domingo, 27 de noviembre de 2016

El edén del infierno: Acto 2-Capítulo 10



10
La noche sin fin
N
icola Wholferd sentía sus músculos quejarse del dolor. Luego de horas, la acción estrepitosa por fin llegaba a término… y comenzaba a pasar factura. Se sentía enormemente caliente, las uniones de sus extremidades le palpitaban y aun tenía secuelas del uso de adrenalina: sus manos temblaban sutilmente y le dolía un poco la cabeza. Pero Nicola era fuerte, algo que los Wholferd hacían bien, era permanecer impasibles ante el dolor para continuar a pesar de este.
El equipo se detuvo luego de la última incursión, aparcando en un estacionamiento deshabitado, dentro del área mala de la ciudad, que estaba convenientemente cerca de la más reciente propiedad de Scioli visitada esa noche. Los delincuentes a esas horas rondaban como lobos hambrientos buscando una presa, pero cuando encontraban a los Drovlight y Wholferd apostados en torno al caro vehículo donde habían viajado, se echaban atrás, no eran estúpidos, reconocían pseudodemonios cuando los veían, así como el hecho de que intentar alguna tontería con estos, era recibir un boleto seguro a la tumba.
Nadie se les aproximó.
Lo peor que podía pasar era que los seguidores de la matriarca les atacaran, pero eso nunca ocurrió, para alivio de todos.
Los cazadores tomaron un refrigerio/desayuno cerca de las cuatro de la mañana. En la cajuela del vehículo había cervezas, gaseosas y sopa instantánea. Nicola se atragantaba con los fideos de su sopa disfrutando la quietud de la noche, que sería totalmente silenciosa si no fuera por los grillos y los demás cazadores parloteando cosas sin sentido.
Nicola y Jean estaban callados disfrutando su comida, pero el resto del grupo, incluso Trixi, estaban inmersos en una interesante conversación, de cuyo tema Nicola no tenía idea.
El chico Wholferd bebía lentamente su sopa, cuando por alguna razón miró a su prima tomar un largo trago a su lata de cerveza. Nicola encontró extrañamente interesante la manera en que el líquido pasaba por la garganta de Jean, ella tomaba con mucha fuerza, tal que hacia un ruido de deglución. Parecía que llevaba mucho rato esperando la comida y no prestaba atención a los modales. Nicola intentó que sus pensamientos no derivaran en recuerdos obscenos sobre las cosas que Jean sabia hacer con su boca, pero era tremendamente difícil. El cazador supo que sus mejillas enrojecieron, así que miró en otra dirección para disimular.
Nicola intentaba no pensar en su lamentable vida sexual, dado que era una especie de comedia. Pues a pesar de ser tan deseado por mujeres, realmente no le interesaba demasiado el sexo con personas aleatorias, había pasado un par de veces, pero nada trascendente. Él no se sentía particularmente cómodo con mujeres Drovlight, sea porque no eran compatibles o porque ellas solo buscaban diversión instantánea, no querían algo más. Nicola nunca lo diría en voz alta, quizá a Jean, pero aun así tendría renuencia a admitir… que él simplemente quería ser querido, él no solo buscaba tener sexo, él quería ser amado.
Pero el Wholferd sospechaba que más de una persona se reiría si dijera eso en voz alta.
Alary, incluso ella lo encontraba gracioso, pero era lo bastante comprensiva para no burlarse. Nicola no sabía que hicieran otros pseudodemonios, pero él descubrió una efectiva fuente de alivio así fuera temporal, para su frustración sexual: Alary, quien a veces se hacía física para darle un poco de atención. Sin embargo, la banshee no lo amaba en realidad, ella solo cumplía su papel, el cual no le desagradaba, pero si tenían sexo, era por recreación o verdadera necesidad, no era lo que se describiría como amor.
No sé qué pensarían los Drovlight si supieran que quien te ayuda usualmente con tus “problemas” soy yo-comentó Alary, su adjunta-la vida es una injusticia, la única mujer que hace como te gusta, aparte de Jean, soy yo, una creatura que rara vez es corpórea y que no puede mostrarse en público ante los Drovlight, ya que está mal visto.
Si, es una mierda incluso sin agregar que nosotros no tenemos nada que se pueda llamar “especial” y sabes a lo que me refiero-respondió él-pero igual, no puedo agradecerte lo suficiente por soportarme.
Es cierto que no es “especial” pero eso no significa que no te quiera, después de todo eres mi amo y mi papel es asistirte cuando lo necesites-alegó ella-no me incomoda.
No importaba lo que Alary dijera. Él se sintió patético.
La única persona que podía contar como que lo amaba del modo que quería, era Jean, pero Nicola no podía estar con ella…. O no tenía el valor para lograr que eso pasara. Nicola renunció a tener una relación amorosa real con ella desde que escogió vivir en Daggry Poxirr y Jean escogió permanecer en la villa Wholferd.
Jean lo apreciaba, pero ella no era el tipo de mujer que cambiaria mucho sus planes por alguien, aunque tampoco es que Nicola intentara hacerla cambiar de opinión… Él mismo sentía que no tenía derecho a discutirle sus decisiones de quedarse en la residencia, ya que Nicola se negaba rotundamente a volver al criadero…
Porque era un cobarde.
Nicola estando en la residencia Wholferd, durante las noches solo podía ver imágenes del holocausto, cuando había más cadáveres de los que podía alcanzar a contar, cuando estuvo a un instante de morir asesinado por un demonio, pero su padre lo salvó a costa de su propia vida…. No quería ni recordar las pesadillas que le hacían lloriquear en posición fetal, haciendo una ridícula escena, tomando en cuenta que era un hombre de casi veinticuatro años, que pesaba casi ciento quince kilos y medía 1.85 metros.
Jean sabía la razón por la que Nicola nunca quiso volver a casa. Lo que no sabía era lo mucho que él anhelaba volver, más que eso, estar con Trixi y Jean… pero era muy cobarde, tanto para volver, como para admitir lo que realmente quería. Probablemente la mayor Wholferd habría intentado encontrar el modo de cubrir las necesidades de Nicola si este se las hubiera manifestado, pero no lo hizo, él solo se calló y dejó que volviera a casa, porque no quería ser una molestia. No quería meterla en apuros por ser un niño mimado.
También estaba Nolen.
Nicola no esperaba que Jean realmente estuviera con alguien. Los Wholferd aunque frecuentemente tenían una pareja, eran conocidos por tener relaciones asombrosamente abiertas, en las que se podía incluir más personas, no solo dos. El Wholferd no se imaginaba que algún mestizo pudiera aceptar eso…. Nicola no tenía muchos problemas con que Jean frecuentara a otros hombres siempre que él mismo tuviera su parte, pero temía que si este nuevo tipo quería acapararla, ella diera el brazo a torcer y suspendiera la relación sumamente amistosa que llevaba con su primo. Sería desastroso para el cazador, Jean era hasta el momento quien le daba uno de los pocos placeres realmente satisfactorios que tenia, perder eso sería como aferrarse a una boya y un día; sin previo aviso esta desapareciera.
Puede que Nicola se quejara un poco, pero no actuaria con agresividad, no quería quedar como un patético necesitado ante Jean. Aun así, se lo pondría muy difícil a su prima para resistir, nadie sabía mejor como despertar la lujuria en ella que Nicola. Nolen tendría que darle un lugar como correspondía y acostumbrarse a cómo eran las cosas.
Nadie usurpaba a Nicola Wholferd.
Así pues, en un asunto totalmente diferente. Nicola pudo contar tres propiedades de Scioli, fumigadas por lo pseudodemonios, y en verdad que lo necesitaban, una de ellas estaba hasta el techo de monstruos, literalmente. Esa cosa horrible vomitó gas toxico y todos dieron muchas gracias a la tecnología, por los cascos y las mascaras anti gas, de no ser por ello… como mínimo alguien hubiera tenido que llegar a casa con daños terribles en la piel y las vías respiratorias, ese miasma era peor que el gas mostaza.
Los cazadores por mas ancestral que fuera su tradición, sabían perfectamente adaptarse a su tiempo y desarrollar la tecnología tan de prisa como era posible, tomando lo bueno que podían del mundo exterior y mezclándolo con sus propias ideas. Gracias a los avances tecnológicos la mortalidad de pseudodemonios fue disminuyendo al paso de los siglos, de la mitad, a un tercio o menos. Ellos eran una raza con escaso número, así que preservar la vida de tantos cazadores como pudieran siempre fue prioridad, toda vida perdida era una tragedia.
Aunque era una tragedia frecuente y que aprendieron a manejar bastante bien.
Nicola terminó su sopa tomándose lo que faltaba de un trago, pensando en lo afortunados que eran los Drovlight. A continuación suspiró y miró a su prima la cual tras terminar de comer, se masajeaba la parte trasera del cuello con una mano para aliviar la tensión muscular. Su cabello rojo aunque recogido se negaba a permanecer alineado y hacia ondas en diversas direcciones, como presumiendo de su libertad.
Jean limpió el sudor de su pálido rostro luego de terminar con su cuello. Nicola rígidamente se volvió a otra dirección, mirando hacia los oscuros edificios deteriorados, más allá del estacionamiento. El hombre odiaba su libido, lo odiaba de verdad.
-¿Estás bien?-preguntó Jean inquisitivamente.
Él asintió.
-debo orinar-avisó.

-¿Y… que tal la vida en el criadero Wholferd?-preguntó Taius casualmente. Jean no había prestado atención desde que Nicola salió de la vista, pero ignorar al enorme hombre rubio delante de ella no era posible.
Ella alzó la vista de su bebida.
-Muy… solitario, no me quejo-dijo ella encogiéndose de hombros-al menos no hay vecinos ruidosos.
-ya veo-Taius hizo una cara extraña, como si supiera lo que quería decir pero le costase expresarlo en palabras-No sé tú, pero me parece que deberías prestar más atención a Nicola, el pobre hombre necesita compañía femenina.
Jean inclinó la cabeza. Dándose cuenta que nadie mas estaba prestando atención y la distancia era segura para mantener algo de privacidad en la charla, agradeció que nadie más les oyera, tenía un mal presentimiento sobre la dirección de aquella conversación.
-Nicola es un hombre guapo, no le cuesta nada llamar la atención-argumentó ella mirando ceñudamente a Taius-y tampoco hables como si fuera mi deber moral o algo así.
-pero lo es-él alzó las manos como si fuera una obviedad-eres su chica.
Jean resopló.
-lee mis labios: No soy la novia de Nicola-pidió la pelirroja poniendo ojos en blanco.
-pues deberías, ustedes dos son perfectos, joder, Nicola es una gran astilla malhumorada usualmente, pero parece ser feliz a tu alrededor-explicó haciendo ademan fastidiado, por lo visto el temperamento de Nicola no le complacía en absoluto.
-ese es el comportamiento usual de Nicola cuando no está en un ambiente de su agrado-dijo la Wholferd viéndolo de lado con desconfianza-es natural que se sienta mejor conmigo y Trixi. Además, yo ya tengo novio.
O algo parecido. No pudo evitar pensar.
Taius abrió los ojos como faros, sumamente estupefacto.
-debes estar jugando-alegó impactado-Nicola es genial, no entiendo que un macho mestizo se le compare. ¿Quién es? ¿Un pornstar, Brazzers acaso?
Jean se resistió a sonrojarse y maldijo por dentro.
-¡Ese no es tu problema!-devolvió ella con voz plana como una tabla.
Taius sonrió con petulancia.
-Haré como que solo dijiste lo anterior para fanfarronear-esgrimió él-Deberías estar más preocupada por reponer las perdidas del holocausto, digo, ya casi tienes veinticuatro ¿no? ¿Donde está la nueva generación Wholferd?
Jean negó con la cabeza ligeramente molesta.
-Los Wholferd están extintos, yo ya lo acepté-devolvió la mujer-con solo tres miembros no se puede reconstruir una población.
Y menos con un ejemplar fallido como Trixi. Tristemente, un callejón sin salida para el linaje.
-no me pongas excusas-regañó Taius cruzándose de brazos viéndose por un momento tan autoritario como Gawein-pueden pedir prestados Drovlight para complementar la línea de sangre, no devolverá toda su gloria a los Wholferd, pero seguiría siendo una buena cría.
-Si quiero ser un maldito animal de cría para exposición debería ser mi elección-señaló ella con una mueca-no me veo siendo la madre de una nueva familia Wholferd.
-¿ni siquiera por Nicola?
-¿qué?
-sé que yo soy un necio molesto a veces y Nicola un idiota-dijo seriamente-pero no necesito ser un genio para saber que sería feliz si aceptases… ya sabes, los Drovlight no tienen deuda contigo, pero si decides juntarte con Nicola, se las podría aceptar en Daggry Poxirr. Por nuestra parte no es lindo ver como los Wholferd se extinguen así nada más, luego de más de mil años.
El día en que todo terminó para los Wholferd, Vladimir, el padre de Nicola estaba en los alrededores de Daggry Poxirr, era bastante amistoso con algunos Drovlight y ese día, él peleó junto a los cazadores vecinos, pero lamentablemente murió en la acción, salvando a Nicola, quien lo había acompañado entonces… Por esa razón, los Drovlight nunca negaron lugar a Nicola cuando este lo pidió, no era mera generosidad, era más como un agradecimiento en memoria de Vladimir Wholferd.
-Tampoco es lindo ser parte de una raza extinta-dijo Jean entre dientes-Pero no tengo interés en ser una mujer de cría. Tampoco veo necesidad de mudarme al residencial Drovlight, me gusta mi casa y si bien Daggry Poxirr no es la perfección, dudo que Nicola odie su existencia ahí.
Taius alzó las cejas sorprendido.
-veo que no tienes idea, pensé que Nicola te habría comentado….-luego el líder del grupo resopló recordando algo-pero qué digo… por supuesto que no, él nunca dice nada.
-¿qué no dice?
-Nicola no puede ser clasificado como un hombre feliz-explicó con cansancio dejando caer ambas manos a los lados de su cuerpo-Su vida cotidiana es en resumen: leer revistas sobre quién sabe qué bajo algún árbol o hacer ejercicio en el gimnasio, puedes imaginártelo, no solo por su privilegiada genética tiene esa musculatura. Puedo contar con una mano las mujeres Drovlight que han hecho algo con él, luego de ello Nicola no parece interesado en ellas, de hecho no le gustan los Drovlight, sus únicos amigos son Digger y Mairel. Tampoco ayuda que sea tan poco amistoso y siempre parezca tan frustrado.
Jean no supo que decir, era una perspectiva penosa. Una parte de ella, la racional y dominante, le encontraba total sentido a los hechos descritos por Taius. Pero otra parte de la mujer, quería creer que su primo no era miserable y el Drovlight simplemente mentía. Sin embargo, Taius demostraba a simple vista que no era de los que se les diera mentir, él al igual que Aleskandra solo decía lo que pensaba, punto final, los filtros eran para piscinas.
Nicola era simple y complicado a la vez, sus necesidades eran fáciles de satisfacer, pero el problema a veces era conocer dichas necesidades. Luego de toda la vida conociéndolo Jean era consciente de su problema, pero había poco que pudiera hacer en algunos casos, ella siempre que le fue posible trató de sacarle sus más vergonzosos problemas para resolverlos juntos, pero desmalezar el jardín con una cuchara era más fácil que convencer a Nicola de hablar cuando no quería… con el tiempo la Wholferd se limitó a intentar adivinar los problemas del pseudodemonio pelirrojo en vez de esperar que se los dijeran.
Fuera hablar de un deseo egoísta o mostrarse débil, era algo poco común en él.
En ese sentido eran considerablemente similares, Nicola y Jean.
Y eso a ella le molestaba.
Por supuesto cuando Nicola se mudó a Daggry Poxirr Jean estaba preocupada por él aunque no trató de detenerlo. La cazademonios no iba a renunciar a su hogar por derecho para irse tras Nicola y evitar que hiciera algo estúpido, se suponía que sabia cuidarse solo, pero ella no podía evitar tener dudas. Nicola en sus años de infancia y adolescencia era muy dependiente de Jean, casi como Trixi, por lo que abandonar el orfanato para irse con los Drovlight era un salto enorme… para aterrizar en un colchón de espinas probablemente. Jean pensó que su primo trataba de ser fuerte y no ser una carga para ella, en dicho sentido ella estaba aliviada y orgullosa de que tuviera tal iniciativa. Y también estaban los sueños remanentes del holocausto, que no ayudaban a su salud mental.
Jean a pesar de todo, de que extrañaría tener a Nicola en la misma casa y que se preocupara por su éxito social, le dejó ir sin aspereza. La pseudodemonia no lo ataría a un lugar maldito donde su mente era puesta al límite recordando los peores momentos de su vida cada noche… ver a sus congéneres tapizando el suelo de la villa Wholferd con sangre. Si él saltaba al vacio para escapar de ello, era su elección. Jean en su momento se convenció de tener fe; en que Nicola estaría bien.
Que ya no tendría más pesadillas.
Que podría sentirse de nuevo en familia como antaño.
Que tendría una novia y quizá hijos…
Ella quiso creer eso, pero Taius le confirmó su temor: la realidad era otra. Aunque Nicola no la contara.
Debió saber que la remota esperanza de que todo se resolviera fácilmente, era tan solida como una nube errante.
-No me vas a negar que Nicola es un idiota-restregó Taius. Jean apretó su lata de cerveza ahora vacía-Los que lo conocen pueden darse cuenta de que algo va mal, pero conseguir los detalles para hacer algo al respecto es como pintar un retrato en la cabeza de un alfiler. Al menos para casi todo el mundo.
Jean guardó silencio un tiempo. Pero Taius la presionó con la mirada hasta que ella se digno a responder de mala gana.
-La verdad, en su fealdad, no deja de ser cierta. Aunque me gustaría poder negarla-dijo Jean entre dientes.
Un chirrido terminó con la conversación repentinamente. Provenía del vehículo y todos alrededor se dieron vuelta. Ruslan abrió la puerta del piloto y encendió el monitor que había entre los asientos del conductor y el copiloto. Taius se puso junto a la cabina donde estaba su compañero.
-llego a tiempo-señaló Nicola aliviado mientras hacía a un lado a Jean para poder ver entre las personas. Jean trató de empujar su anterior debate mental hacia la parte posterior de su cabeza, podía pensar en ello mas tarde.
Ruslan atendió el llamado y la imagen en la pantalla mostró a Aleskandra. Tras ella había algunos Drovlight adicionales interesados en la conversación.
-¿Una novedad Kandra?-preguntó Taius inclinándose para verla mejor.
Ella asintió. Jean se quedó pasmada al verla actuar con tal seriedad y solemnidad.
-El objetivo ya está consciente de nuestra operación, sabe que estaban registrando en sus propiedades… escapó de su residencia principal-explicó ella- Asumo que no fueron decepcionados por lo que encontraron.
Hubo un clamor colectivo que le dio total razón. Un atisbo de sonrisa perspicaz apareció en la cara de Aleskandra, pero duró poco.
-Creo que sería más efectivo dar una lista de lo que no encontramos en esos malditos escollos, puedo enumerártelas cuando lleguemos, Kandra-habló Taius notándose agotado-ha sido una noche candente.
-sobre todo por el primer edificio-bromeó Ruslan oscuramente.
-Comprendo-anunció ella-vuelvan al origen en ese caso.
Aleskandra alzó y juntó las cejas un par de veces mirando en otra dirección, como si estuviera procesando algo o analizando detenidamente datos en una pantalla contigua. Jean comenzó a ver porque era una figura de autoridad, ciertamente actuaba como una líder confiable.
-Mairel, espero que abras las piernas como se debe cuando llegues, Digger no está feliz-continuó la princesa Drovlight como si lo que dijera no fuera nada-Scioli le está haciendo pasar malos ratos, necesitará dormir muy bien cuando termine.
Jean se regañó por haber dudado de su impresión inicial. Aleskandra era Aleskandra y Aleskandra era una golfa de marca Drovlight.
Mairel enrojeció violentamente bajó la mirada de todos, si no fuera por el comentario de la rubia en la pantalla, Jean sospecharía que tenía fiebre. Katiuska, Yuri y Ruslan se rieron a costa de su compañera sin un ápice de culpa. Taius viró los ojos. Nicola sonrió ligeramente, y Trixi pareció incomoda.
Incluso los Drovlight detrás de Aleskandra se notaron divertidos.
La expresión de Jean sin embargo, apenas varió en la jocosa atmosfera.


Ya en Daggry Poxirr las cosas permanecían calmas. A altas horas de la mañana la mayoría de los Drovlight seguían durmiendo, pero los guardias de la muralla recibieron a los recién llegados con lucidez. Jean y Trixi siguieron al resto hasta un edificio que parecía ser más un cuartel que una casa solariega, a pesar de la oscuridad envolvente se notaba que no era una construcción civil, su arquitectura difería de casi todas alrededor.
El vehículo fue aparcado y Jean identificó su propia camioneta estacionada en las cercanías del lugar, al otro lado de la acera. Pronto unos Drovlight residentes salieron del edificio y tras intercambiar unas palabras en protonórdico con Taius abrieron la cajuela del automóvil usado para la misión y procedieron a descargar el “botín” confiscado de las propiedades de Scioli.
-creo que ya es todo-dijo Taius contemplando como los extraños equipos antidemonios eran descargados hasta que la cajuela quedaba finalmente vacía. El Drovlight encendió un cigarro y se lo puso en los labios antes de mirar a una chica que supervisaba la operación y llevaba registro en una libreta-¿dónde está Aleskandra?
-Salió con Tatiana a ayudar a Digger-explicó llamando la atención del grupo recién llegado, que todavía permanecía reunido en torno al vehículo-dejaron la villa hace cerca de media hora en el helicóptero.
-¿Quien es Tatiana?-preguntó Jean con curiosidad, sin hablar a nadie en particular.
-¿Tienen helicóptero?-inquirió Trixi asombrada, hablando al tiempo que su hermana.
Taius les hizo un miramiento a las pelirrojas sin responder y luego con un guiño del mentón le dio a entender a la Drovlight que había asimilado el mensaje.
-Por los ancestros, espero que este movimiento fuera de cronograma de resultados, no estamos para paseos nocturnos-dijo el hombre con una mueca-ni siquiera alguien como Kandra.
A todos se les vio de acuerdo. A continuación Taius miró a los Drovlight que formaban parte de su equipo. Concretamente su miraba se posaba sobre Mairel y Yuri.
-¿Como lo llevan?
Yuri se encogió de hombros dando a entender que no había mucho de qué preocuparse. Por otra parte, Mairel ponía una mano sobre su brazo lastimado, ante los ojos preocupados de sus compañeros, incluso Nicola y Trixi.
-Está en su lugar de nuevo-aseguró dando una palmada a su miembro en recuperación-no tardará en sanar más de lo que tardarán en esfumarse los efectos secundarios de la adrenalina en los demás.
Jean no necesitaba mirar a los Drovlight para saberlo, durante la “jornada laboral” los demás habían usado sus respectivas dosis de adrenalina para apresurar el término de la misión y maximizar su eficiencia. Actualmente estaban afrontando dolores de cabeza y temblores musculares, todos, menos Mairel y Yuri, que no usaron mas drogas que las de fines médicos, especialmente la fémina rubia, Yuri no se veía especialmente mal.
Taius pareció aprobar la predicción de Mairel a cerca de su propia salud.
-Y sobre tu pregunta, Jean Wholferd-agregó el hombre rubio exhalando el humo del narcótico ahora entre sus dedos-Tatiana es la hermana mayor de Kandra, no es raro que salgan en helicóptero para misiones o recreación.
-Debería avisar antes-comentó Nicola un poco disgustado.
-Si-admitió Taius con un refunfuño sin dirigirse a nadie en concreto–Solo espero que mi padre sepa exactamente lo que sus hijas están haciendo.
-¿padre?-masculló Trixi a Nicola.
-Gawein- aclaró rápidamente.
Jean y Trixi hicieron una exclamación casi muda. La línea de sangre gobernante de los Drovlight pintaba muy anti diplomática. Jean no podía hacer alarde de su perfecta capacidad para agradar a todo el mundo, pero al menos sabia cuando morderse la lengua; cosa que Aleskandra por lo que había visto, no podía soñar siquiera.
Yuri se dirigió al rubio al mando y le habló en voz baja. Taius sorprendentemente le escuchó con paciencia bajando un poco la cabeza. Jean vio muy extraña la conducta de Yuri, desde que lo conoció por primera vez, el chico ni siquiera dijo media palabra en voz alta, solo mientras era “comido” por el parasito gigante y sus gritos eran cualquier cosa menos claros, casi ni se podía discernir palabra en ellos. Parecía un protonórdico tosco, como un escrito gravado en piedra y expuesto a los elementos por siglos, hasta borrar partes del mensaje. De cualquier modo Yuri hizo un gesto hacia Mairel que Taius debió comprender, ya que aceptó con un mohín hacia su congénere.
-Todos adentro, es todo por ahora-anunció-Mairel, tu vienes conmigo, aun te vez pálida.
Mairel se quejó de la orden con ademan cabizbajo. El resto del escuadrón iba a entrar hasta que Jean se dio vuelta para sorpresa de Taius y el resto.
-Yo me voy a casa-dijo ella-prefiero pasar el día tranquila y siento que aquí no pasará.
-¿perdiste el juicio, Wholferd?-preguntó el líder rubio como horrorizado. Jean se detuvo para atender a su queja-Es peligroso ahí afuera.
-ya lo sé, pero puedo llegar al residencial Wholferd a salvo, especialmente ahora que hay poco tráfico. La mayoría de demonios no me molestan por defecto y difícilmente los esbirros de la matriarca me atraparan o identificaran a cien kilómetros por hora.
Jean siguió su camino hasta llegar a la camioneta a través de los suelos adoquinados. Trixi y Nicola, también sobrecogidos por las palabras de la pelirroja le siguieron enseguida, acompañados de Taius y Ruslan, casi temiendo que Jean se fuera sin más. El resto de Drovlight se quedaron mirando a la distancia.
-Ya tu trayecto aquí debió ser peligroso, digo, pudieron identificar tu camioneta, ¡ya lo deben haber hecho!-argumentó Ruslan con alteración-A cien kilómetros por hora todavía puede quedar alguien que vea desde lejos tu matricula.
-Eso se arregla-aseguró Jean deteniéndose en la acera junto al parachoques de su auto, a continuación, hizo algo que dejó a Ruslan con la boca abierta.
Arrancó la placa con la matricula del auto, de un solo jalón.
-Después se pinta para disimular el color-continuo la Wholferd pensando en que tonos se le verían mejor a su auto-lo bueno de ir por las noches es que también el color es más difícil de identificar, al menos para parte de los ojos que lo ven.
El negro le quedaría genial, así se vería aun menos por la noche-sugirió Adon.
Y una raya de color dorado a los costados se le vería bien, pero no sería práctico ahora mismo-respondió la pseudodemonia.
-Así está mejor-explicó-tampoco es que vaya entrar por la puerta principal, hay otras maneras de llegar.
-Enserio, ¿por qué tienes tantas ganas de irte?-exigió saber Taius cruzándose de brazos mientras fumaba-¿tienes algo contra nosotros? ¿No te gusta Daggry Poxirr?
-eso no importa-rezongó Jean con mala cara tocando el capó de su camioneta-¿es muy difícil entender que no me gusta estar lejos de casa?
No tienes nada contra los Drovlight, pero no te sientes cómoda rodeada de ellos-reflexionó Adon-a menos que se trate de una batalla, es irónico ¿sabes?
Evidentemente no somos amigos, la amistad es en las buenas y las malas-pensó Jean para con su adjunto-y yo solo me siento bien con ellos en las malas.
Taius tuvo un destello de entendimiento en su mirada, bajo el cielo la noche menguante se veía poco, pero aun así sus ojos claros trascendían la penumbra.
-¿Eso podría cambiar algún día?-dijo con un tono que impactó a Jean, él Drovlight sonaba casi amable, eso tomó a la cazademonios por sorpresa, necesitó mucha voluntad para que no se pudiera ver su asombro.
Jean simplemente lo miró por unos largos momentos.
-Quizá-dio ella-pero por ahora son solo negocios. Espero noticias pronto, para saber en qué mas podría ayudar.
Jean fue a abrir la puerta del vehículo, haciendo la vista gorda respecto a los Drovlight que intentaron detenerla, hasta que la voz de Trixi la detuvo.
-Creo que es mejor quedarnos….-opinó ella con afán.
-tú te puedes quedar y de hecho, me parece que así es mejor-interrumpió Jean sentándose en el asiento del piloto y tomando el volante.
-Ni hablar, no te puedo dejar ir sola-se negó la hermana menor sosteniendo la puerta, como para impedir que Jean la cerrase si este era su deseo.
-si lo que quieres es seguridad quedarte es lo mejor-dijo Jean mirando los intensos ojos amarillos de Trixi-pero si quieres venir es tu elección, aunque te falten meses, para mí ya eres mayor.
Trixi se retrajo, Jean la tomó con la guardia baja. La hermana menor aunque se esforzaba por no depender de la mayor, sabía que todavía era dependiente de esta, siempre había vivido bajo su ala, oírle decir que era su hora de decidir por sí misma, era chocante; no importa si ya lo había hecho anteriormente. A Trixi esas palabras le hacían sentir asustada, pero a la vez… se sentía realizada de alguna manera.
-¿Entonces volverán?-dijo la voz atónita de Nicola detrás de Trixi.
-Depende de ella-dijo Jean haciendo un gesto a su hermana-¿vamos a ir las dos?
Trixi volvió en sí, recobrándose del impacto. Apretó los dientes y con vacilación ligeramente visible asintió con la cabeza.
-lo haremos.
Nicola maldijo en protonórdico.
-Entonces voy también, no dormiré nada si las dejo ir solas.
Trixi sonrió a su primo, pero Jean ensombreció la mirada.
-Pero tu…
-nada me impedirá estar con ustedes si me necesitan-insistió él-en especial durante época de necesidad.


Jean buscaba afanosamente entre la hierba, no podía creer que se le olvidara…
No pasó mucho tiempo hasta que la veloz camioneta de la Wholferd llegara al bosque contiguo a la residencia, no podían entrar por el camino principal, era casi seguro que estaría vigilado, así que Jean buscaba donde estaba la rampa de ingreso, que les llevaría al bunker oculto de su casa solariega.
A pesar de tener la mente ocupada, cada tanto se le venía a la cabeza la extraña escena que vivió hacia menos de una hora:
En medio del camino Jean estuvo forzada a ralentizar la velocidad, gracias a los enormes agujeros en el suelo. No había mucha gente, veía de vez en cuando personas durmiendo fuera de sus hogares destrozados por los demonios, la ayuda social no estaba dando abasto y la policía vigilaba firmemente las conglomeraciones de damnificados, como si estuvieran en medio de una guerra, porque de hecho así era en cierto modo. Trixi y Nicola identificaron que varios oficiales portaban armas FAID, así que su uso se estaba propagando, eso podía ser una buena noticia para la lucha contra la secta y una mala noticia para los demonios que trataban de no morir.
Ante los ojos de casi toda la humanidad los demonios eran demonios, no importaba su postura en el conflicto, si daban o no problemas, eran demonios y por eso no tenían derecho a caminar libres por el mundo terrenal. Jean suponía que muchos serian arrastrados al Fear en medio del caos, si no eran muertos primero por alguno de los bandos en colisión.
Como cazadora Jean se podía considerar enemiga de los demonios, aun así, como los Drovlight, rara vez atacaba sin razón. Las principales razones iban de que algún ser demoniaco les diera problemas directamente o que alguna persona les estuviera pagando para perseguir a algún demonio en concreto. Sin embargo, Jean recordaba que ella misma, en su aburrimiento, había veces que se convertía en una especie de pirómana, una cazadora que encontraba entretenimiento en molestar demonios, aunque rara vez los mataba.
La imagen de Jennifer Goldman se le vino a la mente. Fue una manera extraña para conocerla a ella y a su familia, especialmente a Nolen.
Jean continuó avanzando, hasta lugares menos movidos, todo mundo estaba escondido en sus hogares.
-¿cómo es la familia de Aleskandra? Por lo que entendí ella y Taius son hermanos-preguntó Trixi en el camino.
-Lo son-habló Nicola desde el asiento delantero, mirando hacia atrás, a su prima menor-pero solo medios hermanos, Aleskandra y Tatiana son hijas de la misma madre, pero Taius no. En resumen, Gawein tiene más de una amante recurrente.
-Oh… ya veo-expresó Trixi un poco sorprendida, cosa que a la vez caló en Nicola.
-Sé que no estás muy familiarizada-dijo el vikingo-pero es algo que pasa de vez en cuando entre las familias de pseudodemonios, probablemente nuestros padres no solo compartían el lecho entre ellos…
-lo que hayan hecho y con quien, no lo sabremos-intervino Jean viendo a Trixi por el espejo retrovisor-éramos muy jóvenes para que se nos hablara de sexo y a nuestros ojos todos los amigos de nuestros padres eran nada más que amigos, no veíamos diferencias entre ese tipo de amigos y los demás. Solo lo habríamos percibido si algo sexual hubiera pasado ante nuestros ojos y que yo recuerde eso no ocurrió jamás.
-Ni yo, me alegra que así haya sido-comentó Nicola con alivio.
Trixi se quedo pensando en silencio. Probablemente haciéndose una imagen mental. Jean pensó en detenerla antes de que se hiciera una idea errada, pero algo llamó su atención.
-pero que…-dijo mirando una sombra errática de gran tamaño que oscilaba en el aire.
-¿Es un murciélago gigante?-dijo Nicola con la boca abierta-parece estarse cayendo.
Trixi se adelantó entre los asientos delanteros, mientras el automóvil avanzaba a escasa velocidad. La joven cazadora lo percibió, ese tipo de energía era…
-¡Demonio!-exclamó Jean preparada para acelerar a velocidad supersónica, previniendo un ataque, cuando la sombra sencillamente cayó de manera torpe sobre el auto. Ante tal descuido era obvio que el demonio no lo hizo apropósito.
-¡Oh Lucifer!-chilló Trixi dándose cuenta de lo que era.
-Por Galleis eso es…-la voz de Nicola fue interrumpida por la de Jean.
-¡Úrsula!-llamó Jean frenando el vehículo por reflejo.
La súcubo estaba deshecha, su ropa destrozada y la sangre corría sobre su blanca piel. Ella con esfuerzo alzó la mirada, el alivio se hizo evidente en sus ojos al divisar a los Wholferd. Jean aun sin habla miró la pintura de su auto debajo de Úrsula…. Maldita fuera.
Jean impulsivamente movió la palanca de cambios y retrocedió violentamente el automóvil, haciendo que los pasajeros se sacudieran y Úrsula fuera arrojada contra el suelo de asfalto sin consideración. Nicola y Trixi quedaron temporalmente aturdidos, pero la segunda no tardó en recobrarse y…
-¡Úrsula! ¡¿¿Por qué coño hiciste eso??! –Gritó Trixi antes de volverse a su hermana. La menor pelirroja por poco se arroja sobre la mayor.
-¿por qué crees? había un bicho en mi capó-discutió Jean con voz punzante.
Trixi suspiró y ladeó la cabeza, haciendo claro que no se quedaría a discutir. Acto seguido bajó apresuradamente del auto para comprobar a su novia.
-Que…-quiso saber Nicola volviéndose a su prima en el asiento vecino.
-Después te explico-aseguró esta soltándose el cinturón y bajando del auto, seguida de Nicola, quien aun estaba confundido.
En el exterior la mayor iluminación era la luz de los faros del automóvil Wholferd. Ante ellos, estaba Úrsula.
La bella súcubo estaba en su forma totalmente demoniaca, con sus alas negras, cuernos, garras y cola a la vista. Tenía la ropa hecha girones y marcas de zarpazos por doquier cual arañador felino. Había sido objeto de un ataque brutal. Jean solo pudo hacer una mueca de desagradó ante la imagen, incluso ella sintió lastima por lo que vio.
Trixi, por otro lado estaba en el suelo comprobando el estado de su novia, quien respiraba dificultosamente y aun regurgitaba sangre cada tantos momentos.
-¡¿pero que te pasó?!-exigió Trixi sosteniéndola entre sus brazos. Úrsula, temblorosa se mantenía casi vertical por sus propios medios, no dejaba que Trixi la soportara-¿quién te hizo esto?
Jean no podía sorprenderse de que la voz de Trixi sonara irascible y desesperada. Pero era extraño ver ese tipo de reacción en alguien tan poco violento como su hermana… además era mucha la dualidad que había entre sus claros deseos de venganza, el miedo por la salud de Úrsula y la preocupación por esta.
-Eso no importa, solo necesito un momento-pidió ella mientras luchaba por respirar.
Trixi se tragó sus ganas de insistir. No era el tiempo ni el lugar.
-entonces lo tendrás en mi casa-declaró mirando a sus mayores. Sus ojos pedían aprobación por parte de Jean, quien no pudo sino aceptar con un gesto de la cabeza. Luego se dirigió a Nicola-ayúdame para ponerla dentro, Nicola.
Nicola no sabía lo que pasaba pero siguió la corriente. Jean a veces olvidaba que la vida amorosa de Trixi era tan desconocida para él, como lo eran sus aventuras amorosas en Daggry Poxirr para las hermanas Wholferd. Así pues, él tomó a la demonia al estilo nupcial y la depositó en los asientos traseros con ayuda de Trixi.
Antes de que Nicola se fuera al asiento que le correspondía Úrsula le extendió la mano, él la aceptó, por reflejo o educación, lo hizo.
-un placer Nicola, soy la novia de Trixi-se presentó ella, postrada a lo largo de los asientos, pero aun así se las arregló para darle una amistosa sonrisa a Nicola-mi nombre es Úrsula Valentine.
Inmediatamente después Úrsula quedó inconsciente.
Nicola luego de la presentación soltó la mano de la mujer, sin poder articular palabra y con una expresión indescifrable. Se volvió a Trixi, quien bajó la mirada con rubor en las mejillas.
Por los demonios mayores, Jean solo quería llegar a casa y dormir.
La pseudodemonia pelirroja continuó buscando entre la maleza, queriendo entrar pronto para darse una ducha, dejar a Úrsula en alguna habitación para que agonizara tranquila e irse a dormir.
Entonces, ella encontró algo, un pequeño aviso de madera. Con su linterna en miniatura, Jean lo iluminó encontrando unas letras talladas en rúnico, al leer en protonórdico decía:
“Bienvenidos a Rodffrider”
Jean concibió una sonrisa ante el nombre de su villa.
-Al fin. En casa.

El sonido de la voz de Digger era apenas más fuerte que el de las aspas del helicóptero. Aleskandra se sorprendió de cuan ronca y varonil podía oírse su voz, ya que Digger por lo general era de carácter y palabras más suaves que otros hombres Drovlight.
-La propiedad debe abarcar varias hectáreas y el edificio es bastante impresionante, no me sorprendería que tenga una seguridad bien preparada, dispuesta a darnos batalla-describió Digger desde el canal abierto de comunicación-nadie más a entrado o salido de ese lugar desde que Scioli ingresó.
-entiendo-Dijo Aleskandra viendo desde la ventana del helicóptero la propiedad nombrada por su compañero. La edificación donde ahora su objetivo se escondía era grande, con forma de cuadrado y protegida por altos muros sólidos.
-Es todo lo que puedo decir desde aquí-habló de nuevo Digger, quien desde su motocicleta estaba no muy lejos del edificio, pero a una distancia prudencial desde la que observar.
-que nos dijeras la ubicación es suficiente-le aseguró Tatiana, quien estaba a la derecha de su hermana menor y conducía el helicóptero.
-Sí, ya recibimos lo que encontraron en Morgen Meiden-afirmó Aleskandra volviéndose a la pantalla que tenía ante sí-Scioli tiene sucios secretos fiscales. Esta propiedad no es suya, pero según la investigación hecha en casa… Fue puesto a nombre de un colaborador suyo, a pesar que el dueño real es Scioli. Así pretendía esconderse.
-Eso cuenta como evasión fiscal y es un crimen-señaló Digger.
Tatiana sobrevoló a gran altura, pero tenía muy claro donde estaba Digger, no necesitaba verlo. Sus ojos platinados se entrecerraron mientras maquinaba las implicaciones de la información suministrada por Aleskandra. Tatiana era una mujer de ojos acero, tanto por su color como por el filo de su mirada, al contrario que la hermana menor, quien era mejor para el liderazgo estatal, Tatiana destacaba por su capacidad de recibir y ejecutar ordenes con precisión, así como su maestría en habilidades técnicas de utilidad, entre ellas: conducción de vehículos voladores. No era una Drovlight política, era un soldado. Todo en ella era orientado a la utilidad, incluso su rubio cabello casi plateado, cortado hasta por encima de los hombros, fue modelado para fines prácticos, aunque tuviera buen estilo, solo un mechón fuera de lugar sobre su rostro rompía esta regla sirviendo solo de complemento estético.
-No cabe duda que así es, pero si nuestras suposiciones son correctas, es lo de menos-comentó ella.
Aleskandra asintió estando de acuerdo.
-Si tu casa está llena de demonios, lo que menos va a importar es que hayas cometido evasión fiscal-concluyó, pero luego sonrió maliciosamente-pero revelar todo esto al público podría traerle muchos inconvenientes y eso no estaría mal.
-Es verdad. Pero antes deberíamos hacernos cargo nosotros-opinó Digger-Algo me dice que la policía podría impedirnos realizar correctamente nuestra misión, en el peor de los casos, destruirían evidencias.
-Y Scioli podría tener la oportunidad de migrar a otro refugio, no podemos correr el riesgo de que se nos pierda de vista-dijo Tatiana volviéndose a Aleskandra, como buscando su guía.
Aleskandra frunció el ceño mirando agudamente al edificio sospechoso.
-Digger, vigila hasta mañana, al atardecer, ellos nos conocerán-declaró.

Jean soltó un suspiro de placer, no había nada como un buen baño de agua caliente luego de una extenuante jornada de trabajo. Sentía lentamente escapar la tensión de sus músculos, sabía que el dolor no desaparecería tan pronto, pero bajo la ducha y envuelta en las cálidas nubes de vapor, de alguna manera, incluso el dolor se sentía bien.
Encontrar la entrada al bunker no fue un gran problema, el asunto era que la trampilla oculta no fue hecha para dejar entrar a nadie, originalmente solo era para salir, pero con una pequeña modificación, de poseerse la llave se podía abrir manualmente. Leonel probablemente había tenido planes de agregar también la función automática para entrar, pero no vivió lo suficiente para concretar sus proyectos.
Lo siguiente fue llevar a Úrsula a la habitación de Trixi. Lo mejor que pudieron hacer fue limpiarle la sangre ya que la súcubo no dejó que se ocuparan de sus heridas, insistía en que estaba bien así. Aceptó la ropa que las Wholferd le ofrecieron y casi sin hablar se enrolló en una esquina de la cama de Trixi… Jean no necesitaba pensar mucho para notar que algo andaba mal, incluso con su mente cansada por el largo día, estaba un poco preocupada por su cuñada… un poco, solamente. La menor pseudodemonia hacia lo mejor que podía para no agobiar mas a Úrsula, pero tenía escrito en la mirada que deseaba sacudirla hasta que le dijese que coño había pasado.
Jean bien pudo haberlo hecho, pero se reservó opiniones y acciones. Suponía que Úrsula no las recibiría muy bien de su parte, por otro lado tampoco la mujer Wholferd se sentía en plena condición de golpear a Úrsula hasta que esta hablara o se desmayara.
La cazadora completó su aseo. Tras secarse el cuerpo, aun sin ropa y sentada en el escusado peinaba su todavía húmedo cabello. Los mechones eran gruesos, aunque manejables, no se clasificaría como cabello de seda, pero se sentía suave igualmente. La chica Wholferd aun se preguntaba como harían las féminas como las gemelas Goldman para manejar sus largas y ondulantes melenas, solo imaginar tener que peinar tal volumen de cabello le producía cansancio.
Entonces su teléfono sonó. Jean se preguntó quién llamaría tan cerca del amanecer… ella atendió y al oír la voz no le sorprendió:
Nolen.
-buenas noches… o buenos días-saludó él.
-buenos días-respondió ella cruzando las piernas mientras prestaba atención-sé qué esperas noticias, pero no creí que sería tan pronto.
-no era mi intención molestar-explicó Nolen como nervioso-supuse que estarías despierta con todo el asunto de los Drovlight. Pero la verdad, más que noticias, quería preguntarte algo.
-¿y que es…?-inquirió ella con sorpresa al tiempo que se levantaba y ordenaba la ropa que había desechado al entrar al baño.
-¿tienes idea de donde esta Úrsula? Me refiero a su estado actual-dijo algo inesperado.
Jean se quedó en silencio por unos segundos mirando a la nada, aun con su ropa en mano.
-Sí, tengo bastante idea, está por aquí y ha  tenido mejores días-contestó ella con voz neutral. Un jadeó se escuchó al otro lado de la línea, Jean hizo una mueca con la boca-¿hay algo que me quieras decir, Nolen?
La tensión se hizo evidente.
-Si… estaba preocupado desde hace horas.
-si sabes lo que le pasó sería conveniente que me lo explicaras-casi demandó ella arrojando su ropa usada sobre la tapa del inodoro-la pobre demonia estaba hecha un desastre.
Nolen guardó silencio por unos instantes hasta que habló con voz furtiva.
-¿Trixi anda por ahí?-preguntó.
-no, de hecho no quiero saber lo que esté haciendo ahora-declaró la Wholferd anulando pensamientos sobre su hermana y Úrsula.
El semidemonio se tornó aliviado, solo con oír su voz Jean lo supo.
-Bien, me preocupa que no atienda razones si sabe lo que hice-dijo el hombre.
Jean frunció el ceño recostándose en la puerta de la ducha.
-¿qué es tan malo para creer que Trixi se enojará?
-De camino a mi casa, vi a Úrsula y Kent peleando, me refiero a una pelea de verdad, no era ningún juego, se querían matar seguramente-confesó Nolen casi con vergüenza-pero decidí continuar en vez de detenerme para ayudar.
-ahora entiendo-dijo Jean, no sorprendida de la razón tras el estado de Úrsula, pero no demasiado complacida por la inacción de Nolen-¿por qué no hiciste nada? Tenía la impresión de que te agradaba Úrsula. Aunque bien lo que a ella le pasé no tiene que ser tu problema.
-puede ser, pero si te estoy hablando de eso ahora es por qué aunque sea un poco me preocupé.
-¿por qué la dejaste atrás?-repitió la pelirroja con firmeza.
Nolen apretó los dientes.
-Veníamos de pasar el rato en el alcantarillado demoniaco, mis hermanas estaban ebrias, ni siquiera eran conscientes-comenzó él manteniendo una voz plana, pero lentamente se oía mas y mas inquieto-no quería correr el riesgo de encontrarme a Anastasia por casualidad… tampoco quería poner a prueba a sus subordinados, es decir, no sé qué tipo de demonios puedan estar bajo su mando y dudo poder derrotar con facilidad a sus ejércitos por mi cuenta. Incluso si los derroto, yo podría no salir muy bien del encuentro.
Nolen hablaba del asunto como si describiera su propio funeral.
-Eres un L’Enfer Nolen, si Anastasia puede intimidar a ese montón de cobardes tú también-discutió ella.
-No lo sé con seguridad, soy superior a muchos demonios, pero tal como estoy, podría no ser suficiente-se escuchaba enojado y frustrado-no llevo la misma dieta que Anastasia, no soy como ella…. No lo soy.
Jean procesó sus argumentos, dejando a Nolen en la incertidumbre del silencio.
-¿qué tal como estas no puedes?-repitió pasmada la cazadora-¿donde fue la confianza que tenias la primera vez que la matriarca apareció? ¿Ahora tienes miedo?
-esto es diferente, ella…
-¿dime, tienes miedo?
-yo…
-¡habla! ¿Le temes a Anastasia? Si es así, no andes con orgullos y dime por qué…
Nolen gruñó y exclamó:
-Bien, Lo hago, ¡por supuesto que le tengo miedo!-Jean se alejó un poco del teléfono ante el arrebato del semidemonio. Él no esperaba actuar así, pero no se molestó en pedir disculpas, en vez de eso continuó-Hoy vi a Anastasia, ella me estaba espiando y ni pude sentirla hasta que la vi… cuando me enfrenté a ella, pude percibir algo, no era su energía demoniaca, Anastasia es muy buena ocultándola, lo ha demostrado.  Lo que sentí… era mi instinto avisándome de que debía retroceder, me decía que si luchábamos era casi seguro que yo sería derrotado. Sonara raro, pero ese instinto nunca me ha fallado y no quiero arriesgarme.
Jean suspiró, no le daba tranquilidad nada de lo que oía, ella esperaba que Nolen cuando menos pudiera defenderse adecuadamente en una lucha frontal, pero incluso eso… ella misma sabia cuan peligrosa era Anastasia, pero la cosa parecía peor de lo que pintaba antes.
-¿Cómo es posible? Es claro que son diferentes, pero dime por qué-pidió con cansancio.
-los L’Enfer se alimentan de energía viva, especialmente demoniaca, yo rara vez lo hago, para evitar problemas, me conformo con comida normal-hizo saber casi deprimido, dejando de lado su estado alterado y pasando a sentirse impotente-eso me mantiene lo suficientemente sano, pero no en perfecto estado. Anastasia no tiene reparos, no creo que haga falta decirlo, así que consume cuanto necesita para poder usar sus habilidades a nivel óptimo.
Jean resopló, vaya problema tenia, para alcanzar a Anastasia, Nolen estaría forzado a… la pelirroja maldijo por lo bajo.
Una perspectiva aciaga.
-entonces… ¿eso qué dijiste, sobre que me protegerías y pelearías, eran solo fanfarronadas?-masculló ella.
Por lo que se oyó en la línea, parecía que algo se le había atascado en la garganta a Nolen. Le costó volver a hablar, pero cuando lo hizo, se le escuchó una determinación ardiente, pero que también estaba teñida con profunda desesperación.
-¡No, claro que no!-negó con fervor que llamó la atención de Jean-podré tener miedo, podré ser débil ahora, ¡pero yo juré que me opondría a la Matriarca! Detesto esto, pero lo haré, cumpliré lo que dije y protegeré lo que me importa, incluso si eso significa tomar la vida de personas aleatorias para alimentarme…
Jean se abstuvo de hablar por un largo momento. Ella no quería ver a Nolen convertirse en algo semejante a la matriarca, pero si era necesario para el bien mayor…. Solo imaginarlo tomar las actitudes de su hermana le hacía sentir enferma, quería que hubiera otro modo, pero cualquier otra posibilidad era de hecho peor que la ya mencionada. Jean se consideraba alguien en cierto modo sucia, así que no le importaba ensuciarse más, pero Nolen no era ese tipo de persona, él solo quería existir tranquilamente sin ser molestado. La mujer Wholferd podía asegurar casi sin temor al error, que Nolen jamás hizo daño más que para preservar su integridad. Incluso sacrificó sus capacidades a cambio de gozar una vida más tranquila, sin enfrentarse a otros sacrificándolos para fortalecerse, contentándose solo con lo que lo mantuviera sano.
Jean se mordió el labio inferior.
-Pues… si piensas hacer eso, que sea pronto-pidió ella cabizbaja, diciendo algo necesario, aunque las palabras le vinieran como un trago amargo-porque si la brecha entre tú y tu hermana es tan grande como la describes, no estás a salvo en absoluto. Me preocupa que de un momento a otro, Anastasia decida sacarte del camino, porque si eso pasa, tal como te encuentras; estarás perdido.
-haré lo mejor que pueda, tengo mucho que perder y no lo voy a arriesgar-expresó sin el fervor antes mostrado.
-Una cosa más.
Nolen guardó silencio prestándole atención. Jean miró la bella madera de la puerta del baño en frente de ella, como si fuera el propio chico Goldman. Entonces habló con una solemnidad digna de un juramento:
-Prométeme algo-ella comenzó-no importa lo que pase, no importa lo que hagas, nunca dejes que tu mente se convierta en algo siquiera semejante a Anastasia. Nunca.
Nolen, luego de contener el aliento respondió: lo prometo.

Jean miró su reloj, habían pasado diez minutos desde su salida del baño. Trixi estaba probablemente dormida. La pelirroja mayor entonces hizo lo que ella y Nicola acordaron, sin mediar palabra, era un procedimiento estándar para ambos: ella asistió el encuentro en la habitación de su primo.
Ingresó por la puerta dejada intencionalmente sin seguro y la cerró detrás de sí nuevamente. Era oscuro, sin duda, pero ella se sabía la ruta hacia la cama doble donde reposaba el gran hombre. Nicola no conciliaría el sueño solo, así que Jean siempre tenía que hacerle compañía, normalmente luego de que Trixi estuviera dormida, por si cosas adicionales pasaban. Las pesadillas recurrentes del Wholferd eran una piedra en su zapato, aun así; Jean no tenía muchas objeciones ante las peticiones de este para que ella le acompañara en las noches.
Nicola ya le había dejado un hueco donde recostarse, ella sin reparo lo tomó. Se metió bajo las sabanas y acercó a su primo. Cuando sintió los brazos del vikingo abrazándola, nada fuera de lo normal, hasta que…
-Nicola, casi son las seis de la mañana-se quejó ella, al sentir las manos del chico Wholferd debajo del pijama, en su espalda.
-¿Eso qué importa?-preguntó él con voz ronca. Jean veía solo dos grandes orbes amarillos que la miraba en la penumbra-esto te ayudara a dormir más profundamente…
-Enserio, no…
Ella iba a apartarse, pero Nicola se adelantó, haciendo que de algún modo, el intento de Jean por alejarse, acabara en una postura muy sugestiva. Nicola se posicionó sobre ella, consiguiendo un lugar entre sus cuatro miembros, convenientemente separados por los audaces movimientos del chico, dejando el tronco de Jean indefenso.
-quiéreme un poco, hace tiempo que no estamos así-pidió atrapando a Jean bajo su cuerpo. La cazadora no tenía muchas opciones, el tamaño de Nicola hacia que fuera muy envolvente a diferencia de Nolen, dejándolo fuertemente acoplado sobre todo el cuerpo de Jean.
-No tengo interés ahora-dijo ella teniendo dificultades para ignorar la enorme erección que Nicola le “mostraba” a su entrepierna a través de la ropa.
-No me mientas-regañó él con voz divertida.
Nicola al estudiar la piel de Jean bajo la ropa de dormir, terminó rompiendo los botones del pijama, dejando el pecho de esta sin protección. Ella jadeó cuando un escalofrío le recorrió la espina… como los dedos de Nicola, que anduvieron por cada una de sus vertebras hasta llegar justo a la medula tras la nuca de la pseudodemonia, un punto malditamente sensible. Al mismo tiempo le hacía cosquillas con la barba y los labios en las zonas más sensibles de su cuello.
-Si esto no te hace responder, es que estas muerta-comentó el vikingo haciéndola sentir cada fibra de su solida complexión.
Jean cerró la boca para no jadear y apretó los dientes, toda la sangre se iba a sus mejillas y su entrepierna la traicionaba…
-Es enserio, si no te quitas me voy a enojar-regañó.
Vamos, desde aquí hasta yo me he excitado con tu reacción, ¡Y eso que no tengo ni cuerpo físico ahora mismo!-le dijo Adon en su mente.
¿¡De qué lado estas!? ¡Me jodes hasta que termino enrollada con Nolen y ahora me incitas a que tenga sexo con Nicola!
Adon carcajeó.
Nolen me agrada, pero yo no estoy del lado de ninguno. Solo te incito a hacer lo que deseas hacer.
Maldita lagartija, sabes aparecer cuando menos quiero conversaciones mentales.
Si estoy del lado de alguien, seria del tuyo. Diviértete con Nicola, la tiene más grande que Nolen.
Jean deseó darle una patada, pero tenía problemas más inmediatos.
Nicola la besó.
El hombre pelirrojo en apariencia era grande y a la vista del público, usualmente antipático, pero se podría decir que en la intimidad era muy mimoso. El beso era tan dulce que Jean no pudo rechazarlo, por más que en su cabeza pensara que era mala idea… su cuerpo respondía por decisión propia, negándole a la mente tomar las riendas. Jean apretó la tela del pijama de Nicola en su espalda, pero no estaba claro si era para tirar de él hacia sí misma o tratar de alejarlo.
Cuando hubo terminado Nicola la miró con ganas de ir más lejos, pero encontró a Jean con una mirada no tan de acuerdo con este deseo. El pelirrojo se dio cuenta que las cosas no cuadraban…
-ya enserio, deja de provocarme, no quiero hacerlo-dijo con toda su voluntad.
Nicola se mostró impactado.
-pero si estas moj…
-lo sé mejor que tu, es mi cuerpo te recuerdo-interrumpió ella volteando la cara, tratando de ocultar un poco su sonrojo.
Nicola al verse rechazado, fue tomado completamente desprevenido. Su ceño se estremeció y sus labios se entreabrieron buscando alguna replica, ante la indisposición de Jean.
-¿Es Nolen verdad?-preguntó con un nudo en la garganta.
Jean tragó profundamente, pero asintió a pesar de Nicola.
-No me parece bien hacer esto.
Nicola le dedicó una mirada que bien podría significar que acaba de ser abofeteado. Una imagen nada grata, el orgulloso Wholferd, con sus ojos cubiertos por cabellos rebeldes, transmitiendo un aura de desasosiego. Jean entonces sintió un hueco en el estomago…. El Wholferd apartó los ojos y estaba por bajar del cuerpo de Jean, cuando su prima envolvió ambos brazos en su cuello, para acto seguido besarlo nuevamente, esta vez, dejando a Nicola tan impactado que no pudo ni corresponder. Ella no pudo evitarlo.
No pudo.
De verdad que no.
Aunque fue un beso reconfortante, no duró mucho. Cuando acabó, Nicola la miraba fijamente con ojos como faros, no muy seguro de que hacer o que decir. Jean hizo un mohín y se dio la vuelta, quedando de lado ante el cuerpo de su primo, una posición usual para dormir.
-por hoy, déjalo así. Al menos permite que el semen de Nolen se seque, maldita sea-dijo ella.
Nicola suspiró frustrado, pero accedió. Se recostó tras la espalda de su prima y la abrazó desde ahí. Jean no podía negar que le gustaba mucho la sensación de calor que transmitía, así que no habló y estuvo lista para quedar dormida cuando la voz aterciopelada de Nicola irrumpió:
-¿Al menos me la puedes jalar?-su aliento en la nuca la hizo estremecer y erizar el vello.
-No-respondió, forzando una voz dura.