martes, 23 de diciembre de 2014

El edén del infierno: Acto 1-Capitulo 10


10-Al otro lado

J

ean volvió pronto a casa, cuando lo hizo se sorprendió de encontrar a Trixi y Úrsula en la cocina. La menor de las Wholferd estudiaba una pasta mientras esta se cocinaba a fuego lento, la súcubo por otro lado yacía sentada en la mesa mirando el periódico vehemente, claro, hasta que noto que Jean observaba.

-Jean, me preguntaba que había sido de ti-afirmo ella sonriéndole ampliamente. Jean paso el umbral a la cocina, Trixi la encaro entonces.

-¿que tal el Dorado?-quiso saber ella de buen humor.

Jean se encogió de hombros sentándose frente a Úrsula, quien estaba absorta en su lectura, Jean agradecía eso, no quería que empezara a poner su cara adorable. Pero eso era poco probable, considerando lo serio del asunto que iban a tratar.

-interesante, nada fuera de lo normal, ¿y ustedes? ¿Como estuvo el asunto de Key?-contestó la mujer cruzando las piernas.

Las chicas compartieron una mirada preocupada, luego Úrsula frunció el ceño con desagrado volviendo al periódico. La súcubo se coloco tras la oreja un mechón rojo, era un gesto nervioso, no por miedo, más bien, por inquietud y tensión.

-no hubo mucho éxito-alegó Trixi con los labios comprimidos en una línea-Key no estaba en casa, de hecho, nadie vive ahí.

Jean le lanzo una mirada incrédula.

-como….

-no estaba ni Key, ni sus muebles-aclaro Úrsula, posando un codo en la mesa y colocando la cabeza en el hueco de su mano-solo el polvo.

Jean resopló, maldijo por lo bajo.

-lo siento Jean-dijo Trixi algo decepcionada.

-no importa, no es tu culpa-le aseguro.

Trixi asintió y miro la comida cocinándose, luego se volvió a su hermana.

-voy al baño, vigilen la cena-indico y salió de la sala.

Nadie dijo palabra por varios minutos, en los cuales Jean se preguntaba como probaría a Trixi, si no había nadie con quien hacerlo. Necesitaba un nuevo blanco para ella. Entrelazo los dedos en la mesa, sin dejar de pensar.

-Trixi puede sola-dijo Úrsula repentinamente, Jean salió de sus pensamientos y la estudio intrigada. Úrsula había dejado de mirar el periódico.

-¿como lo sabes?

-estuve ahí, y no hacia nada mal las cosas, simplemente tuvo mala suerte y su presa escapó. Estoy segura que la próxima, te hará sentir orgullosa-Úrsula sonrió de modo encantador, por una vez, Jean no se sintió enferma por ello, generalmente le provocaba desdén.

-bien, eso espero-indico la pseudodemonia, manteniendo voz neutra-y te agradezco la ayuda, aunque no hizo falta, estuviste dispuesta a acompañarla.

Úrsula manoteo restándole importancia.

-No es molestia. Tenías razón…. Ella lo necesita, siempre es un placer ayudarle y hacerla feliz-puso las manos en la mesa.

Jean asintió con la cabeza, mostrándole una apenas visible sonrisa. Úrsula de pronto volvió a su comportamiento profano habitual, lo que casi hizo olvidar la repentina simpatía que había entre ambas….

-y dime, ya que estamos en mejores términos, ¿me acompañas a la Rosa nocturna? Será genial-invito ella acercando peligrosamente una de sus manos a las de Jean, Jean las alejó, fuera de su alcance.

Úrsula la estudio casi intrigada. Jean hizo desaparecer su sonrisa en un instante, volviendo a su mirada fría. Trixi estaba entrando una vez más a la cocina, Jean la miró de soslayo, cuando le susurró a Úrsula:

-me agradas un poco mas ahora, pero nunca los suficiente para eso. 

 

Nolen se quedo en el mostrador, recostado en su silla. Era fastidioso esperar la llegada de los clientes. Igual no estaba muy interesado en ello, solo podía pensar en Jean y su actuación de la última vez…. El modo en que Jean había mirado a ese demonio de ojos verdes, Adon, parecía la expresión de un criminal cuando ha sido traicionado por su cómplice. Nolen fue agarrado por sorpresa, se consideraba guapo y toda esa mierda, pero no esperaba que Jean sintiera algún gran interés por él desde antes, pero francamente le alegraba.

Sin embargo se preocupaba de que luego del incidente en el café, ella no quisiera dirigirle la palabra otra vez. Intentó llamarla un sinfín de veces, pero simplemente no contestaba, ¿quizás fuera tímida?... pero, ¿Jean siendo tímida? ¿Que putada era esa? Si la seguridad en si misma era una de sus características…. Seguía preguntándose porque se negaba ha hablar.

Jessica y Jennifer parloteaban junto a unos estantes de discos, Nolen envidio que sus preocupaciones fueran mucho menores que las suyas… incluso que sus relaciones románticas, o intentos de ellas, fueran mas simples. Bueno, simples para Jessie, porque Jennifer aun tenia que lidiar con Graham y el coqueteo que mantenía con Mauro no había pasado a mayores, de momento.

-tiene que ser mentira-gimió Jane mirando hacia la transparente puerta de entrada.

Un grupo de sujetos entraron, Nolen deseo encontrar la manera de que la tienda fuera invisible para ellos. Joder, eran Melisa y sus molestos amigos.

Melisa no era tanto el problema, ella era generalmente la líder de su grupo, pero no a quien los Goldman le tenían aversión, esos eran los malditos gemelos que siempre la seguían. Jennifer y Jessica no podían moverse de sus lugares, podrían llegar clientes para ser atendidos, clientes que no fueran aquellos tipos. Jane bufó algo, como un insulto y Jessica trago saliva cuando los recién llegados pasaron la puerta.

-entonces por eso el Reggaetón es un asco…-dijo Mikoto gesticulando mientras hablaba con Dastán.

-¿quieren música de verdad? 30 seconds to mars, eso si es genial-comento Melisa saludando con la cabeza a las chicas Goldman quienes le regresaron el gesto.

-¿Jennifer, me muestras lo que tienes de Megadeth?-pidió Tristán, como si no notara el hecho de que Jane le gritaba por la mirada que no quería saber nada de él-o quizás algo de porno, sé que también tienen.

Nolen aun no entendía, como carajo hacia el para ignorar las “indirectas” que Jennifer le arrojaba para quitarlo de su camino. Indirectas en los términos de Jennifer para con Tristán se refería a gruñidos, ojos rojos, e intentos de asesinato frontales, con muchos insultos implicados. Nolen se preguntaba porque simplemente ese tarado no buscaba a otra idiota para cubrir la vacante de Jane, ya que era tan mujeriego.

-porno…. Te meteré un maldito video porno gay por el….-lanzó la mujer.

-Jennifer-la interrumpió Jessica nerviosamente, sujetando el brazo de su gemela, a modo de aprensión. Jane se calló no sin seguir maldiciendo a Tristán por la mirada, quien se había quedado callado, con la boca convertida en una línea.

Mikoto y Dastán trataron de no parecer incomodos. Por otro lado Melisa veía la sección de pop. Nolen se sintió preocupado, no podían echarlos de aquí, no luciría bien ante el público, pero quizás alguien debiera tener una “charla” con ellos, sobre lenguaje corporal.

-¿Rock gótico?-pregunto Dastán a la asiática.

-¿Evanescence?-contestó ella. Dastán asintió y ambos sonrieron.

-necesito una soda-declaro Jennifer y la chica fue al interior de la casa. Nolen la siguió con la mirada, como esperando que Tristán no fuera a su persecución. Dastán y Mikoto fueron a la sección de Rock y veían muy absortos.

Tristán le sonrió a Jessica y ella pareció recelosa. Nolen se levanto del mostrador y ambos lo miraron.

-yo te muestro, ¿porno o Megadeth?-intervino. Tristán parecía decepcionado, en tanto Jessie le agradecía por la mirada.

-Megadeth.

Nolen fue hasta uno de los expositores y le señalo la sección correcta. Tristán se acercó a ver, como Nolen esperaba, Jessie no perdió un instante y fue tras Jane.

 

-Titus, ¿verdad que debo cortarle el cuello con un CD de porno gay a ese cabrón?-le pregunto Jennifer al gato. Titus se revolcó en las piernas de su ama, estando totalmente de acuerdo.

Jessica intento no reírse. Su gemela yacía en el sofá que había en el camino a la cocina y justo frente al televisor. Jennifer acariciaba al gato negro con gran cariño mientras el ronroneaba, Jessie esperaba que Nolen se ocupara de mantener a los insufribles clientes ocupados. Nadie quería ver a Jane encolerizada, más allá de lo molesto que pudiera ser, no deseaban ver correr sangre en el piso de la tienda.

-ojala eso bastara para matarlo….-le recordó. Jane bufó.

-ojala bastara para que dejara de joderme-fue la agria respuesta de esta.

-no te envidio nada.

Jennifer entorno los ojos y se dirigió a su hermana con un gesto malicioso.

-si hay algo que pagaría por ver, es a ti teniendo que rechazar a Dastán. Mierda, como lo disfrutaría-manifestó.

Un escalofrío atravesó la espalda de Jessica… una imagen de aquello se formo en su mente, nooooo eso no podía pasar nunca. Repentinamente un hombre apareció en la entrada a la sala.

Dastán. Hablando de eso…

-Jessica, sé que Jane odia a Tristán y toda esa mierda. ¿Pero quieres venir por un helado?-invitó él.

Sagrada madre de las mierdas. Jessie quedo incapaz de contestar en tanto miraba al tipo.

-¿no estabas con Mikoto?-pregunto Jennifer inquietada también. Dastán se encogió de hombros sin darle importancia.

-ella habla boludeces con Melisa-aclaró el tipo-así que, ¿vamos?

Paso un par de segundos mientras Jessica lo procesaba. Luego miro a Jane y su voz salió por poco ronca.

-nunca mas volvamos a bromear sobre esto-le dijo.

Jennifer se mordió el labio bajando un poco la cara. Titus veía con autentico desdén al chico Graham…. Sabia lo poco bienvenido que era.

 

-¡putos!-grito Angélica saltando desde un montón de cajas cayendo en un resplandor y aterrizando como kirin. El oni rugió desde los cajones estudiando con ira a la chica.

Jean no sabía que tenían los malditos demonios con los almacenes viejos.

Había pensado en traer a Trixi pero sabía que ella la mandaría a freír espárragos…. Era temprano en la mañana y la menor Wholferd pasó la noche muy movida…. Jean esquivó un puñetazo del oni, eran tres y el más grande parecía muy ensañado en ella. Media unos dos metros y su musculatura al igual que sus dientes era jodidamente llamativa, el bastardo abrió el puño pasando a intentar con zarpazos en vez de golpes.

Jean esquivando nuevamente apunto a Gwyrdd rápidamente y disparo repetidamente contra el pecho del demonio, el sujeto exclamo con dolor y su sangre se derramo, pero eso no lo detuvo. Avanzo mas enojado aun y estampó su garra contra Jean, afortunadamente ella aun de rodillas en el suelo lo detuvo con el guante metálico de Adon en su otro brazo. El impacto por poco la hace retroceder, aprovechó entonces para terminar la contienda, apuntó a Gwyrdd juntando todo su poder y disparo el resplandor verde que usualmente era su golpe de gracia.

-¡Angélica los ojos!-grito a la vez que apretaba el gatillo.

La kirin cerró los parpados mientras esquivaba a su oponente. El oni que ella enfrentaba también se cubrió, así que la batalla siguió. La luz se disipo y el enemigo de Jean era una mera estatua. Angélica decidió poner punto final al juego entonces, esquivando nuevamente aprovechó el ataque del oni para meterle una buena coz en la cara, el monstruo chillo y ella vio como la sangre y algunos dientes del bicho caían al piso.

Acto final, Angélica salto por encima del bastardo mientras chillaba y lo atravesó con su cuerno por la espalda. El oni bramo y se desintegro. La kirin soltó un relincho y miro a Jean.

Jean veía hacia un pequeño círculo en la pared, la ruptura dimensional, claramente al otro lado se podía ver la zona demoniaca, no era precisamente el área más bonita…. Simplemente un desierto rojizo con cielos oscuros y tormentosos. El último oni estaba de espalda contra la ruptura mirando con miedo a las chicas.

-mete tu trasero ahí y no te daré de comer a mi amigo-amenazo Jean y su alma cristalina, que siempre colgaba de su cuello, brilló.

Justo detrás de ella apareció un demonio lagarto, de unos dos metros y medio, escamoso, con cabeza de serpiente cascabel, piernas pequeñas comparadas con el pecho y brazos largos pero musculosos. Movía su gruesa pero corta cola de un lado al otro, en la base del cuello del demonio habían muchas serpientes surgiendo, como cabello de medusa y las cabezas de estas se movían mirando al enemigo.

Adon.

Adon le enseño los dientes al oni, a diferencia de una serpiente cascabel real, Adon si tenía la dentadura completa, no solo los colmillos y sus ojos verdes tal y como se veían en su faceta humana no tenían cornea o iris.

-Adon, es todo tuyo-declaró Jean cruzando los brazos sonriendo a medias. El oni chillo.

-¡esto no termina aun! ¡La matriarca las hará pagar! ¡Ella reinará!-exclamo y salto a la zona demoniaca huyendo despavorido.

Angélica volvió a ser una chica y miro a Jean intrigada.

-¿sabes quien es?

-para nada-miró al lagarto y Adon volvió al cristal con un chasquido de luz verde.

Jean tomo el alma cristalina de su collar y se acercó a la ruptura por la que el oni escapó, levantó el cristal y este brillo con intensidad, al a vez que lentamente la puerta al otro lado se cerraba. Pronto el agujero dejó de existir.

-esto de la matriarca, me da mala espina-dijo la kirin mirando preocupada a Jean.

 

Jessica miró sorprendida cuando su hermana hablaba en voz baja con Mauro, junto a la entrada de la tienda. El muchacho le sonreía de modo arrebatador, no era de sorprender que Jane estuviera tan embelesada, la mirada gris plateada del chico hacia difícil no quedarse viéndolo con acosadora intensidad. Jennifer tenia algo que hacia obvio su coqueteo, seguramente serian sus gestos, la forma en la que estaba parada, la frecuencia con la que se enrulaba el cabello con los dedos…. ¿O solo seria que Jessica la conocía muy bien?

-la había visto tirándole miradas coquetas o indirectas sexuales a hombres… pero no que se pusiera así-indicó Nolen, Jessie lo miró mientras el hacia cuentas con una calculadora y escribía números en una libreta.

-si, parece que tiene mucho mas interés del que esperaba-dijo Jessie mirando de reojo a Jane y Mauro-me gusta que por fin encuentre a alguien… pero él es muy….

-¿humano?-completo el semidemonio mirando a Jessie con seria preocupación, ella tenía una expresión casi idéntica-si, no es un plan perfecto que Jennifer ande por ahí muy abrazada a terrenales. Pero…. Ella parece feliz, es probable que sepa en que se esta metiendo y acepte los riesgos.

Jessica suspiró. Nolen volvió a los números y a verificar inventario.

-de todos modos no importaría mucho nuestra intromisión al final. Jennifer es libre de hacer lo que desee, solo podemos decirle que tenga cuidado-Jessie se mordió el labio inferior- ordenarle alejarse es contraproducente, solo causaríamos que se enfureciera con nosotros…. para sazonar esto mas, ella es solo mitad humana, el resto es un canis inferno y canis inferno son… bestias territoriales. Si Jane siente que estamos amenazando su territorio, en este caso Mauro, las cosas se pondrían feas….

Nolen endureció su postura tratando de no perder la calma. Jessica conocía a Jennifer y conocía como eran los de su especie, tenían propensión a la agresividad, y un impulso tremendo por resguardar todo lo que consideraran suyo de amenazas. Usualmente todos quieren proteger lo suyo, pero un canis era peor, ellos casi pierden la cordura si se sienten violentados. Jennifer por si fuera poco, era una persona que por si sola ya era bastante agresiva, bastante más que Jessica, podrían no ser del todo demonio, pero aun lo eran en gran parte…

 No tenían la palidez de los canis puros, ni su tamaño, ni su aliento de acido ardiente, pero tenían su temperamento. Mas la fuerza para contener la violencia instintiva variaba de persona a persona y Jessie por suerte, no era como Jane en ese aspecto, Jessica podría resistir mas, era una gran fortuna, porque no se imaginaba que cosas podría haber hecho su hermana si no fuera porque había alguien que siempre podía refrenarla.

 

-¿por qué tus hermanos me miraban así?-preguntó Mauro mientras comía un helado.

-…. Seguro se sorprendieron de verte en casa-alego Jennifer tratando de no parecer como que sabia algo que el no. Porque lo hacia.

Mauro la miro intrigado.

-¿por qué? No has tenido muchos novios… ¿no?-quiso saber tomando otro poco del helado con una cucharita.

Ella se encogió de hombros, tratando de no pensar en Tristán Graham, era absurdo que ningún chico viniera a verla a casa, pero ese bastardo llegara tan inoportunamente como si ella fuera algo suyo. Jennifer y Mauro estaban en la esquina de la tienda, mientras atardecía, fuera de la vista de la familia de Jane, cosa que esta agradecía, la mirada preocupada de su gemela no era algo grato.

-no, tengo baja popularidad entre los hombres-declaró la chica mordiendo su barquilla, Mauro la vio como si estuviera loca.

-por qué diablos….

-no se-mintió resignada-quizás sea mi temperamento.

-no pareces alguien tan…. Difícil, te encuentro encantadora-le dijo el sinceramente.

Jennifer sintió el alago alegrarle el alma, pero a la vez, solo podía pensar en lo equivocado que estaba…. Ella podía tener un aspecto engañoso, del mismo modo que podía ser muy tierna, podría llegar a ser la peor de las monstruosidades.

-gracias, pienso lo mismo de ti-dijo ella quitándose un mechón negro del rostro, su corazón latía fuerte, no cabía duda de que Jane estaba enamorada del humano. Joder, ella hubiera preferido no hacerlo, es probable llegar a amar a alguien con el tiempo, pero es malditamente difícil llegar a odiar a propósito a otros, en especial cuando se trata de alguien que no te ha hecho nada malo-eres muy guapo.

Una sonrisa se le escapo a Mauro, una muy dulce.

-aunque algo me dice, que tu impopularidad es por algo. Me atraes mucho, demasiado como para no correr el riesgo contigo-manifestó, extendió una mano y le acarició sutilmente el hombro a Jane mientras ella terminaba su helado, se estremeció mucho ante el toque-quisiera conocerte mejor. ¿Me dejas?

Jennifer entonces, recordó el hecho de que él era humano…. Y ella era un monstruo. ¿Conocerla? Podrían compartir gustos musicales, culinarios, algo de sexo pero…. Eso no significaría realmente conocerla del todo, si lo dejara hasta ahí, Jennifer se habría sentido como una mentirosa, mintiéndole a Mauro sobre su procedencia, su nombre, su especie…. Todo habría sido una farsa, la Jane misma que miraba era en parte una farsa.

Jennifer tenía miedo.

Temía que al decir la verdad, la mejor oportunidad romántica que había tenido desde… desde Tristán, se derrumbara, Jane creía que el amor la haría ser más frágil, pero aun así, se sentía jalada en dirección a Mauro. Tras el desaire de Graham, Jennifer había estado devastada, decidió permanecer asexual por un largoooo tiempo hasta sentirse segura otra vez, de hecho, podría tomar algo de sexo anónimo, pero nada a parte de ello, no quería otro “problema” en su vida. En se momento cuando miró los ojos grises del joven, Jane deseo con todas sus fuerzas estar en la piel de Jessica y no en la propia, después de todo, Jessie nunca había tenido mala suerte, en relación con los fatídicos destinos que generalmente azotaban a Jennifer.

Aunque estaba cubierta de muchas confusiones e inseguridades, ella lo escondió, le sonrió con lindura a Mauro al responder:

-con gusto Mauro, me gustaría algo contigo-soltó.

Mauro apretó su mano alrededor del hombro de la chica con una mirada satisfecha. Jennifer no era estúpida, sabia que clase de personas debería mantener lejos…. Pero Mauro no era realmente una amenaza directa, no le quitaría su libertad o algo parecido, el verdadero asunto estaba en que él no le rompiera el jodido corazón.

El adorable semblante del hombre y su olor a jabón consiguió que Jennifer decidiera que valía la pena, si no se arriesgaba no se ganaba. Lo peor que podría sucederle por que Mauro la rechazara era eso mismo, él no se atrevería a andar por ahí gritando la verdadera identidad de Jennifer, puesto que sabría cual seria el precio…. Mas si el la aceptaba, ella habría sacado bingo.

-¿entonces puedo verte otro día para jugar algún juego o ir a comer algo?-preguntó el esperanzado, no soltaba la mirada de la semidemonia.

Jennifer debía decirle la verdad en algún momento, pero no aun, primero quería que Mauro se diera la oportunidad de conocerla, de ver que era más que un monstruo. Que a pesar de ser una semidemonia, muuuuy en el fondo era una chica.

Jennifer termino su helado de un ultimo mordisco y luego estiro la mano para acariciar la mejilla de Mauro, el pareció sorprendido y a la vez cautivado por la joven.

-seguro, ven mañana si quieres-le hizo saber.

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