
La historia cuenta que caballero valiente y amoroso vivía
de cruzada en cruzada, luchando contra gente mala y rescatando princesas de
dragones. Desgraciadamente se quedaba tan absorto en su pasión que dejó casi en
el olvido a su esposa, Julieta y a su hijo, Cristobal, el caballero era tan
obsesivo con sus labores que casi nunca estaba con su familia, permanecía en
torneos, cruzadas o simplemente entrenando. Pronto su armadura se volvió casi
una segunda piel, se la quitaba cada vez menos, hasta que finalmente no se desprendía
de esta nunca, ni para dormir. Julieta harta de ser ignorada le dio un ultimátum
a su esposo: si no se libraba de la armadura, ella tomaría a su hijo, Cristobal
y se marcharían del castillo para siempre. El caballero asustado de perder a su
familia, intenta quitarse la armadura, ¡pero para su sorpresa esta no se
desprende! Desesperado deberá emprender un viaje para encontrar el modo de
liberarse de su prisión-armadura, por primera vez en su vida, descubriéndose a sí
mismo.
El caballero a través de su viaje aprenderá el valor de
pensar en los demás, de escuchar cuando nunca lo hizo, de disfrutar cada
momento en su vida y de amarse a sí mismo antes de poder amar a los demás. El
caballero, como mucha gente, se afanaba tanto en demostrar al mundo que era el
mejor en su labor (en este caso, ser caballero, valeroso, amoroso etc.), que
olvido todo aquello que era importante para él y nunca se dio cuenta hasta que
casi fue muy tarde.
Como dice Terry Linn Taylor:
“Cuando hayas llegado a la última página sabrás que la
vida es buena, que eres amor, que eres maravilloso; y que todo está bien”
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