5-Contacto
T
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rixi cobro el dinero
al dueño del almacén antes de disponerse a volver con Jean a casa. Aún no había
dejado de preguntarse de donde habían salido esas cosas… los capullos, lo
cierto es que ella se negaba a tomar las vidas de demonios no nacidos, la idea
de destruir los capullos le revolvía el estómago, aunque se trataran de
paracitos, eran solo crías. Apenas pudo mirar cuando Jean empuño a Gwyrdd y
baleó sin piedad a los huevos.
No podía quitarse de
la cabeza el resplandor verde de los disparos proferidos por su hermana, y como
los cuerpos se retorcieron mientras se desintegraban. Jean no dijo nada el
resto del viaje, miraba el camino maquinando algo en su mente, Trixi sabía
distinguir con gran precisión cuando su hermana tenía la mente ocupada.
Eso fue desagradable-mascullo Nanib
en el interior de la mente de Trixi-no
puedo creer que a Jean no le den ganas de vomitar o al menos le cause algo de
lastima, liquidar a esas desgraciadas creaturas.
¿Y que querías que ella hiciera? ¿Dejarlos ahí? Yo hubiera
hecho lo mismo aunque vomitara en el proceso-respondió
Trixi mentalmente mientras bajaban del auto.
¿Y entonces por qué la dejaste hacerlo por ti?
Lo sabes. Porque ella estaba dispuesta a hacerlo, el que
yo fuera capaz no significa que quiera hacerlo, odio vomitar.
Trixi aún se
preguntaba que le había sucedido a Jean, no siempre fue tan despiadada, pero
luego de algún acontecimiento sucedido hace ya mucho tiempo debió cambiarla….
Años atrás, habían vivido en un orfanato, antes de que Jean pidiera a Félix
vivir con ellas para poder mudarse. A Jean le habían sugerido la idea
anteriormente, pero luego del incidente causado por Félix, ella se asqueaba
ante la idea de ayudarlo, en ese entonces Trixi recordaba que su hermana era
una persona mucho más dulce, más confiada en los demás…. Incluso a temprana
edad Jean fue la única que notó la extraña orientación sexual de Trixi, fue
reconfortante, puesto que Jean jamás le reprocho nada, ni se repugno cuando
Trixi deseaba abrazarla o mostrarle afecto de cualquier otro tipo.
Pero cuando “las
cosas extrañas” comenzaron a pasar, nada nunca volvió a ser igual, Trixi tenía
tanto miedo que no carecía el valor de hacer algo al respecto y además, no
podía dormir, recordaba que llego a pasar tres días de insomnio en una ocasión.
Una noche Jean la dejo sola en la cama y abandono la habitación, Trixi no pudo
detenerla, su hermana se marchó y cuando volvió algo era anormal, Jean
respiraba como si la hubieran perseguido y sus ojos estaban tan enormes como
bellotas, al día siguiente sin explicación ni reparo alguno, Jean tomo el
teléfono y llamo a Félix, indicándole que fuera por ellas, que aceptaba lo que
fuera por abandonar aquel sitio y jamás volver. Trixi no rechisto pero siempre
sospecho que algo raro había pasado, la voz de Jean al llamar a su tío era una
mezcla entre orden y ruego desesperado.
-qué extraño que el
viejo no vino a joder-comento Jean mientras se adentraban en el pasillo.
-supongo que cuando
le avisaste que todo estaba bien se calmó-alegó Trixi cuando subían las
escaleras.
-no se preocupen, él
no molestará-dijo una voz que a Trixi le erizo la nuca.
Ambas voltearon y
vieron una silueta oscura al pie de las escaleras, Trixi reconocería esa voz
aunque la negrura fuera total.
Úrsula.
-es algo tarde para
que aparezcas-reclamo Jean mirándola con suspicacia.
Trixi no lo dudo y a
largas zancadas bajo para saltar a los brazos de la chica, está la recibió con
un fuerte abrazo, Úrsula le acaricio la espalda y el cabello, eso le encantaba
a Trixi, puede que el mundo entero pensara que Úrsula era una bestia puta
salida de los infiernos, pero en el fondo no era para nada mala, de hecho era
dulce como miel, al menos con Trixi.
-estaba desocupada y
pensé en venir-dijo la súcubo separándose de Trixi y mirándola con sus grandes
ojos fosforescentes por la oscuridad.
-me alegra porque no
tengo sueño-aviso Trixi atrayendo hacia si a la chica, Úrsula se rio.
-¿qué diablos has
hecho con Félix?-exigió Jean un poco pedante.
Úrsula se apartó el
cabello del rostro, ambas miraron a Jean, ella como siempre que aparecía la
súcubo tenía cara de no desear estar presente.
-no se preocupen, no
lo violé o algo así-bromeo Úrsula sonriendo y acercándose un poco a su
novia-esta medio muerto en su cuarto, no tuve nada que ver-entonces encaro
nuevamente a Trixi, ella se sentía derretida ante esa mirada tan
penetrante-¿quieren ver una película?
-¡claro!-exclamo
Trixi emocionada, entonces sus ojos viajaron a los de Jean-¿nos acompañas?
Los ojos de la mujer
casi de desorbitan y les dedico una sonrisa obviamente falsa.
-lo siento, pero
no…. Voy a ducharme-espeto la pseudodemonia y siguió por los escalones hasta el
siguiente piso.
Trixi suspiro cuando
su hermana desapareció, los delgados dedos de Úrsula le acariciaron un hombro
consolándola.
-afrontémoslo jamás
se acostumbrará-susurro Trixi un poco cabizbaja sin apartar la vista de las
escaleras. Úrsula entorno la mirada hasta casi volverla gélida.
-no ha hecho nada
contra nosotras, puede que yo no sea su persona favorita, pero no me odia,
estoy segura-trató de animarla.
Trixi volteo su
cuerpo para encontrarse de frente a la súcubo, los dedos de la pseudodemonia
tocaron los oscuros cabellos de su novia, y luego vio a los ojos a la chica,
aun serios.
-¿no te molesta
verdad? Porque si es así dímelo, no quiero perderte por culpa de Jean-la voz de
Trixi sonó dura. Fuera de la reacción esperada Úrsula le sonrió dulcemente.
-si a ti no te
molesta que yo sea un demonio violador de hombres y sediento de sangre, dudo
que Jean sea problema-contesto divertida.
Al verlo desde esa
perspectiva todo era mejor, Trixi envolvió el cuello de la súcubo con los
brazos y atrajo sus labios a los suyos.
Jean enfriaba su
cabeza en la ducha, siempre luego de una batalla nada era mejor que eso, miraba
al techo esperando que el jabón abandonara todo su cuerpo. Siempre procuraba no
estar presente cuando Úrsula montara alguna escena lésbica besuqueándose o algo
así con Trixi, Jean lo toleraba pero no es que le causara emoción ver a las
chicas besarse.
-Jean…-era la voz de
Trixi entrando al baño, vio su silueta a través del cristal, se acercaba a la
ducha.
-¿qué sucede?
¿Úrsula trajo un amante para hacer trío?-inquirió Jean con voz algo seria para
ser una broma. Supo que Trixi viro los ojos, aun sin verla.
-no, es solo que venía
a preguntarte si puedes…. Ser más amable con Úrsula, hay veces que parece no
molestarte su presencia pero otras, siempre que ella llega, es como si salieras
huyendo de nosotras-quiso saber Trixi, Jean suspiró, agradecía el agua fría en
su cabeza.
-quizás lo hago.
-¿homofobia?-la voz
de Trixi se ahogó.
Jean sintió un dolor
en su pecho, era la sensación de lastimar a Trixi.
-no, si lo fuera,
créeme que no estarías aquí ahora mismo.
-¿¿entonces veras la
película con nosotras??-pregunto Trixi alegre nuevamente.
-la puta madre de
Úrsula la vera con ustedes-respondió Jean haciendo un mohín, Trixi se cruzó de
brazos refunfuñando-no pretendo atender a una piltrafa demente como ella luego
de trabajar, sin siquiera haber tomado mi baño.
-no avanzamos en
esta conversación.
-no quiero hacerte
sentir mal ¿bien? Úrsula me da igual, solo me preocupas tú, por mí que esa
súcubo se auto inmolé con un consolador.
Nolen no podía
sacarse de la cabeza a Jean, había pensado en llamarla, pero no podía dejar
todos los asuntos de la tienda en el aire, y le había prometido a las gemelas
que irían a divertirse. Las luces de las salas de videojuegos lo entretenían
por largo rato, en tanto Ion y Jessica hablaban en la oscuridad, Nolen sabia
distinguir cuando deseaban privacidad. Jennifer se entretenía en un videojuego de
zombies, con bastante habilidad, hacia largo rato que no habían podido matarla,
si seguía así arruinaría a los dueños del local. Nolen entonces pensó liquidar
su buena racha con una simple oración, se aproximó a la chica por detrás y dijo
con voz sosa las palabras que ella odiaba en todo momento.
-Jennifer, ¿ese no
es Tristán Graham?-mascullo.
Fue claro que
Jennifer se vio afectado, estaba a punto de asestar un balazo contra un zombie
pero su intento se vio frustrado por el tip nervioso que su mano produjo al oír
el nombre de aquel chico. Naturalmente su momento de distracción fue suficiente
para dar por terminado su juego.
-¡maldito seas! ¡Eso
no es divertido!-bufo la chica aguantando las ganas de arrojar el arma del
videojuego contra la cara de Nolen, quien no podía parar de reír aun.
-cambiarias de
opinión si te vieras en el espejo-replico él.
La mirada de ella
era salvaje, aun en la oscuridad del cuarto lleno de gente, Nolen notaba el
amplio rubor en las mejillas de Jane, no estaba seguro si era vergüenza o
furia. La semidemonia rechino los dientes.
-¿es que jamás vas a
superar ese drama? Ya Tristán no debe ni recordar lo que pasó….-agrego Nolen
calmando su risa.
-esos rencores no se
esfuman tan fácil, tú no sabes una mierda porque nunca tuviste novia-se defendió
Jane poniendo el arma de juegos en la máquina, para a continuación sonreírle
con desdén al hombre-pobre diablo solitario.
Nolen alzo las cejas
fingiendo ofensa.
-puedo conseguirla
cuando me plazca, mira esto-pidió.
El chico volteo a un
grupo cerca de personas y eligió a una mujer al azar, luego se acercó y a
propósito le alzo la falda rápidamente como si una ventisca hubiera pasado
entre las piernas de aquella mujer. El grupo de personas se volvió atónito al
ver a la tipa cubrirse entre con las manos las piernas, completamente
avergonzada, esta planto cara a Nolen pero al verlo, todo deseo de golpearlo
desapareció de su mirada, remplazado por sorpresa.
-lo siento, no pude
evitarlo-se disculpó Nolen guiñándole el ojo, la mujer quedo boquiabierta igual
que Jennifer.
-no vuelvas a hacer
eso jamás-exigió Jessica pasmada.
-¿por qué?-dijo Nolen
intrigado.
Retiraban los
premios, luego de tanto jugar, les quedaban muchos tickes esperando ser
cambiados, Ion miraba las cosas en el mostrador buscando algo de su gusto,
mientras Jennifer cruzada de brazos miraba a Nolen con reprobación.
-la próxima vez,
podrías encontrar a una mujer, que no se reprima de golpearte solo porque eres
muy lindo-argumento ella secamente.
-¿cómo tú? ¿Que casi
asesinas a Tristán a pesar de su linda cara?-la malicia de su voz no era sutil.
-si…. Exactamente
como yo…-acepto la mujer reprimiendo un gruñido, no podía darse el lujo de
actuar como bestia habiendo tanta gente alrededor.
Ion eligió un enorme
peluche negro con un lazo rojo al cuello, lo saco del mostrador y lo ofreció a
Jessica con una sonrisa.
-¡qué lindo!
Gracias-se alegró su novia tomando en brazos el regalo, el cual era tan grande
que costaba trabajo llevarlo sin que estorbara la vista.
-Teddy, no hay donde
poner eso-le recordó Jennifer preocupada mirándolo de reojo.
-no importa, ya
encontraremos donde-intervino Jessie abrazando el peluche.
-¿qué tal la cama de
Titus? A él le encantaría-sugirió Nolen, Ion le dedico una mirada mordaz.
El dorado, el centro
comercial que normalmente frecuentaban era bastante grande, situado en una
bulliciosa zona comercial, contrastando con el distrito más pobre de la ciudad,
trasladar el peluche de Jessica era un problema con tanta gente en el camino.
Cuando lograron salir al frente de la entrada principal, Jessie e Ion esperaron
ahí, mientras Nolen y Jennifer iban por un helado.
-estaba pensando
últimamente en el asunto de “el Fear” y
de cómo conseguir información sobre eso-dijo Nolen, mientras esperaban en la
fila para el helado.
La plaza frente al
dorado estaba llena de vendedores ambulantes pululando en todas direcciones.
Jane lo miro tan pronto menciono al Fear.
-me sorprende que
conserves la esperanza a estas alturas Nolen…. Pero sabes lo improbable que es
encontrar algo ahora-le recordó la semidemonia.
Nolen frunció en el
entrecejo. El Fear, era una penitenciaria donde los demonios supuestamente eran
llevados, nadie sabía lo que sucedía ahí dentro, solo que nadie volvía a saber
nada sobre los prisioneros una vez entraban, Nolen buscaba desde hacía años el
paradero de su madre, pero había tenido nulo éxito, trató con la ayuda de
anónimo, mas fue en vano. Todo su fracaso en la búsqueda y la falta de señales
que indicaran la muerte de su madre, solo le hacía temer que ella hubiera
terminado tras los muros del Fear, por ello necesitaba otra estrategia.
-pero no puedo
quedarme sin hacer nada, me detendré cuando encuentre a mi madre o cuando me
confirmen su muerte….-dijo amargamente.
-ya lo intentaste
con todo a nuestro alcance, ¿qué más podrías hacer?-pregunto Jennifer
compasivamente.
El viento revolvió
el cabello de Nolen un instante y él, sorprendido, podía ver el deseo de Jane
por que el encontrara su objetivo, esos grandes ojos claros no podían mentirle.
-los humanos en el
gobierno son los únicos que saben lo que hay en el Fear, y los únicos a quienes
podemos recurrir, que tengan la confianza de los humanos son….
El shock se coló en
la mirada de ella.
-pseudodemonios….-Nolen
acepto con la cabeza.
-buscaré a Jean
Wholferd-declaro.
-¡pero ellos casi
son los matones de los humanos!-Jennifer consiguió por milagro no gritar la
oración-ayudan a los hijos de puta que causaron nuestra desgracia en primer
lugar.
-ya eso me da igual,
cada quien en este mundo busca su propio bienestar…. Si ellos son lo que
necesito hare que me ayuden-insistió Nolen firmemente-alguno tiene que saber
que hay en el Fear, son mi única esperanza de saber si mi madre está ahí.
Jane bufo bajando la
mirada indignada.
-puedes hacer lo que
quieras yo no puedo gobernarte, ¡¿pero por qué tiene que ser Wholferd?! ¡Esa
loca iba a dispararme por diversión!-rechisto la chica señalándose.
Nolen casi soltó una
risita, pero la detuvo antes de que escapara.
-porque tengo su número,
y es sensual-argumento astutamente.
Jennifer se cruzó de
brazos con los ojos virados hacia el heladero, iba a comenzar a desesperar si
no se movía la fila. Nolen olvido completamente aquello cuando de la nada una
creatura deforme cayó del cielo sobre la acera justo al lado del heladero, la
multitud se aterrorizó al instante y se dispersó como una estampida en todas
direcciones. La cosa era un paracito y su sorpresiva aparición dejo a Nolen y
Jane con las mandíbulas colgando.
-qué carajo….-iba a
decir Jane pero se cortó cuando el demonio dio su primera estocada.
El paracito salto
sobre un hombre y lo decapito con el hacha de carnicero que portaba. La cosa
era bastante amorfa, su cuerpo tenía tres miembros, uno para sostenerse y dos
con los que atacar, en uno de sus largos brazos llevaba el hacha picuda
rebosante de sangre y en la otra una cosa parecida a una lanza rota, ambos
brazos estaban muy por encima de su cabeza corta y con dientes acerrados
reluciendo. El demonio empleando su pata en el suelo, similar a la de un
réptil, salto varios metros y atravesó a una anciana en el paso, la sangre se
rego y el paracito rugió regodeándose.
El demonio entonces
descubrió a los Goldman, parados, aun anonadados, la creatura les gruño
desafiante, Nolen le hizo un gesto a Jane para que retrocediera, ella lo hizo,
puesto que para un ser tan insignificante como aquel, Nolen no requeriría de
ayuda. El monstruo salto pretendiendo arremeter, pero el hombre no tuvo
problemas en esquivarlo, la lanza que la cosa usaba se clavó en el pavimento y
Nolen no desaprovechó la oportunidad, tomo al demonio por su pata trasera antes
de que aterrizara y lo estampo contra el piso. En el caos la gente apenas se
detenía a ver la pelea, Jennifer se mordía el labio esperando que esto
terminara lo más rápido posible.
-¡dame ese
mondadientes!-exclamo Nolen saltando casi cinco metros aterrizando sobre el
pecho del paracito, este bramo con dolor, Jennifer casi sintió su dolor.
Acto seguido Nolen
agarro la lanza en el brazo del demonio y lo alzo sobre su cabeza, sin mostrar
piedad comenzó a estrellar repetidas veces al monstruo contra el pavimento tan
fuerte que el suelo se estaba resquebrajando.
-¡termina
rápido!-quiso Jane, sabía que la policía no tardaría y no quería quedar en
evidencia.
Ella se subió la
capucha de su traje esperando que no la reconocieran, eso podría suponer un
peligro mortífero. El brazo del paracito se sometió a tal tensión debido a la
violencia de Nolen que termino por desprenderse del resto de su cuerpo, por
ello el paracito salió volando a una distancia asombrosa, Jennifer quedo
estupefacta viendo como la cosa caía.
Nolen solo pudo ver
asombrado el brazo del demonio aun en su mano, la piel del paracito que sostenía
la lanza se desintegro rápidamente dejando solo el trozo de metal roto.
-¡tras él!-propuso
Jennifer corriendo hacia el paracito aun en el suelo-¡vámonos de aquí!
Nolen obedeció sin
dudarlo, mientras menos testigos mejor, el chico siguió el ejemplo de su
hermana y se subió la capucha de la chaqueta. Su oponente se reincorporaba y
sin darles oportunidad de alcanzarlo, el demonio huyó despavorido corriendo en
dirección al distrito Shid, el más pobre.
Al menos habría
mucha menos gente. El fugitivo saltaba por la calle y pronto empezó a trepar
por los viejos edificios de ladrillo gastado, Nolen y Jennifer le seguían la
pista sin parar de techo en techo.
-¿por qué un maldito
paracito llegaría a atacar así? Sin razón-dijo Jennifer jadeando.
-no lo sé, solo sé
que prefiero matarlo antes de que aparezca en la puerta de mi casa-respondió
Nolen sin apartar la mirada del camino.
El paracito salto
hacia el suelo, ellos lo imitaron y notaron perturbados que el paracito cayó
junto a un puente viejo, que se erguía sobre un rio precario de agua sucia. Los
Goldman sentían un claro asco a la idea de bajar hacia aquel sitio, pero el
paracito no, pues de otro salto aterrizo a la orilla del agua pútrida y entro
en la alcantarilla que se hallaba bajo el puente.
-mierda…. No-se
rehusó Jennifer repugnada-que… asco…
La gente del lugar
los miraba curiosamente, parecían acostumbrados a que aquello sucediera… Nolen
aunque igual de repugnado que su hermana, sentía que era mejor terminar el
trabajo, no quería pensar que habían pospuesto su helado solo para dejar con
vida a esa creatura, sin mencionar que de todos modos el heladero ya estaba
muerto…
-vamos, ya estamos
muy lejos para volver-animo el semidemonio.
Jennifer suspiro
resignada y salto tras el paracito seguida de su acompañante, ambos cayeron en
una superficie resbalosa, el olor no les ayudaba mucho, sentían un impulso
arrollador de vomitar. Apresurados por salir Nolen y Jane alentaron el paso
siguiendo el camino trazado por el paracito al interior por unos cuantos
minutos. Dentro del lugar la visión nocturna era una bendición, la humedad se
colaba por las paredes y la sensación claustrofóbica socavaba a los dos chicos.
-¿eso… es una
luz?-pregunto Jane señalando sorprendida hacia una ruta de alcantarillas a su
izquierda.
Los ojos de Nolen
casi se le caen de la cara, en algún lugar por esa dirección un resplandor
tenue color rojizo interrumpía la húmeda oscuridad.
-lo es….-contesto el
hombre dirigiéndose automáticamente hacia la luz.
No sabía si podía
ser peligroso pero no había ninguna otra cosa más sospechosa que ese brillo, el
paracito sin duda debía estar cerca. Cuando alcanzaron el resplandor ambos
quedaron sin aliento: eran capullos demoniacos de paracitos, muchos de ellos….
Nolen sabía que no tardarían en nacer, mientras más brillo rojo tengan más cerca
están de salir; y aquellos trascendían la negrura de la alcantarilla.
-no me lo esperaba,
parece que nuestro paracito es una chica-gimió Jennifer manteniendo distancia
con las docenas de capullos.
Nolen toco uno de
los huevos, estaba tibio, se preguntaba si debía destruirlo ahora que no se
movían. El sonido de algo aterrizar con un chapoteo lo saco de sus
pensamientos, volteo precipitado y el paracito había regresado, la cosa parecía
encolerizada de que estuvieran tan cerca de sus crías, Jennifer le gruñó
enseñándole los dientes. El demonio furioso salto sobre la semidemonia, pero
ella era más rápida.
Se movió menos de un
metro a la derecha evitando la estocada, siguiendo sus instintos Jennifer abrió
su mandíbula tanto como era posible exhibiendo los grandes dientes afilados de
los que disponía y se abalanzó sobre el cuello del paracito. El chasquido que
produjo la mordida sonó como un hueso roto…. Jennifer tiraba y desgarra
salvajemente a pesar de los forcejeos de la víctima, la mujer sometió al
demonio contra el suelo húmedo. Acto seguido libero la mandíbula sangrienta de
la cosa y finalizo usando una de sus manos, la cual se había convertido en casi
una garra letal para arrancarle el corazón a su enemigo, simplemente se abrió paso
de una arremetida en la cabeza.
Nolen esperaba que
ella fuera así de entusiasta a la hora de destruir los capullos.
Jennifer extrajo con
un gruñido salvaje el corazón del monstruo y lo soltó en el piso. Nolen siempre
se sentía perturbado cuando su hermana se dejaba llevar demasiado por su lado
bestial. El paracito muerto se desintegró solo dejando el hacha de carnicero
atrás. Jennifer respiro aliviada y se dispuso a limpiarse la sangre de la cara.-esa
cosa sabia horrible-comento con una mueca.
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