12-Más
que sospechas…
J
|
ennifer
había quedado sin habla por el repentino acercamiento de Mauro, pero no por
ello había dejado de ser genial. A pesar de todas sus inseguridades, pudo
seguir simulando que nada malo ocurría, cuando se detenía a pesar las cosas,
Mauro asumía que quizás era tímida o pensaba que decir…. Sin embargo Jessica
ciertamente sabía lo que Jennifer pensaba. Su mirada preocupada dejaba claro
como el infierno que esto alarmaba, a pesar de no haber comentado.
El beso
de Mauro se sintió genial, su olor y suavidad parecían casi droga, Jane pensó
que gastar dinero en coch era estúpido si tenia a aquel chico cerca. Por ese
milisegundo no le interesó nada más en el mundo. Jennifer se pregunto si algún
día tendría una complicidad con Mauro, siquiera similar a la de Ion y Jessie…
Jane en su interior pensó afligida que
era más complicado en su caso, Ion y Jessie eran de la misma clase, nacieron en
el mismo maldito barco, no había secreto alguno entre ellos, ni temor a ser
juzgado por el otro. Lo único que los hacia levemente diferentes, era que Ion
no había sido rechazado por su familia.
La
madre de Ion era una perra demonia, pero la muy desgraciada luego de dar a luz
a este, lo abandonó…. Pero tuvo la delicadeza de dejarlo al cuidado de su padre
humano. Así, Ion cuando menos tuvo un padre que lo cuidara.
-hay
que trabajar en eso-dijo Jennifer tocándose la boca con una mano, aun mirando
al humano, él se encogió de hombros.
-queda
tiempo de sobra para eso. Quizás la próxima te invite a una película.
-espero
que sea mejor que la otra, era jodidamente predecible.
-¿de
que trataba?-preguntó con interés.
-de
casas embrujadas, fantasmas tirando de personas en sus camas, esas
cosas-respondió la semidemonia sin darle importancia.
Mauro
se rio.
-olvidas
los ritos satánicos y los demonios.
Para
ser un chiste, a Jennifer no le dio tanta agracia. Frunció los labios en algo
que parecía más un gesto nervioso que una risa. Mauro la vio con curiosidad.
-tienes
razón. Eso faltaba-dijo con voz quebradiza.
-¿le
temes a los demonios?-quiso saber el.
Jennifer
maldecía dentro de sí. Tenia que vetar a los demonios de su vocabulario,
mientras hablara con Mauro.
-si-afirmó
ella.
Pero no de ese modo. Eso lo omitió, a pesar de que
lo dijo en su mente.
Jennifer
temía a demonios…. Pero entre los nombres de aquellos a los que temía
figuraban: Azazel, Furfor, Alocer, Agares, Cimeries, Dev, Amatsu Mikaboshi, Baalzephon, los Caballeros de L’Enfer,
el difunto Lucifer y…. Úrsula. Aunque a la última le tenía más rabia y asco que
miedo.
En
especial temía a Azazel, el bastardo había derrotado y consumido a Lucifer
hacia muchos años, convirtiéndose en el más poderoso de los demonios mayores en
su área de la Zona demoniaca. Lucifer había mantenido todo en orden, hasta que
el señor Azazel vino a cagarla… afortunadamente los demás vieron la amenaza que
representaba y lo enjaularon. Azazel pretendía aparecer en este mundo, Jennifer
no estaba segura de los detalles, pero tenia entendido que la invocación de un
ser como el, llevaría casi al colapso del mundo terrenal y la zona demoniaca,
debido al royo que requería. Todo era irónicamente gracias a que una presencia
tan poderosa como el, no podría ser transportada por los portales corrientes
entre los mundos….
La
total destrucción no les convenía a muchos demonios, así que no lo dejaron
ejecutar plan alguno.
-¿quien
quiere jugar Mortal Kombat y luego comer comida china?-inquirió Nolen
aproximándose, acompañado de Jessica y su novio.
-yo-dijo Jennifer y sonrió astuta-les pateare el culo a todos.
-Nolen,
Trisher dijo cosas extrañas sobre algo que vio-masculló Jessica mientras
cambiaban en el estacionamiento, rumbo al vehículo.
-¿si?
¿Que le dio cáncer demoniaco por culpa del coch?-bromeó Nolen abriendo la
puerta del auto, el sonido de una risa salió de Ion, Jessie lo reprobó con un
gesto mientras subían.
-no,
dice que vio capullos…. Como nosotros-hizo saber Jane lanzándose dentro del
auto y haciendo espacio para su gemela.
Nolen
se quedo muy quieto entonces, Ion lo estudiaba repentinamente preocupado.
Jessica se preguntaba que expresión tendría, el espejo retrovisor no le
permitía verlo.
-¿no es
un chiste?-inquirió el semidemonio volviendo en si y encendiendo el auto. Ion
cerró la puerta y se puso en cinturón.
-no tenia
la cara de alguien que está jugando-aseguró el novio de Jessica. Ion no dejaba
de estudiar a Nolen, como si esperara a que soltara algún secreto.
Jessica
por su evidente tensión, no se hubiera sorprendido de ello. Nolen retrocedió el
carro y se dirigieron a casa, al salir del Dorado, el hombre habló con voz
ronca y seria.
-llamaremos
a Trisher, para que nos cuente algo mas sobre eso de los capullos.
-¿y por
qué ese sujeto quería hablar contigo?-quiso saber Trixi mientras comían en un
restaurant de carnes. El olor envolvía todo el local como una camisa de fuerza
a un maniático.
-¿Nolen
Goldman?-dijo Jean llevándose un bocado. Angélica y Trixi la veían como si
aquella mujer fuera su programa de tv preferido.
-si,
fue raro…. Como te miraba y cuando te llevaron con ellos-comentó Trixi con voz
crispada, igual que si hablara sobre un asesinato presenciado-me preocupé un
poco.
-Yo no.
Es Nolen-dijo Angélica encogiéndose de hombros, se apoyó en la mesa de brazos
cruzados-las perras son peligrosas, pero él es inofensivo.
-¿como
estás segura?-quiso saber la menor Wholferd inquietada.
Angélica
se puso tensa entonces y pareció morderse los labios. Jean sintió que acababan
de pisar un terreno muy delicado para la kirin, ella no se echaba atrás
fácilmente... pero algo en la pregunta de Trixi parecía haberla retraído.
-prefiero
reservarme eso. No seria placentero tocar ese tema-farfulló.
Jean
decidió no exigir nada y tomo un sorbo a su refresco. Trixi seguía acosando a
Angélica pero tras un minuto de silencio comprendió que mejor no continuar. A continuación,
volvió a sus inquietas preguntas para Jean.
-en
fin. ¿Has estado viendo a ese semidemonio? ¿Cuántas veces lo viste? ¿Por qué no
me lo contaste?-exigió Trixi y luego miró a Angélica la cual ya se había
calmado-y tu ya sabias, nunca hablaste.
La
rubia se encogió de hombros. Jean casi parecía que no estaba oyendo, y tampoco
se mostro extremadamente emocional cuando respondió.
-lo he
visto un par de veces-respondió ella pinchando un pedazo de carne asada, la
mirada amarilla de la mujer no vacilo ante Trixi-y no tenia razón para
contarte, como bien dijo Angélica, él no es peligroso.
Trixi
puso cara de insulto. De pronto estrello sus manos en la mesa, Angélica se
arrimó lejos de la pseudodemonia, sin embargo Jean simplemente mordió el pedazo
de carne en su cubierto mientras la otra pelirroja empezaba a vociferar. Jean
solo hizo caso a lo esencial.
-¡pero
yo te presenté a Úrsula! ¡Fuiste la única en la familia a la que se la
presenté! Tendrías que haberme avisado sobre esto-la voz de la chica delató que
se sentía dolida. Jean entonces entendió todo, cosa que hizo que la carne se le
atascara. Tuvo que hacer un rápido esfuerzo para no ahogarse.
-momento
¿que?-dijo anonadada al conseguir
tragar.
-no me
hablaste de Nolen-apuntó la otra mujer. Jean frunció el ceño.
-él no es mi novio, Trixi-manifestó con
firmeza, Trixi se vio sorprendida-simplemente lo he visto y las razones por las
que lo he hecho no han tenido que ver con romance.
-¿y por
qué te veía como si fueras un secreto del cosmos?-intervino Angélica, Jean hizo
un mohín y con un esfuerzo legendario no se sonrojó.
-eso ya
viene por su cuenta.
-¿hay
esperanza de que salgas con él?-dijo Trixi con una chispa de ilusión.
Jean
estiró una ceja, esta casi se le salió del rostro.
-ahmm….-iba
a decir.
-porque
eso seria genial.
Angélica
soltó una larga y rítmica risa. Las Wholferd la vieron intrigadas, de pronto la
kirin se tornó seria, como si fuera otra persona.
-mientras
las perras Goldman no aparezcan en tu casa, yo seré feliz-avisó.
-odio
que esos demonios pongan a sus hijos, siempre en los lugares más feos
posibles-se quejó Jessica sin apartar la atención de la tapa del
alcantarillado.
-ellos
son tan malditamente feos, que no les debe molestar estar rodeados de fealdad
Jessie-le aseguró su gemela.
Nolen
solamente podía mirar el oscuro hueco. Trisher permanecía justo al frente
esperando a que alguno decidiera tomar la iniciativa.
-¿estas
seguro de que es por aquí?-preguntó Nolen intensamente. Trisher hizo una mueca
de fastidio.
-seguro, ¿cuantos conoces que podrían olvidar algo
así?-dijo agriamente.
Seguro
pocos, pero Nolen sabia que muchos añorarían poder hacerlo. Las gemelas dudaban
en saltar, quizás por desconfianza, o por asco.
-entonces
voy primero-anunció Nolen saltando a la oscuridad. Jessica y Jennifer estuvieron arrecias a
seguir, solo hasta que se dieron cuenta que su hermano adoptivo ya no estaba.
Nolen
trató de ignorar en el agua sobre la que había caído, aunque había traído
calzado a prueba de agua, seguía siendo incomodo llegar a aquel sitio. Una
sombra oscura con matices grises apareció de pronto pasándole a un lado, una
sensación de frio llenó al semidemonio con verlo. El ser pronto se adelantó y
materializo en la forma de Trisher de nuevo. Nolen no recordaba lo inquietantes
que eran los sombras.
-Trisher
por favor mantente en forma física, no estoy acostumbrado a ver seres negros e
incorpóreos-pidió el. Trisher torció el gesto como si la declaración de Nolen
le pareciera ridícula, sin embargo se limitó a encogerse de hombros.
-¿es
aquella luz?-quiso saber Jane, cuando ella y su hermana aparecieron desde las
sombras hasta situarse detrás de Nolen. Se referían a un débil brillo mucho más
delante de la entrada.
El
semidemonio necesito entornar los ojos para ver aquello, aunque la verdad era
porque necesitaba estar seguro de que no había nadie y era seguro avanzar.
-si, la
última vez que los vi iba a destruirlos-contaba el sombra volviéndose hacia la
luz, con aire tenso-pero oí pasos y me asuste.
-vamos-pidió
Nolen moviéndose hacia el destino. El resto le siguió el paso.
-¿huiste
así nada mas?-masculló Jennifer caminando al lado de Trisher, la voz de la
mujer sonaba entre molesta y burlona, Trisher endureció la quijada.
-si, no
soy un guerrero ni un héroe, linda perrita-devolvió viendo de reojo a la joven.
-seguro
que no, eres un maldito espía-intervino Jessica entretenida, Trisher la ataco
con la mirada-aunque te pases la vida negándolo.
Jennifer
ahogo una risa. Nolen tampoco pudo resistirlo, aunque ya se había adelantado en
la negrura.
-no soy
espía, soy “distribuidor de información confidencial sin consentimiento
ajeno”-contradijo decididamente y casi ofendido.
-claro
y yo soy un “ser canino metamórfico capaz de pararse en dos patas y
hablar”-dijo Jane con un gesto sarcástico de su brazo, algo bien reflejado en
su voz.
Trisher
se adelantó un poco al paso hasta casi llegar a Nolen.
-¿como
diablos Ion comparte tanto tiempo con ustedes? Tienen unas leguas
rápidas-observó el muchacho.
-señor
“distribuidor de información confidencial sin consentimiento ajeno” ¿cuantos capullos viste la vez que los
encontraste?-preguntó Nolen nerviosamente mientras miraba con más cuidado la
luz a la que se aproximaban.
Trisher
lo miró intrigado.
-diez,
creo.
-o
alguien vino aquí recientemente, o los paracitos ahora se dividen como
amibas-promulgó el semidemonio, llegando a una encrucijada de desagües y
estando lo bastante cerca como para que todos vieran lo que él.
Las
chicas y Trisher quedaron fríos. Los
capullos debían ser unos treinta, de diferentes tamaños, todos destilando una
suave iluminación en una gama de colores, entre rojo y naranja, como la luz de
un incendio.
-mierda….
-sugiero
que empecemos a destruirlos, alguien podría llegar….-sugirió Jessica mirando a
los alrededores.
Nolen
no esperaba la gran cosa al venir, tenia esperanzas de descubrir algo sobre que
mierda pasaba. La razón de las muertes, quien lo causó o al menos algo de Fear…
mas no estaba seguro si realmente quería encontrarse con algo contundente en
aquel momento. Le preocupaba que algo realmente gordo fuera culpable de eso…
porque de ser así no sabia que clase de cosas peores que paracitos podrían
morar ahí abajo.
-¿cuanto
crees que tarden en nacer?-escucharon decir a alguien a lo lejos. Todos
automáticamente voltearon, sus oídos sintieron enseguida que había un grupo de
personas aproximándose. Los pasos de ellos resonaban en las cabezas de todos,
como en un desfile.
-eso oí
la ultima vez-comentó Trisher alarmado. Por lo que su aspecto dictaba, el
sombra podría volverse incorpóreo en medio segundo y escapar.
-no se,
pero la Matriarca espera que pronto. Vamos a necesitarlos para reunir mas
presas para los sacrificios-oyeron decir-aun faltan unos cientos.
-¿oyeron
eso?-gimoteo Jennifer inquietada, se a cerco mas a su gemela, casi juntando las
espadas, como cuando se preparan para una pelea en la que se encuentren
rodeadas. Los pasos se escucharon cada vez mas cerca.
-demasiado
claro-alegó Nolen, quien tragó saliva-salgamos de aquí, ahora.
Antes
que alguien dijera algo, todos rompieron en carrera de vuelta a la superficie.
Trisher se esfumó sin previo aviso. El desgraciado tenía el privilegio de poder
atravesar paredes, aun así, ni él era invulnerable, a pesar de poder volverse
incorpóreo podía ser destruido, atacando un pequeño detalle que muchos
ignoraban: entre su figura difusa de sombra, había algo, un cristalito gris,
que si era destruido, Trisher moriría. Por si fuera poco, en su forma demoniaca
era casi intocable, hasta que atacaba, en esos cortos periodos, tenia que ser
físico para hacer daño y por consiguiente se exponía a ser violentado.
Nolen
no estaba muy preocupado por la ausencia del tipo. Lo que mas le importaba era
ponerse a salvo a si mismo y a sus hermanas, ellas no necesitaron mucha ayuda
para escapar, al llegar a la salida, con una gracia felina saltaron y salieron
del alcantarillado, seguidas de Nolen. Ellas no eran tan fuertes como muchos
demonios, pero sobresalían en agilidad y velocidad.
-no
esperaba que fuera tan pronto-dijo Ion al verlos llegar hasta el auto.
-¡no
hay tiempo!-exclamó Nolen sudando-¡debemos irnos!
Ion
aunque no sabia que pasaba, reacciono de inmediato. No cualquier cosa pondría a
los chicos a correr. Segundos más tarde todos estuvieron en el vehículo.
-¡pisa
el maldito acelerador Teddy! –exigió Jennifer mirando por la ventana en la
parte trasera del vehículo.
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