miércoles, 19 de noviembre de 2014

El edén del infierno: Acto 1-Capitulo 5

5-Contacto

T
rixi cobro el dinero al dueño del almacén antes de disponerse a volver con Jean a casa. Aún no había dejado de preguntarse de donde habían salido esas cosas… los capullos, lo cierto es que ella se negaba a tomar las vidas de demonios no nacidos, la idea de destruir los capullos le revolvía el estómago, aunque se trataran de paracitos, eran solo crías. Apenas pudo mirar cuando Jean empuño a Gwyrdd y baleó sin piedad a los huevos.
No podía quitarse de la cabeza el resplandor verde de los disparos proferidos por su hermana, y como los cuerpos se retorcieron mientras se desintegraban. Jean no dijo nada el resto del viaje, miraba el camino maquinando algo en su mente, Trixi sabía distinguir con gran precisión cuando su hermana tenía la mente ocupada.
Eso fue desagradable-mascullo Nanib en el interior de la mente de Trixi-no puedo creer que a Jean no le den ganas de vomitar o al menos le cause algo de lastima, liquidar a esas desgraciadas creaturas.
¿Y que querías que ella hiciera? ¿Dejarlos ahí? Yo hubiera hecho lo mismo aunque vomitara en el proceso-respondió Trixi mentalmente mientras bajaban del auto.
¿Y entonces por qué la dejaste hacerlo por ti?
Lo sabes. Porque ella estaba dispuesta a hacerlo, el que yo fuera capaz no significa que quiera hacerlo, odio vomitar.
Trixi aún se preguntaba que le había sucedido a Jean, no siempre fue tan despiadada, pero luego de algún acontecimiento sucedido hace ya mucho tiempo debió cambiarla…. Años atrás, habían vivido en un orfanato, antes de que Jean pidiera a Félix vivir con ellas para poder mudarse. A Jean le habían sugerido la idea anteriormente, pero luego del incidente causado por Félix, ella se asqueaba ante la idea de ayudarlo, en ese entonces Trixi recordaba que su hermana era una persona mucho más dulce, más confiada en los demás…. Incluso a temprana edad Jean fue la única que notó la extraña orientación sexual de Trixi, fue reconfortante, puesto que Jean jamás le reprocho nada, ni se repugno cuando Trixi deseaba abrazarla o mostrarle afecto de cualquier otro tipo.
Pero cuando “las cosas extrañas” comenzaron a pasar, nada nunca volvió a ser igual, Trixi tenía tanto miedo que no carecía el valor de hacer algo al respecto y además, no podía dormir, recordaba que llego a pasar tres días de insomnio en una ocasión. Una noche Jean la dejo sola en la cama y abandono la habitación, Trixi no pudo detenerla, su hermana se marchó y cuando volvió algo era anormal, Jean respiraba como si la hubieran perseguido y sus ojos estaban tan enormes como bellotas, al día siguiente sin explicación ni reparo alguno, Jean tomo el teléfono y llamo a Félix, indicándole que fuera por ellas, que aceptaba lo que fuera por abandonar aquel sitio y jamás volver. Trixi no rechisto pero siempre sospecho que algo raro había pasado, la voz de Jean al llamar a su tío era una mezcla entre orden y ruego desesperado.
-qué extraño que el viejo no vino a joder-comento Jean mientras se adentraban en el pasillo.
-supongo que cuando le avisaste que todo estaba bien se calmó-alegó Trixi cuando subían las escaleras.
-no se preocupen, él no molestará-dijo una voz que a Trixi le erizo la nuca.
Ambas voltearon y vieron una silueta oscura al pie de las escaleras, Trixi reconocería esa voz aunque la negrura fuera total.
Úrsula.
-es algo tarde para que aparezcas-reclamo Jean mirándola con suspicacia.
Trixi no lo dudo y a largas zancadas bajo para saltar a los brazos de la chica, está la recibió con un fuerte abrazo, Úrsula le acaricio la espalda y el cabello, eso le encantaba a Trixi, puede que el mundo entero pensara que Úrsula era una bestia puta salida de los infiernos, pero en el fondo no era para nada mala, de hecho era dulce como miel, al menos con Trixi.
-estaba desocupada y pensé en venir-dijo la súcubo separándose de Trixi y mirándola con sus grandes ojos fosforescentes por la oscuridad.
-me alegra porque no tengo sueño-aviso Trixi atrayendo hacia si a la chica, Úrsula se rio.
-¿qué diablos has hecho con Félix?-exigió Jean un poco pedante.
Úrsula se apartó el cabello del rostro, ambas miraron a Jean, ella como siempre que aparecía la súcubo tenía cara de no desear estar presente.
-no se preocupen, no lo violé o algo así-bromeo Úrsula sonriendo y acercándose un poco a su novia-esta medio muerto en su cuarto, no tuve nada que ver-entonces encaro nuevamente a Trixi, ella se sentía derretida ante esa mirada tan penetrante-¿quieren ver una película?
-¡claro!-exclamo Trixi emocionada, entonces sus ojos viajaron a los de Jean-¿nos acompañas?
Los ojos de la mujer casi de desorbitan y les dedico una sonrisa obviamente falsa.
-lo siento, pero no…. Voy a ducharme-espeto la pseudodemonia y siguió por los escalones hasta el siguiente piso.
Trixi suspiro cuando su hermana desapareció, los delgados dedos de Úrsula le acariciaron un hombro consolándola.
-afrontémoslo jamás se acostumbrará-susurro Trixi un poco cabizbaja sin apartar la vista de las escaleras. Úrsula entorno la mirada hasta casi volverla gélida.
-no ha hecho nada contra nosotras, puede que yo no sea su persona favorita, pero no me odia, estoy segura-trató de animarla.
Trixi volteo su cuerpo para encontrarse de frente a la súcubo, los dedos de la pseudodemonia tocaron los oscuros cabellos de su novia, y luego vio a los ojos a la chica, aun serios.
-¿no te molesta verdad? Porque si es así dímelo, no quiero perderte por culpa de Jean-la voz de Trixi sonó dura. Fuera de la reacción esperada Úrsula le sonrió dulcemente.
-si a ti no te molesta que yo sea un demonio violador de hombres y sediento de sangre, dudo que Jean sea problema-contesto divertida.
Al verlo desde esa perspectiva todo era mejor, Trixi envolvió el cuello de la súcubo con los brazos y atrajo sus labios a los suyos.

Jean enfriaba su cabeza en la ducha, siempre luego de una batalla nada era mejor que eso, miraba al techo esperando que el jabón abandonara todo su cuerpo. Siempre procuraba no estar presente cuando Úrsula montara alguna escena lésbica besuqueándose o algo así con Trixi, Jean lo toleraba pero no es que le causara emoción ver a las chicas besarse.
-Jean…-era la voz de Trixi entrando al baño, vio su silueta a través del cristal, se acercaba a la ducha.
-¿qué sucede? ¿Úrsula trajo un amante para hacer trío?-inquirió Jean con voz algo seria para ser una broma. Supo que Trixi viro los ojos, aun sin verla.
-no, es solo que venía a preguntarte si puedes…. Ser más amable con Úrsula, hay veces que parece no molestarte su presencia pero otras, siempre que ella llega, es como si salieras huyendo de nosotras-quiso saber Trixi, Jean suspiró, agradecía el agua fría en su cabeza.
-quizás lo hago.
-¿homofobia?-la voz de Trixi se ahogó.
Jean sintió un dolor en su pecho, era la sensación de lastimar a Trixi.
-no, si lo fuera, créeme que no estarías aquí ahora mismo.
-¿¿entonces veras la película con nosotras??-pregunto Trixi alegre nuevamente.
-la puta madre de Úrsula la vera con ustedes-respondió Jean haciendo un mohín, Trixi se cruzó de brazos refunfuñando-no pretendo atender a una piltrafa demente como ella luego de trabajar, sin siquiera haber tomado mi baño.
-no avanzamos en esta conversación.
-no quiero hacerte sentir mal ¿bien? Úrsula me da igual, solo me preocupas tú, por mí que esa súcubo se auto inmolé con un consolador.

Nolen no podía sacarse de la cabeza a Jean, había pensado en llamarla, pero no podía dejar todos los asuntos de la tienda en el aire, y le había prometido a las gemelas que irían a divertirse. Las luces de las salas de videojuegos lo entretenían por largo rato, en tanto Ion y Jessica hablaban en la oscuridad, Nolen sabia distinguir cuando deseaban privacidad. Jennifer se entretenía en un videojuego de zombies, con bastante habilidad, hacia largo rato que no habían podido matarla, si seguía así arruinaría a los dueños del local. Nolen entonces pensó liquidar su buena racha con una simple oración, se aproximó a la chica por detrás y dijo con voz sosa las palabras que ella odiaba en todo momento.
-Jennifer, ¿ese no es Tristán Graham?-mascullo.
Fue claro que Jennifer se vio afectado, estaba a punto de asestar un balazo contra un zombie pero su intento se vio frustrado por el tip nervioso que su mano produjo al oír el nombre de aquel chico. Naturalmente su momento de distracción fue suficiente para dar por terminado su juego.
-¡maldito seas! ¡Eso no es divertido!-bufo la chica aguantando las ganas de arrojar el arma del videojuego contra la cara de Nolen, quien no podía parar de reír aun.
-cambiarias de opinión si te vieras en el espejo-replico él.
La mirada de ella era salvaje, aun en la oscuridad del cuarto lleno de gente, Nolen notaba el amplio rubor en las mejillas de Jane, no estaba seguro si era vergüenza o furia. La semidemonia rechino los dientes.
-¿es que jamás vas a superar ese drama? Ya Tristán no debe ni recordar lo que pasó….-agrego Nolen calmando su risa.
-esos rencores no se esfuman tan fácil, tú no sabes una mierda porque nunca tuviste novia-se defendió Jane poniendo el arma de juegos en la máquina, para a continuación sonreírle con desdén al hombre-pobre diablo solitario.
Nolen alzo las cejas fingiendo ofensa.
-puedo conseguirla cuando me plazca, mira esto-pidió.
El chico volteo a un grupo cerca de personas y eligió a una mujer al azar, luego se acercó y a propósito le alzo la falda rápidamente como si una ventisca hubiera pasado entre las piernas de aquella mujer. El grupo de personas se volvió atónito al ver a la tipa cubrirse entre con las manos las piernas, completamente avergonzada, esta planto cara a Nolen pero al verlo, todo deseo de golpearlo desapareció de su mirada, remplazado por sorpresa.
-lo siento, no pude evitarlo-se disculpó Nolen guiñándole el ojo, la mujer quedo boquiabierta igual que Jennifer.

-no vuelvas a hacer eso jamás-exigió Jessica pasmada.
-¿por qué?-dijo Nolen intrigado.
Retiraban los premios, luego de tanto jugar, les quedaban muchos tickes esperando ser cambiados, Ion miraba las cosas en el mostrador buscando algo de su gusto, mientras Jennifer cruzada de brazos miraba a Nolen con reprobación.
-la próxima vez, podrías encontrar a una mujer, que no se reprima de golpearte solo porque eres muy lindo-argumento ella secamente.
-¿cómo tú? ¿Que casi asesinas a Tristán a pesar de su linda cara?-la malicia de su voz no era sutil.
-si…. Exactamente como yo…-acepto la mujer reprimiendo un gruñido, no podía darse el lujo de actuar como bestia habiendo tanta gente alrededor.
Ion eligió un enorme peluche negro con un lazo rojo al cuello, lo saco del mostrador y lo ofreció a Jessica con una sonrisa.
-¡qué lindo! Gracias-se alegró su novia tomando en brazos el regalo, el cual era tan grande que costaba trabajo llevarlo sin que estorbara la vista.
-Teddy, no hay donde poner eso-le recordó Jennifer preocupada mirándolo de reojo.
-no importa, ya encontraremos donde-intervino Jessie abrazando el peluche.
-¿qué tal la cama de Titus? A él le encantaría-sugirió Nolen, Ion le dedico una mirada mordaz.

El dorado, el centro comercial que normalmente frecuentaban era bastante grande, situado en una bulliciosa zona comercial, contrastando con el distrito más pobre de la ciudad, trasladar el peluche de Jessica era un problema con tanta gente en el camino. Cuando lograron salir al frente de la entrada principal, Jessie e Ion esperaron ahí, mientras Nolen y Jennifer iban por un helado.
-estaba pensando últimamente en el asunto de “el Fear”  y de cómo conseguir información sobre eso-dijo Nolen, mientras esperaban en la fila para el helado.
La plaza frente al dorado estaba llena de vendedores ambulantes pululando en todas direcciones. Jane lo miro tan pronto menciono al Fear.
-me sorprende que conserves la esperanza a estas alturas Nolen…. Pero sabes lo improbable que es encontrar algo ahora-le recordó la semidemonia.
Nolen frunció en el entrecejo. El Fear, era una penitenciaria donde los demonios supuestamente eran llevados, nadie sabía lo que sucedía ahí dentro, solo que nadie volvía a saber nada sobre los prisioneros una vez entraban, Nolen buscaba desde hacía años el paradero de su madre, pero había tenido nulo éxito, trató con la ayuda de anónimo, mas fue en vano. Todo su fracaso en la búsqueda y la falta de señales que indicaran la muerte de su madre, solo le hacía temer que ella hubiera terminado tras los muros del Fear, por ello necesitaba otra estrategia.
-pero no puedo quedarme sin hacer nada, me detendré cuando encuentre a mi madre o cuando me confirmen su muerte….-dijo amargamente.
-ya lo intentaste con todo a nuestro alcance, ¿qué más podrías hacer?-pregunto Jennifer compasivamente.
El viento revolvió el cabello de Nolen un instante y él, sorprendido, podía ver el deseo de Jane por que el encontrara su objetivo, esos grandes ojos claros no podían mentirle.
-los humanos en el gobierno son los únicos que saben lo que hay en el Fear, y los únicos a quienes podemos recurrir, que tengan la confianza de los humanos son….
El shock se coló en la mirada de ella.
-pseudodemonios….-Nolen acepto con la cabeza.
-buscaré a Jean Wholferd-declaro.
-¡pero ellos casi son los matones de los humanos!-Jennifer consiguió por milagro no gritar la oración-ayudan a los hijos de puta que causaron nuestra desgracia en primer lugar.
-ya eso me da igual, cada quien en este mundo busca su propio bienestar…. Si ellos son lo que necesito hare que me ayuden-insistió Nolen firmemente-alguno tiene que saber que hay en el Fear, son mi única esperanza de saber si mi madre está ahí.
Jane bufo bajando la mirada indignada.
-puedes hacer lo que quieras yo no puedo gobernarte, ¡¿pero por qué tiene que ser Wholferd?! ¡Esa loca iba a dispararme por diversión!-rechisto la chica señalándose.
Nolen casi soltó una risita, pero la detuvo antes de que escapara.
-porque tengo su número, y es sensual-argumento astutamente.
Jennifer se cruzó de brazos con los ojos virados hacia el heladero, iba a comenzar a desesperar si no se movía la fila. Nolen olvido completamente aquello cuando de la nada una creatura deforme cayó del cielo sobre la acera justo al lado del heladero, la multitud se aterrorizó al instante y se dispersó como una estampida en todas direcciones. La cosa era un paracito y su sorpresiva aparición dejo a Nolen y Jane con las mandíbulas colgando.
-qué carajo….-iba a decir Jane pero se cortó cuando el demonio dio su primera estocada.
El paracito salto sobre un hombre y lo decapito con el hacha de carnicero que portaba. La cosa era bastante amorfa, su cuerpo tenía tres miembros, uno para sostenerse y dos con los que atacar, en uno de sus largos brazos llevaba el hacha picuda rebosante de sangre y en la otra una cosa parecida a una lanza rota, ambos brazos estaban muy por encima de su cabeza corta y con dientes acerrados reluciendo. El demonio empleando su pata en el suelo, similar a la de un réptil, salto varios metros y atravesó a una anciana en el paso, la sangre se rego y el paracito rugió regodeándose.
El demonio entonces descubrió a los Goldman, parados, aun anonadados, la creatura les gruño desafiante, Nolen le hizo un gesto a Jane para que retrocediera, ella lo hizo, puesto que para un ser tan insignificante como aquel, Nolen no requeriría de ayuda. El monstruo salto pretendiendo arremeter, pero el hombre no tuvo problemas en esquivarlo, la lanza que la cosa usaba se clavó en el pavimento y Nolen no desaprovechó la oportunidad, tomo al demonio por su pata trasera antes de que aterrizara y lo estampo contra el piso. En el caos la gente apenas se detenía a ver la pelea, Jennifer se mordía el labio esperando que esto terminara lo más rápido posible.
-¡dame ese mondadientes!-exclamo Nolen saltando casi cinco metros aterrizando sobre el pecho del paracito, este bramo con dolor, Jennifer casi sintió su dolor.
Acto seguido Nolen agarro la lanza en el brazo del demonio y lo alzo sobre su cabeza, sin mostrar piedad comenzó a estrellar repetidas veces al monstruo contra el pavimento tan fuerte que el suelo se estaba resquebrajando.
-¡termina rápido!-quiso Jane, sabía que la policía no tardaría y no quería quedar en evidencia.
Ella se subió la capucha de su traje esperando que no la reconocieran, eso podría suponer un peligro mortífero. El brazo del paracito se sometió a tal tensión debido a la violencia de Nolen que termino por desprenderse del resto de su cuerpo, por ello el paracito salió volando a una distancia asombrosa, Jennifer quedo estupefacta viendo como la cosa caía.
Nolen solo pudo ver asombrado el brazo del demonio aun en su mano, la piel del paracito que sostenía la lanza se desintegro rápidamente dejando solo el trozo de metal roto.
-¡tras él!-propuso Jennifer corriendo hacia el paracito aun en el suelo-¡vámonos de aquí!
Nolen obedeció sin dudarlo, mientras menos testigos mejor, el chico siguió el ejemplo de su hermana y se subió la capucha de la chaqueta. Su oponente se reincorporaba y sin darles oportunidad de alcanzarlo, el demonio huyó despavorido corriendo en dirección al distrito Shid, el más pobre.
Al menos habría mucha menos gente. El fugitivo saltaba por la calle y pronto empezó a trepar por los viejos edificios de ladrillo gastado, Nolen y Jennifer le seguían la pista sin parar de techo en techo.
-¿por qué un maldito paracito llegaría a atacar así? Sin razón-dijo Jennifer jadeando.
-no lo sé, solo sé que prefiero matarlo antes de que aparezca en la puerta de mi casa-respondió Nolen sin apartar la mirada del camino.
El paracito salto hacia el suelo, ellos lo imitaron y notaron perturbados que el paracito cayó junto a un puente viejo, que se erguía sobre un rio precario de agua sucia. Los Goldman sentían un claro asco a la idea de bajar hacia aquel sitio, pero el paracito no, pues de otro salto aterrizo a la orilla del agua pútrida y entro en la alcantarilla que se hallaba bajo el puente.
-mierda…. No-se rehusó Jennifer repugnada-que… asco…
La gente del lugar los miraba curiosamente, parecían acostumbrados a que aquello sucediera… Nolen aunque igual de repugnado que su hermana, sentía que era mejor terminar el trabajo, no quería pensar que habían pospuesto su helado solo para dejar con vida a esa creatura, sin mencionar que de todos modos el heladero ya estaba muerto…
-vamos, ya estamos muy lejos para volver-animo el semidemonio.
Jennifer suspiro resignada y salto tras el paracito seguida de su acompañante, ambos cayeron en una superficie resbalosa, el olor no les ayudaba mucho, sentían un impulso arrollador de vomitar. Apresurados por salir Nolen y Jane alentaron el paso siguiendo el camino trazado por el paracito al interior por unos cuantos minutos. Dentro del lugar la visión nocturna era una bendición, la humedad se colaba por las paredes y la sensación claustrofóbica socavaba a los dos chicos.
-¿eso… es una luz?-pregunto Jane señalando sorprendida hacia una ruta de alcantarillas a su izquierda.
Los ojos de Nolen casi se le caen de la cara, en algún lugar por esa dirección un resplandor tenue color rojizo interrumpía la húmeda oscuridad.
-lo es….-contesto el hombre dirigiéndose automáticamente hacia la luz.
No sabía si podía ser peligroso pero no había ninguna otra cosa más sospechosa que ese brillo, el paracito sin duda debía estar cerca. Cuando alcanzaron el resplandor ambos quedaron sin aliento: eran capullos demoniacos de paracitos, muchos de ellos…. Nolen sabía que no tardarían en nacer, mientras más brillo rojo tengan más cerca están de salir; y aquellos trascendían la negrura de la alcantarilla.
-no me lo esperaba, parece que nuestro paracito es una chica-gimió Jennifer manteniendo distancia con las docenas de capullos.
Nolen toco uno de los huevos, estaba tibio, se preguntaba si debía destruirlo ahora que no se movían. El sonido de algo aterrizar con un chapoteo lo saco de sus pensamientos, volteo precipitado y el paracito había regresado, la cosa parecía encolerizada de que estuvieran tan cerca de sus crías, Jennifer le gruñó enseñándole los dientes. El demonio furioso salto sobre la semidemonia, pero ella era más rápida.
Se movió menos de un metro a la derecha evitando la estocada, siguiendo sus instintos Jennifer abrió su mandíbula tanto como era posible exhibiendo los grandes dientes afilados de los que disponía y se abalanzó sobre el cuello del paracito. El chasquido que produjo la mordida sonó como un hueso roto…. Jennifer tiraba y desgarra salvajemente a pesar de los forcejeos de la víctima, la mujer sometió al demonio contra el suelo húmedo. Acto seguido libero la mandíbula sangrienta de la cosa y finalizo usando una de sus manos, la cual se había convertido en casi una garra letal para arrancarle el corazón a su enemigo, simplemente se abrió paso de una arremetida en la cabeza.
Nolen esperaba que ella fuera así de entusiasta a la hora de destruir los capullos.
Jennifer extrajo con un gruñido salvaje el corazón del monstruo y lo soltó en el piso. Nolen siempre se sentía perturbado cuando su hermana se dejaba llevar demasiado por su lado bestial. El paracito muerto se desintegró solo dejando el hacha de carnicero atrás. Jennifer respiro aliviada y se dispuso a limpiarse la sangre de la cara.-esa cosa sabia horrible-comento con una mueca.

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