneo pero era algo tarde, habitualmente en sus días de ocio
jugaba con Angélica, esa chica tenia un montón de consolas para elegir. Era
interesante notar que la mayoría de mujeres por razones extrañas preferían los
juegos de pelea, que los de deportes como el futbol, eso era algo que no
parecía emocionarles mucho.
Jean era pelirroja y le gustaban las armas de
filo, se imaginó realizando el fatality de Skarlet, le parecía genial, pero al
imaginarlo: bañarse en la sangre de sus enemigos…. No le pareció tan guay…. La
chica se estremeció, no, eso no era
lo suyo. Les dejaría los baños sangrientos a otros.
Jean se
dio cuenta de algo entonces, la persona que había ganado el combate era… una de las hermanas de Nolen. Ella se levanto
victoriosa alzando los brazos con el control en mano.
-¡para
que te duela cabrón!-le dijo al jugador derrotado que refunfuñando se marcho
abriéndose paso entre los espectadores. La chica Goldman vestía pantalones
vaqueros y una chaqueta manga larga, se regodeaba de la victoria.
-cálmate
Jennifer, que aun faltan dos combates-le recordó Ion parado junto al televisor.
-encárgate
Teddy, voy por un trago-le dijo ella lanzándole el mando. Ion lo atrapo
sonriendo y tomando asiento, Jennifer camino hacia Jessica quien aun miraba con
una sonrisa de oreja a oreja. Luego la siguiente pelea comenzó en la televisión
pero Jean aun no dejaba de mirar a las gemelas.
Jessica
le dio una palmada de felicitación a su hermana en el hombro y luego enfoco a Jean,
Jennifer solo entonces reparo en ella, no se vio muy complacida. Jean sabia que
no se caían muy bien…. Pero eso era lo que menos importaba, lo que le
preocupaba era que si los Goldman estaban aquí… pudiera ser que Nolen no
estuviera lejos.
-¿Wholferd
nos acompañas?-dijo Jessica, Jennifer la fulmino con la mirada. Jessie se
encogió de hombros, carente de
prejuicios-ah vamos Jane, quizás no sea tan mala.
Jean sabía
que no podía ocultarse ahora. Pero quiso asegurarse…
-¿Nolen
está con ustedes?-pregunto.
Jennifer
negó con la cabeza viéndola con mirada molesta.
-él
está en casa, prefirió quedarse-indico Jessica, Jean se mostro complacida.
-entonces
si voy.
-es una
sorpresa encontrarte por aquí, no sabia que eras fanática de los juegos de
lucha-dijo Jessica interesada mientras recibía su vaso de vodka.
Habían
ido a un bar cercano, con luces de ambientación tenues color amarillo y
agradable música de fondo. Jean cruzo las piernas en el mostrador del bar
mirando su propio vaso de alcohol, aun vigilando disimuladamente al cantinero
que no dejaba de contemplarlas desde su trabajo.
-lo
soy, me gusta jugar con mis amigas a veces-respondió e hizo una mueca pequeña
examinando su bebida-lastima que no me pude inscribir en el torneo.
-habría
sido divertido-alego Jane tomando un trago y jugando con un bombón de chocolate
en una mano-la competencia seria mas interesante contigo y además, aun me debes
una del otro día en la discoteca.
Jean
mostro el fantasma de una sonrisa, levemente malvada. Jessie pensó que traer un
tema como aquel, fue una terrible idea, se lo hizo saber a Jennifer por medio
de una rápida mirada.
-veo
que querías la revancha, es una pena que no podamos-espeto Jean realmente
decepcionada-tendrás que esperar para intentar vengarte.
-¿para
que esperar? ¿Que tal si salimos y tenemos nuestra revancha en algún
callejón?-pregunto Jennifer osada, eso demostraba que no le hizo caso alguno a
la advertencia de su gemela.
-ni se
les ocurra, eso ya es diferente-regaño Jessie mirando alrededor con cautela, no
quería que nadie las oyera-es una pelea real y no tenemos motivos para irnos a
los puños.
Jean no
era del tipo que se iba a la violencia sin motivo alguno, aunque tampoco le
molestaba hacerlo. Prefería casi siempre su fuerza para situaciones que lo
ameritaran, pero quizás aquella hubiera sido una… Jennifer parecía muy
interesada en empezar una batalla.
-yo si,
aun estoy algo enojada, quería el cuello de ese hombre.
Jean le
sonrió casi desafiante, Jane le regreso esa misma mirada. Jennifer no le tenía
miedo, estaba segura que la pseudodemonia no era ninguna fanfarrona, pero de
todos modos ansiaba medirse contra ella. Así se vengaría y podría alardear de
su triunfo.
-yo…
-Wholferd-dijo
Jessica mirándola casi suplicante, Jean se sorprendió de la rápida diferencia
entre esa chica y su hermana sentada detrás-no quiero que esto termine mal….
¿Podrías pedirle disculpas a mi hermana? Solo para que deje de provocar.
Jean se
lo planteo, la verdad Jennifer no había insultado a su persona, ni nada en
especial, no habían razones para las que Jean deseara darle una paliza. Y seria
más provechoso usar su fuerza en otros, otros que al matarlos, le
proporcionaran dinero…. Así pues, miro a su opositora.
-esta
bien-alego y le dedico una pequeña sonrisa, aunque sin suavizar totalmente sus
rasgos-discúlpame por lo de la otra noche, Jennifer, no debí…. Interrumpirte.
Jennifer no pudo evitar mostrarse impactada,
no esperaba que Jean aflojara tras solo unos segundos de pensarlo. Aunque
aquella chica no terminara de suavizas sus facciones, algo en ella no le
resultaba amenazante, mas bien le parecía muy
segura de si misma y no solo respecto a su aspecto, sino…. Había algo en su
porte, que parecía… ¿orgullo? No lo sabia, pero Jane estaba segura que no se
trataba de una burla para con ella.
-seguro,
acepto la disculpa-casi farfullo. Jean asintió y volteo al barman.
Jessica pareció tremendamente aliviada. Busco
otro tema rápidamente.
-Y…. ¿por
qué preguntaste por Nolen antes de venir?-soltó. Jean endureció la mandíbula.
-por….
¿Él les ha dicho algo de mi?-quiso saber ella. Las gemelas se miraron
confundidas.
-además
de que esta buscando tu ayuda, para lo del Fear y toda esa mierda, no-dijo
Jane.
Jean se
sintió un poco nerviosa al hablar del tema, en especial porque se trataba de
algo que si bien los pseudodemonios tenían claro, los demás no tanto…. Era
incomodo tratar de explicarles, en especial porque no hablaban de un
semidemonio cualquiera, hablaban de Nolen, el hermano de ellas.
-lo
estoy evitando-confeso ella, las chicas adoptaron una expresión estupefacta-el…
a estado tratando de ligar conmigo.
Jessie
parecía a punto de agregar algo pero Jennifer se adelanto.
-¿es un
chiste? Nolen… ¿tu? ¿¿De todas las malditas mujeres en el mundo??
Jean
apretó su vaso de alcohol, y se volvió a ellas.
-aunque
me siento un poco insultada, tienes razón. ¿Por qué yo? Habiendo otro centenar
más…
-¿por
qué lo evitas exactamente? Además de que no te guste, no creo que tú tengas
muchos reparos en rechazar a alguien-indico Jessica aun anonadada.
-no los
tengo-Jean tomo aire-y no es que él no me guste, es muy guapo y todo eso, me
agrada su forma de ser…. Pero no es alguien a quien me pueda permitir.
Las
gemelas compartieron una mirada, parecía casi telepatía, cuando Jennifer hablo
por ambas.
-yo no
incentivaría a Nolen a alguien como tu. Pero si él lo quisiera, podríamos
llegar a tolerarte… claro, si demuestras no ser una hija de puta.
Jean no
pudo evitar doblar su labio con una carcajada reprimida.
-no se
trata tanto de él, mas bien se trata de mi. Me resultaría problemático.
-no
entiendo lo de que no te lo puedas permitir-hizo saber Jessica llamando al
barman con una mano. Jean miro al hombre dirigirse hacia ellas.
-no
puedo, por una simple razón: es un semidemonio.
Ellas
no se vieron insultadas, o al menos no lo demostraron. Jennifer comió su bombón
de chocolate y guardaron silencio en tanto el barman traía otra ronda para
ellas.
-¿eso
tiene algo de malo? ¿Te meterías en algún problema con alguien?-inquirió Jane.
Jean
negó con la cabeza. De inmediato pensó en Trixi y su relación con Úrsula.
-no,
nadie me amenazaría, pero no es algo beneficioso. No es de mi calaña-estaban a
punto de decir algo mas cuando Jean las interrumpió-¿y por qué tantas
preguntas? Debería bastarles saber que no quiero ligar con el, sin tantas
explicaciones.
-nos interesa
Nolen-escupió Jennifer casi enojada-no queremos que lo destroces.
-si, me
sorprende que aun no lo hagas, no te conozco mucho, pero pareces alguien
capaz-agrego Jessica tomando un poco de alcohol.
-lo
soy, pero no quiero destrozarlo-expreso Jean.
Entonces
se dio cuenta de algo…. ¿Por qué no
lo había mandado a volar? Ella solo evadía el asunto, porque no quería hacerle
daño, se sentiría culpable por ello, Nolen no la trataba para nada mal. Además
que aun necesitaba de la información que el pudiera dar. Con eso podría ir a la
guardia cadena o mejor aun, buscar a otros pseudodemonios para resolver el
asunto ellos mismos.
De
cualquier manera, por muy guapo que fuera Nolen, él debía mantenerse fuera
-en
otro asunto. No quiero que hablen con Nolen de esto.
-pe…-casi
dice Jessie.
-solo
no lo hagan.
-¡hola!
No pensé que tendría tanta suerte hoy-dijo alguien entrando de golpe en la
conversación.
Todas
voltearon, era un hombre delgado, de cabello castaño erizado por gel y ojos
grises. Usaba una camiseta larga de hip hop color azul, pantalón negro
desenfadado y zapatos de futbol que hacían juego con la camisa. El miraba con
alegría a las chicas Goldman, mientras las mismas apenas podían creer lo que
veían.
-Mauro,
que coincidencia-dijo Jessica volteándose en la banca del mostrador. El asintió
aun mostrando una alegre sonrisa.
Jennifer
aun no podía hablar, Jean noto un repentino brillo en su mirada, uno de gran
admiración. ¿Quien lo diría? La perra
semidemonia estaba delirando por un humano, Jean sintió entonces que
probablemente Jane entendería un poco su punto sobre Nolen.
-es el
destino, estaba esperando para llamarlas y que saliéramos, en especial
tu-expreso el hombre y le guiño el ojo a Jane, ella se iba a desmayar.
-tienes
razón, es el destino-publico la chica, de un salto se bajo del banco y agarro a
Mauro por el brazo, el parecía complacido- no me molestaría nada si quisieras
que diéramos una vuelta ya que estas aquí. ¿Verdad Jessie….?
-la
verdad, me parece mejor que vayan ustedes solos-dijo su hermana negando con una
mano, pero sonriendo mientras lo hacia-a mi novio no le agradara que lo deje
plantado en los videojuegos, por salir con otro hombre.
-quizás
la próxima-animo Mauro encogiéndose de hombros, aunque no muy decepcionado,
miró a Jane-¿quieres comida china? Yo invito.
-no
puedo negarme-dijo Jennifer con emoción y miro a su gemela-los veo en casa-
luego la chica se despidió de Jean con un movimiento de la cabeza.
Jessica
asintió y tanto Jane como Mauro pronto desaparecieron del bar, Jean la miro
levemente interesada.
-creo
que Jennifer pescó algo muy bueno-comento, Jessie soltó una carcajada volviendo
a su vaso.
-es un
pez muy sensual.
Las
defensas antidemonios en la casa de Key, era casi tan duras como las de la casa
Wholferd, así que si se quería derribar con poder demoniaco, tendría que ser un
demonio sumamente poderoso el que lo intentara. Solo que Trixi no era un
demonio y Úrsula no era tan fuerte, así que usarían otro método.
-pensaba
en un ariete, pero es muy ruidoso-alego Úrsula.
Las
defensas mantenían demonios fuera, impidiendo que pudieran usar sus poderes
para derribar la puerta, pero no les impedía usar cosas físicas para ello….
Trixi respingo.
-no,
soy una pseudodemonio, especialista en estas cosas. Es imposible que una
defensa de estas pueda detenerme-aseguro ella.
La casa
de Key estaba cerca de la de Kent, así que no tardaron en dar con ella. Era un
apartamento en el piso tres de un edificio mediano. No había nadie en el
pasillo, momento perfecto para irrumpir.
Trixi
invoco con un destello rápido a su arma, la espada de Nanib, se aproximó a la
puerta y clavo la punta en la misma. Trazo una “X” en la madera, al separarse Úrsula noto que el
dibujo brillaba al rojo vivo, casi como sus propios ojos. Trixi se alejó y saco
una pistola pequeña de su chaqueta, como un revolver que se usan en asesinatos,
pero algo indicaba que no lo era, marcas
extrañas recorrían el metal y algunas tenían brillos rojos, no muy
deslumbrantes.
-eso…
-es FFyrnig,
estaba guardada entre las pertenencias de mi madre-explico Trixi mientras
apuntaba.
Úrsula
esperaba que pasara algo interesante, solo notaba que FFyrnig cuanto más tiempo
pasaba más brillantes se volvían sus brillos rojos. Hasta que tras varios
minutos, Trixi jalo el gatillo y hubo un estruendo terrible, el disparo de FFyrnig
derribo la puerta dejándole un enorme agujero donde había estado la “X”. La
boca de Úrsula estaba a punto de dar contra el suelo.
-perfecto-se
felicito Trixi con orgullo y miro a su novia. Ella dejo de sonreír cuando vio
la cara atónita del súcubo. Esta reacciono un poco después.
-excelente-dijo
Úrsula con media sonrisa y le palmeo cariñosamente la espalda-rápido, antes de
que lleguen los vecinos y la policía.
Asintió
y entraron. Úrsula nunca había visto a Trixi como un combatiente, debido a que
a diferencia de Jean, Trixi no sentía afición por el asesinato de demonios.
Parecía extraño que a su pesar, Trixi era buena haciendo su trabajo de
pseudodemonio, quizás tanto como su hermana.
Dentro
se quedaron mudas al ver que no había nada. Todo había desaparecido, todo, muebles, alfombras, cortinas,
cuadros, electrodomésticos…. Nadie vivía ahí, solo quedaba la solitaria ventana
frente a la puerta, abierta, esperando a que alguien la cruzara. Trixi miro
sorprendida a Úrsula y ella le devolvió el gesto.
-nadie,
Key no vive aquí-comento Trixi.
-esta
era su casa… debió irse hace mucho-Úrsula sonó molesta.
Vio al
suelo polvoriento y luego a la ventana. Aunque su misión era mantener a Trixi
viva, eso no cambiaba que ella deseara la muerte de Key, la cual no llegaría
esa noche.
-¿que
fue ese sonido?-escucharon decir, ellas se volvieron a la puerta.
-vámonos-anuncio
Trixi rápidamente.
Ambas
corrieron a la ventana, entonces al saltar Úrsula desplego sus alas.
-Key
Forest, cómo pudiste….-gimió el sujeto, estando atrapado en la mesa, atado de
pies y manos.
-haciéndolo-dijo
él sin un solo vestigio de culpabilidad- todos hacemos lo que es necesario para
sobrevivir-añadió sonriendo.
Key era
un hombre que no pasaría de los treinta años, cabello marrón oscuro, ojos intensos
color azul y a pesar de asemejarse a Kent, no eran idénticos en lo absoluto.
Key se toco con una mano la barba incipiente de su quijada, mirando al
condenado con interés.
-es
útil tener a alguien que tenga tanta gente, que desea desaparecer-dijo la voz
femenina detrás de Key.
Key se
volvió y le sonrió.
-es un
placer servir.
La voz venia de una persona parada no muy
lejos, vestida en una túnica larga que impedía ver su rostro. Aterraba tanto
como la misma habitación, rodeada de sangre en las paredes, la cual estaba
configurada en muchos símbolos que los humanos considerarían profanos. Símbolos
de sangre…. Si gloriosa sangre. Alrededor del centro de la habitación estaba la
mesa de sacrificio, rodeada de expectantes, la mayoría no parecían miembros de ninguna
secta, solo simples chicos que miraban con terror.
La
chica en su capucha avanzo hasta frente al condenado, uno de los miembros de la
congregación apareció con un cuchillo, lleno de símbolos macabros, lo entrego a
la encapuchada y ella lo estudio. Tras poco tiempo ella lo elevo en dirección
al otro lado de la habitación, donde había una estatua, la estatua de Azazel.
Luego
lo clavo en el corazón del condenado, por mas que el gritara por piedad. Dejo
de retorcerse casi al instante que su corazón fue atravesado, los ojos del tipo
se perdieron y quedo inerte sobre la mesa. La encapuchada extraño el corazón y
lo alzo ante la estatua.
-este
sacrificio es en nombre de nuestro señor, quien pronto pisara esta tierra otra
vez-expreso la tipa.
Todos
quedaron en silencio, de pronto el corazón se encendió en fuego y termino
totalmente consumido, desapareciendo…. Los ojos de la estatua de Azazel
brillaron, parecía complacido, la encapuchada lo admiraba con vehemencia.
Lowen
trataba de controlar sus deseos de huir, era demasiado, estar atrapado en eso….
No era elección propia, alguien le había dicho que se reunieran pero había
terminado en una congregación de ilusos, que serian visitados por aquella
demente…. La encapuchada, quien los obligaría con amenazas y dolor a obedecerla
en sus locuras sádicas y criminales.
No era
buena idea contradecirla, lo peor era que no se podía huir, ella sabia donde
vivían y quienes eran cada uno de sus subordinados. Los encontraría donde se
escondieran… y no seria bueno que lo hiciera, la encapuchada era un demonio
demasiado poderoso….
-no
aguanto mas, me iré del país si hace falta-gimió una chica junto a Lowen, el la
miro atónito-pero no voy a seguir con esto, es demente, no quiero que Azazel….
-no lo
digas, estas loca-gimió Lowen esperando que no la hubieran oído-desafiar a la
matriarca es suicidio.
-no me
importa, pero no voy a servir.
-¿que
no me vas a servir?-inquirió una voz, que hizo que tanto Lowen como la chica
gritara y saltaran hacia atrás, todos los que los rodeaban, se habían alejado
como el mar retrocede con la marea, y la matriarca era la marea.
-yo…
señora-iba a decir la chica aterrada, temblaba y estaba a punto de orinar sus
pantalones.
Eso era
algo de lo que Lowen estaba seguro, a pesar de las tinieblas solo interrumpida
por las velas, pudo notar el miedo encarnado en la mirada de la joven.
-aquí
vamos de nuevo-dijo Key meneando la cabeza con decepción, mirando hacia la
matriarca.
La
matriarca de pronto agarro por el cuello a la chica insubordinada y la alzo por
encima de su cabeza. La joven trataba de respirar, pero las manos de la
encapuchada era demasiado fuertes, Lowen contuvo el aliento para no gritar
atemorizado.
-nadie
se atreve a negarme-dijo la matriarca antes de que usando el cuchillo de
sacrificio, le apuñalara el pecho a la chica.
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